83 años de Rotary Club Chuquicamata
Rotary ha servido sin reservas y concebido lo mejor de sus almas y corazones: "Dar de Sí, Sin pensar en Sí".
El mundo como un barco sin brújula va describiendo peligrosas espirales hacia un abismo de tal modo insondable, que más que nunca se hace necesaria la acción de hombre de buena voluntad para evitar el caos de la incomprensión en que parece precipitarse nuestro planeta irremisiblemente.
Pero ante este espectáculo terrible de desolación, ante las inquietudes que mueven a las masas, ante el desasosiego que impera en el mundo, con su negro cortejo de dolores, se ve brillar en el lejano horizonte una luz de esperanza, de una ilusión basada en el bien, el progreso y la solidaridad que nos dice que todos los hombres somos hermanos y que es nuestro deber solidario , el prestar todo el beneficio que podamos a los demás, sin pensar en el bien que con ello se pueda recibir.
Esta lejana luz de esperanza ha ido con el tiempo acercándose a la humanidad y ha llegado a hacerse realidad y carne en el mundo constituyendo lo que tanto queremos, el Rotary Club.
Llega el 9 de junio de 1933 y surge una luz, tenue al principio, pero que aumenta vertiginosa su resplandor hasta iluminar con su belleza incomparable a Eduardo Alvear, Irvy Woodul, Fernando Cisternas, Eduardo Lazcano y Simón Marinovic -fundadores de Rotary Club Chuquicamata -que luchan por la restauración del imperio del amor. Surge nuevos líderes, que tomando la antorcha de aquel que ofreció su vida por nosotros, marchan decididos en pos de su noble y grande destino Y la letra "R" del noble pendón, se constituye en símbolo de la esperanza. Los rostros angustiados de nuestros hermanos desamparados se transforman como presintiendo que su mísera suerte puede cambiar. Y los pobres, los enfermos, los humildes ya no están solos.
Una legión de hombres de buena voluntad, portando como única arma su amor al prójimo, entablan combate contra todo lo que signifique miseria, tristeza y dolor.
El Rotary Club Chuquicamata es, pues, consecuencia y creación del amor, de un amor dado sin condiciones. Es una reserva moral de la comunidad y existirá mientras haya un prójimo que amar. Nuestro prójimo no ha sido una carga- ha sido nuestro hermano en estos 83 años de vida de Rotary Club Chuquicamata.
Arturo Mardones Segura,
Rotary Club Chuquicamata