Argentina 1927: el final de la paternidad charrúa
el plantel trasandino que se coronó campeón el año 1927.
Antes que Argentina tuviera paternidad futbolística sobre Chile, los trasandinos la sufrieron de parte de Uruguay. Y la undécima Copa Sudamericana, que organizó y en la que participó por primera vez Perú, era el momento elegido por los trasandinos para sacudirse el estigma.
Brasil, Chile y Paraguay no llegaron en parte por razones económicas, pero también porque sus federaciones comenzaron a recibir presiones de sus clubes para no enviar a sus jugadores, quienes volvían pidiendo aumentos de sueldo al comparar sus realidades con jugadores de otras latitudes.
La organización quiso darle un plus a las selecciones que sí llegaron (Argentina, Uruguay, Bolivia y el anfitrión) y decidió que los dos primeros clasificarían a los Juegos Olímpicos de Amsterdam que se realizarían al año siguiente.
Argentina y Uruguay, dos monstruos del balompié, dominaron el torneo con abultadas goleadas, por lo que el partido entre ambos -20 de noviembre- fue la final anticipada, ya que los charrúas llegaron con cuatro puntos contra dos de los trasandinos, quienes una semana después cerrarían su participación ante el local.
Díaz, Bidoglio, Recanattini, Evaristo, Monti, Fossa, Carricaberry, Ochoa, Ferreira, Seoane (el mejor jugador del torneo) y Luna era la formación habitual de la Argentina del español José Lago Millán. Los argentinos debutaron con un impresionante 7-1 ante Bolivia, mientras Uruguay venía de arrasar a los locales (4-0) y a Bolivia por 9-0.
El encuentro más vibrante del torneo serviría de definición, esperando el cierre entre argentinos y peruanos. La Celeste se adelantó a los 33' por intermedio de Héctor Scarone. Con la ventaja mínima se fueron al descanso. Recanattini anotó la paridad a los 56' de penal y Segundo Luna pudo adelante a Argentina. A diez minutos del final, Scarone hizo gala de la garra charrúa y anotó para los celestes. En el banco argentino temían que, como tantas veces, Uruguay los dejara con las manos vacías. Pero a falta de cinco minutos llegó lo impensado: el defensa uruguayo Adhmar Canavessi anotó un autogol y permitió el esforzado triunfo de los albicelestes.
El 27 de noviembre, Argentina venció por 5-1 a Perú y se clasificó campeón del torneo. Junto a Uruguay, asistieron a los Juegos Olímpicos de Amsterdam de 1928.
La Celeste venía de ser campeona olímpica en París, cuatro años antes, y en su triunfal paso por las canchas de los Países Bajos se clasificó a la final contra la misma Argentina que le había arrebatado la copa en Lima. Adhmar Canavessi, quien había hecho un autogol ante los trasandinos en Perú, se quedó en el hotel convencido de que era mufa (según "El fútbol a sol y sombra", de Eduardo Galeano). La decisión ayudó, ya que los charrúas vencieron por 2-1 en el alargue tras un empate a un gol. Era la gloria olímpica uruguaya ante los campeones vigentes de América.