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Estudio revela que El triclosán altera rápidamente las bacterias del intestino

INVESTIGACIÓN. Es un compuesto presente en muchos productos de uso diario, como jabones, juguetes o pasta de dientes.
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En este sentido, diversas investigaciones apuntan a que el contenido bacteriano de nuestro intestino podría desempeñar un papel muy importante en enfermedades autoinmunes e inflamatorias. Enfermedades del calibre del cáncer múltiple, la enfermedad de Chron, el autismo o el TDAH, entre otras.

De tal manera que, probablemente y en un corto período de tiempo, el conocimiento adquirido sobre las interacciones entre los seres humanos y su microbiota sea tan importante para la medicina como lo es, actualmente, el conocimiento de la genética.

Pensar que los microorganismos existentes en nuestro intestino puedan causar enfermedades como las mencionadas resulta, francamente, impactante. Pero es así. El ser humano ha dejado de ser concebido como un individuo y se empieza a entender como un ecosistema.

A raíz de estas sospechas, numerosos científicos han querido averiguar los factores que pueden alterar la comunidad bacteriana intestinal de una forma tan grave como para generar estos resultados.

Efecto

En esta línea de trabajo, un grupo de investigadores de la Universidad del Estado de Oregón (EEUU) ha llevado a cabo un importante análisis sobre uno de los compuestos con los que convivimos a diario y que parece que puede alterar enormemente la microbiota intestinal que habita en nuestro interior: el triclosán.

Para el desarrollo de este trabajo, los investigadores emplearon un modelo animal habitual en estudios toxicológicos: el pez cebra. En estos organismos comprobaron que este agente puede provocar rápidos cambios en la diversidad, en la estructura de la red microbiana y en la composición de la microbiota intestinal.

El contacto de los peces con el triclosán fue propiciado a través de la dieta. Una vez alimentados los peces, los científicos purificaron el ADN de la muestra estudiada y secuenciaron regiones específicas en los genes de la subunidad 16S del ribosoma.

Este análisis permitió identificar de forma rápida los microorganismos y su abundancia relativa en la muestra estudiada, facilitando así la detección de la relación entre un compuesto y las enfermedades o lesiones que favorece o induce a su generación.

Triclosán en nuestra vida

Los seres humanos estamos expuestos continuamente a una serie de productos químicos, metales, conservantes, microorganismos y nutrientes perjudiciales.

Pero se sabe muy poco sobre los efectos que todos éstos ejercen sobre la estabilidad de la microbiota intestinal y sobre su estructura. Por lo que los investigadores estiman importante discernir entre aquellos agentes que son considerados responsables de la alteración bacteriana.

El triclosán es un agente antifúngico y antibacteriano que despierta un gran interés entre los investigadores. Este interés es debido al amplio uso que se le da en productos o compuestos que utilizamos en nuestra vida diaria.

El triclosán se utiliza en productos de uso diario como jabones, juguetes y pasta de dientes, ente otros. Además se emplea también en materiales de embalaje, procesamiento y almacenamiento de alimentos.

Esto hace que los expertos consideren que determinar su efecto sobre la salud humana sea una tarea realmente complicada. Entre otras cosas porque hay productos, de los anteriormente mencionados, en los que la concentración es enormemente baja.

Al encontrarse en una amplia diversidad de productos y materiales empleados en nuestra vida cotidiana, no existe una población que no haya sido expuesta, con la que se pueda comparar.

Además, es un compuesto que se absorbe fácilmente a través de la piel y del tracto intestinal. De hecho, se ha demostrado su existencia en orina, heces y leche materna, además de asociarse a la alteración endocrina en peces y ratas, actuando como promotor de tumores de hígado e inductor de alteraciones de las respuestas inflamatorias.

ciencia

Hasta hace unos años, los microorganismos de nuestro intestino no tenían importancia para los investigadores. Sin embargo, en los últimos tiempos esto parece haber cambiado drásticamente. De hecho, cada vez son más los estudios que nos muestran la estrecha relación que mantenemos con estos microorganismos, y su importancia para nuestro bienestar.

Mamíferos tienen sistema olfativo parecido al gusto

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Estas neuronas "collar", como se les llama, utilizan este sistema de detección olfativo recién descubierto para responder a los olores que provocan respuestas instintivas, como las feromonas y el olor de semillas y frutos secos. Los investigadores, de Harvard (Massachusetts, EE.UU.), informan del hallazgo en Cell, de Cell Press.

"Nuestro trabajo sugiere que los mecanismos de los mamíferos relacionados con los olores no son monolíticos en términos de mecanismo o lógica, sino que pueden tomar muchas formas y pueden estar mediados por múltiples tipos de receptores", dice el autor Sandeep Robert Datta, neurobiólogo de la Escuela de Medicina de Harvard, en la nota de prensa de Cell Press recogida por EurekAlert! "Estos hallazgos nos hacen revisar nuestro punto de vista canónico sobre cómo sondean los animales el ambiente químico."

El trabajo ganador del Premio Nobel en 1991 mostró que, en los mamíferos, cada neurona sensorial del sistema olfativo principal expresa un tipo de receptor acoplado a proteína-G (GPCR), que está especializado en detectar un tipo específico de olor. El patrón de actividad de todas las neuronas sensoriales en el sistema olfativo nos permite distinguir entre diferentes olores presentes en el medio ambiente.

Este patrón un-GPCR-por-neurona también existe en el sistema olfativo vomeronasal, que está especializado en el reconocimiento de las feromonas, lo que sugiere una lógica común y general en el procesado de olores.

Sin embargo, un tercer sistema olfativo que consta de neuronas de collar, así llamadas debido al patrón circular único de sus proyecciones en el cerebro, también responde a diversos olores. No estaba claro qué receptores son expresados ??Por estas neuronas y qué papel juegan en la percepción del olor.

En el nuevo estudio, Datta y su equipo descubrieron que las neuronas collar de los ratones no expresan GPCR, a diferencia de todos los otros tipos de neuronas sensoriales olfativas de los mamíferos. Más bien, estas neuronas expresan la clase de proteínas MS4A, que anteriormente no se sabía que jugara un papel en la percepción del olor.

Además, cada neurona collar expresa múltiples tipos de receptores MS4A, en marcado contraste con la regla de un receptor-por-neurona que rige los sistemas olfativos de insectos y otros mamíferos. Estos receptores responden a los ácidos grasos que se encuentran específicamente en los frutos secos y semillas, así como a una feromona que se sabe que provoca repulsión a los ratones.

"Este descubrimiento sugiere fuertemente que el cerebro debe de estar interpretando la información de estos receptores utilizando una estrategia muy diferente a la utilizada por el cerebro para discriminar la mayoría de los olores", dice Datta. "Especulamos -pero no tenemos la evidencia para respaldar esta idea- que los MS4A se utilizan como una especie de sistema de alerta para el cerebro, haciéndole saber que hay algo realmente importante en el mundo, pero no le dice de forma explícita qué es".

El olfato de los mamíferos resulta ser más complejo de lo que pensábamos. En lugar de una familia de receptores dedicada exclusivamente a detectar olores, un estudio con ratones muestra que un grupo de neuronas que rodean el bulbo olfatorio utiliza un mecanismo alternativo para capturar los olores, más parecido al sistema del gusto.