Pamela De Vicenzi
Para la medicina ya son conocidas las consecuencias de la falta de sueño en el cuerpo humano. La alteración en el ritmo circadiano, también denominado "reloj biológico", puede conllevar a alteraciones en el metabolismo, por ende, un mayor riesgo de padecer obesidad y diabetes.
Un estudio de la Universidad Northwestern en Chicago (EE.UU.) quiso comprobar lo que otras investigaciones han puesto sobre la mesa: el vínculo entre dormir poco y sufrir enfermedades cardiovasculares.
Este trabajo fue publicado por la revista Hypertension, de la Asociación Americana del Corazón (AHA, en inglés).
Consecuencias
Según la investigación, es posible que la falta de sueño cause que los procesos involuntarios del cuerpo no funcionen correctamente. Este trastorno es común en las personas que realizan trabajos por turnos y otros que tienen problemas crónicos para dormir.
El equipo de Chicago reclutó a 26 personas sanas de entre 20 a 39 años. El objetivo fue determinar el impacto de las alteraciones del ritmo circadiano a nivel cardiovascular.
Para efectos del estudio, los científicos redujeron la cantidad de sueño de los participantes, quienes apenas descansaron cinco horas diarias en un periodo de ocho días. Algunos tuvieron un horario fijo de sueño, mientras que otros retrasaron la hora de dormir por 8,5 horas en cuatro de los ocho días. Este trastorno se conoce como "desalineación circadiana".
En general, quienes durmieron pocas horas presentaron una propensión a tener enfermedades coronarias. Sin embargo, los resultados arrojaron que restringir las horas de sueño y además retrasarse en la hora de dormir tuvieron alteraciones en el ritmo cardiaco. Este grupo fue el que tuvo mayor riesgo de tener este tipo de males.
También se registró un aumento de noradrenalina o norepinefrina, una hormona del estrés que puede constreñir los vasos sanguíneos, incrementar la presión y ampliar la tráquea. En tanto, la falta de sueño y la desalineación circadiana producen una baja en la frecuencia cardíaca mientras se duerme.
"En los seres humanos, al igual que en todos los mamíferos, casi todos los procesos fisiológicos y de comportamiento, en particular, el ciclo de sueño-vigilia sigue un ritmo circadiano que está regulado por un reloj interno que se encuentra en el cerebro", explicó Daniela Grimaldi, académica de Northwestern y autora principal del estudio.
La especialista en neurología agregó que "cuando nuestros ciclos de sueño-vigilia y alimentación no están en sintonía con los ritmos dictados de nuestro reloj interno, se produce una desalineación circadiana".
Grimaldi subrayó que quienes tienen más problemas de salud producto de las alteraciones en el ritmo circadiano son los trabajadores que realizan turnos, ya que "podrían no beneficiarse plenamente de los efectos cardiovasculares restauradores del sueño durante la noche después de una rotación por turnos".
"En la sociedad moderna, las oportunidades sociales y la demanda de trabajo han llevado a las personas a estar más activas durante horas por la tarde que llevan a un cambio del estilo de vida predominantemente diurno a uno más nocturno", concluyó la investigadora.
Las soluciones
Regular el sueño
La investigación destaca que dormir a las horas correspondientes mantiene el ritmo circadiano y con ello un buen funcionamiento del organismo.
Dieta adecuada
Consumir alimentos en las cantidades y horarios recomendados evita los cambios en el metabolismo y con ello padecer obesidad y diabetes.