ricardo.pinto@mercuriocalama.cl
Cada vez queda menos para el debut oficial de Cobreloa. Y en el seno del plantel se trabaja bajo un ambiente optimista, por decir lo menos. Prevalece la buena energía, se controla la ansiedad y se fortalece un grupo que tiene un desafío único, el de retornar a Primera División.
Precisamente, un grupo de trabajo que tiene a un factor central, el entrenador Carlos Rojas, uno que de alguna manera tiene una revancha personal pues asume el mando del primer equipo por tercera vez, aunque hoy bajo circunstancias más que especiales.
"De alguna forma, yo vuelvo a mi casa porque así siento a este club y yo vivo acá, tengo mi casa y mis familia acá. Mis amigos son de acá y eso sin duda que a uno lo entusiasma".
"Chifi" formó un plantel experimentado pero de alguna forma, el también llega con muchísima más experiencia a asumir el importante desafío deportivo naranja. "Estoy feliz porque sé que el trabajo que hemos hecho con los dirigentes que no es poco para armar este plantel se combina con una buena respuesta de la gente, con expectativas y en un ambiente de mucha unión. Y por lo que se ha avanzado, sin duda que estamos muy entusiasmados".
Y en ese ambiente de colaboración y compañerismo que se transmite en la plantilla desde que comenzó sus trabajos, Rojas tiene mucho del Cobreloa de antaño en su fórmula de trabajo. "Donde he ido, he tratado de mantener esa tradición con la que uno se crió como jugador y tuvo éxitos, esa de Vicente Cantatore que es la de hacer trabajar a uno experimentado al lado de uno más chico, que esté empezando; para que le vaya entregando nociones de cómo es esto de estar en un equipo con tanta tradición, para que le vaya impregnando esa identidad que se necesita. Creo que hasta el año 93, este club aún mantenía jugadores con esa identidad y después se perdió".
Y esa es una de sus principales motivaciones. "Se fue el Ligua y desde allí empezaron a carecer los líderes en este club y mi sueño es poder devolverle eso al plantel de jugadores de Cobreloa. Que mi experiencia con estos colores más la de Mauricio -Donoso-, Ricardo -Martínez- que son del club o Cristian -Eitel- que conoció de la fuerza de esta institución desde fuera pueda servir para que los más jóvenes vuelvan a sentir la diferencia de vestir esta camiseta con otra y devuelvan ese espíritu que a nosotros nos llevó a ganar tantas cosas dentro de una cancha de fútbol".
Personal
En un principio a Carlos Rojas se le resistió, a nivel profesional y probablemente por una motivación lícita, la de ver que César Bravo realizó una importante labor al mando del primer equipo al final del torneo pasado. "Nosotros tenemos un cariño muy grande por César, como familia. Nunca supe por qué se creó un antagonismo que no había. Pero igual siento que la gente fue un poco injusta porque mi papá estuvo muchos años en otros clubes, especializándose, trabajando, ganando experiencia. El Carlos Rojas que llega ahora trae mucho más conocimiento de la categoría y como hincha siento que va a subir al equipo en mayo", dice orgulloso Diego Rojas, hijo del entrenador y quien además trabaja como administrador del Estadio Municipal.
Diego aclara que "el hecho de que el entrenador sea mi padre sin duda que genera cercanías a la hora de tener que conversar temas como la utilización del estadio por una cuestión obvia pero facilidades no habrán porque cada uno tiene un rol profesional. Pero siento que a diferencia del año pasado, esta vez habrá una coordinación mejor, por lo que hemos ido viendo".
"Chifi" también defiende su expertiz en la primera B ganado en clubes como Ñublense, Coquimbo y Rangers. "Jamás me he sentido extranjero en mi tierra. Pero siempre supe que tenía que salir para ir ganando experiencia, no me quedé estancado, anduve en Osorno, en Wanderers, en O'Higgins, en Unión Española, en varios clubes de la B aprendiendo, tomando cursos, perfeccionándome. Lo que yo entrenaba el 97 no era ni la mitad de lo que trabajo ahora con mis planteles".
Y en plano más íntimo, el DT rescata los afectos. "Acá tengo mis hermanos, los cuñados, mis compañeros de colegio, mis amigos de toda la vida. Estoy disfrutando el poder volver e irme encontrando con gente que uno tuvo que dejar de ver seguido porque estaba afuera, creciendo en esto del fútbol. Yo soy el mismo pero creo que llego en un momento personal donde espero ser el instrumento para que Cobreloa retorne, que es lo que soñamos todos".
Su hijo, Diego -entre risas- cuenta que "ya no tenemos que ir a cuidarle la casa porque ahora volvió. Pero sin duda, poder almorzar con el, hablar de la vida, tenerlo acá nos pone a todos contentos. El está feliz. Y estoy convencido que va a conseguir el ascenso. Ya demostró en estas semanas que no es el mismo Chifi Rojas que se fue de acá hace tiempo a peregrinar por otros clubes".