En Calama se están registrando sensaciones térmicas que superan los diez grados bajo cero, en el sector precordillerano se registrarán vientos por sobre los 100 kilómetros a la hora, y en Antofagasta ayer se produjo una tormenta tropical de madrugada que en un momento tuvo 27 grados de temperatura.
Días atrás habíamos mencionado que las condiciones climáticas cambiarán en los próximos años, al extremo que la Oficina Nacional de Emergencia en nuestra región está modificando sus estrategias para hacer frente a nuevas situaciones climáticas y comportamientos que no estaban previstos para esta zona.
Ante esta realidad, debemos mirar con nuevos ojos la realidad climática de nuestra provincia, donde tendremos lluvias más habituales de las que ocurrían hasta hace poco, el viento y caída de nieve no deberán extrañarnos, como ha ocurrido en los últimos años en donde se han registrado caída en zonas desérticas de la depresión intermedia en la Segunda Región.
El mensaje es que debemos replantear nuestra forma de vida con situaciones tan simples como las techumbres de nuestras viviendas, sistemas de aguas lluvia para las calles, entre otras.
Al mismo tiempo obligará a revisar construcciones tan esenciales como hospitales, colegios, centros de albergues, porque en nuestra región deberemos ser capaces de soportar situaciones climáticas extremas, y no suspender las clases antes cualquier situación de no tanta gravedad.
Los lugares que hoy vemos como seguros, quizás en el futuro no lo serán, y por ello habrá que replantear los mapas de seguridad, preocuparnos más por los cauces de agua, la falta de puentes en muchos caminos, estructuras de telecomunicaciones más firmes para soportar los fuertes vientos, entre otras.
El cambio climático ya llegó a nuestra región y debemos tomar los resguardos necesarios, porque no se trata del "cuento del lobo", sino de una realidad que de no mediar medidas de mitigación podrían llegar a generar graves desastres. La construcción de vías aluvionales es el mejor ejemplo de la nueva realidad.