Maltrato animal en Calama: la importancia de denunciar y concientizar a los loínos
ABUSOS. Organizaciones animalistas día a día reciben perros y gatos maltratados por las personas. El llamado es a denunciar y actuar frente a esta temática recurrente en la ciudad.
Hace unos cinco meses atrás el diario La Estrella del Loa daba a conocer a la comunidad loína el caso de Esperanza, una perrita callejera de Calama que rondaba por avenida Granaderos y que fue abusada sexualmente, supuestamente por unos drogadictos del lugar. El caso consternó a toda la población loína y aún más a las organizaciones animalistas, quienes trabajan día a día para rescatar a los animales maltratados.
Karla Velásquez, es presidenta de la Fundación Ama Vivir, agrupación que fue al rescate de esta perrita, que llamaron Esperanza. "Ella llegó en condiciones deplorables, en un estado de desnutrición terrible. Con un miedo a los humanos atroz y sobre todo a los hombres, ella se orinaba cuando se le acercaban hombres", explica la animalista.
Era tan grave el estado de salud de la perrita, que creían que iba a morir. Sin embargo, Karla Velásquez, explica que supo sobreponerse y sobrevivir a este horrible maltrato. "Por eso le pusimos Esperanza, porque fue capaz de salir de la situación en que estaba. Nosotros la llevamos inmediatamente al veterinario cuando fue rescatada, ahí fue intervenida quirúrgicamente para descartar secuelas internas por su maltrato. Ahora sigue tratamiento y tiene un hogar", cuenta la rescatista.
Afortunadamente, la historia de Esperanza tuvo un final feliz, ya que cuenta con un hogar y ya no es la misma de antes, ya que ahora es una perrita dócil y muy cercana a las personas que la adoptaron. Sin embargo, casos como éstos se ven día a día en la ciudad de Calama. Un lugar que no sólo se caracteriza por presentar una alta cantidad de perros vagos, sino que también de casos de maltratos a seres indefensos.
Emblemáticos
Hay algunos casos en Calama que por la gravedad con la que quedan los animales maltratados son más recordados que otros. Hace poco se dio a conocer el caso de un gatito que había sido baleado y abandonado en la calle por desconocidos.
Según los datos que se dieron a conocer por las redes sociales y diversos medios de comunicación, este gato cuando lo encontraron tenía tres balines; en el ojo, costilla y cabeza. La agrupación que lo rescató es "Gatitos Calama", quienes lo llevaron a la veterinaria para que fuera intervenido. El felino ya se encuentra estable, pero - lamentablemente- padece de leucemia.
Es importante tomar en cuenta que al momento del rescate del gato, muchas personas habían pasado por el lado del animal, sin ni siquiera ayudarlo.
Otro caso impactante es el del perro Rocky, un can que - según lo que cuenta Karla Velásquez- al parecer habría sido atacado con un hacha en la cabeza. "Esto pasó el año pasado. El perrito perdió parte de sus orejas y tenía su cabeza abierta", comenta la animalista.
Este perrito, afortunadamente, sobrevivió aun cuando su herida era tan grande que no se le pudo poner puntos y hubo que esperar a que sanara sólo con curaciones. "Fue un proceso bastante largo para su recuperación. Duró alrededor de tres meses", puntualiza la presidenta de la Fundación Ama Vivir.
Karla Velásquez cuenta que en su refugio cuentan con cerca de 100 perros, muchos con varios maltratos. "Tenemos perros con sus patas mutiladas, atropellados, golpeados, quemados. En fin, todos los casos que uno se pueda imaginar".
Otro caso impactante es el de un cachorro que fue encontrado por el grupo animalista Esperanza Callejera el año pasado. El can sólo tenía dos meses y lo encontraron dentro de una caja en las esquinas de calle Antofagasta con avenida Grecia muerto.
Pero lo terrible de este caso es que el perro se encontraba sin sus órganos en el interior y lo habían rellenado con piedras. El hecho causó repudio en todas las redes sociales, sin embargo, al no haber testigos no se pudo dar con los autores del hecho.
La importancia recae entonces, según Karla Velásquez, en que Calama cuente con una sección especializada de la Policía de Investigaciones (PDI) en maltrato animal para que se realicen las investigaciones pertinentes y a su vez, se logre identificar a los autores de estos macabros hechos y aplicar justicia.
La importancia de actuar
La animalista cuenta que la Fundación Ama Vivir recibe constantemente avisos sobre casos de maltratos. "La gente nos llama y nos cuenta que el vecino tiene a sus perros amarrados, desnutridos. A nosotros nos gustaría cubrir todas esas necesidades, pero a veces no podemos".
Si bien es importante brindar datos, sacar fotografías u otras acciones para visibilizar estos casos, también es necesario actuar. Así lo indica esta animalista quien recalca que " es importante que cuando hay un maltrato, las personas no sólo saquen fotos, videos, sino que también busquen ayuda y hagan algo. No sólo sacar fotos y denunciar".
No obstante, no por ello hay que restarle importancia a denunciar. "Cuando uno sabe o ve un maltrato ideal, lo primero que se debe hacer es ir a Policía de Investigaciones (PDI). Al haber más denuncias hay más posibilidades que se pueda traer a Calama la Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural (Bidema).
La Bidema es una brigada de la PDI que se preocupa de varias aristas y entre ellas, se encuentra el maltrato animal. En la segunda región esta unidad se encuentra sólo en Antofagasta y según Karla Velásquez es importante que exista una en Calama. De esta manera, no el maltrato no quedaría sólo en denuncia, sino que se tomarían las medidas necesarias contra quienes cometen este delito.
Además con la Bidema en Calama se podrían denunciar e investigar casos recurrentes en los poblados al interior de la provincia como San Pedro de Atacama, los poblados de Alto EL Loa, Sierra Gorda, entre otros lugares cercanos.
"Yo estuve hablando hace unas dos semanas atrás con personas de la PDI, quienes me dijeron que estaban dispuestos a poner a una persona a cargo de recibir todas estas denuncias de maltrato, porque últimamente ya es algo frecuente", cuenta Karla Velásquez. La idea con la llegada de Bidema es que se les haga un seguimiento y posterior juicio a los agresores de animales.
Atención veterinaria
Es importante también marcar conciencia en las clínicas veterinarias, pues muchas veces no hacen diferencia alguna cuando deben atender de urgencia a perros o gatos maltratados. "Hace algunos días atropellaron a un perrito, lo llevamos a un veterinario. Nos cobró casi $300.000 por operarlo, tuvimos que pagar antes y el perrito se le murió y no brindó ninguna explicación", cuenta Karla Velásquez.
Para ella es molesto que no haya deferencia pues ellos están realizando un servicio de rescate y por último nos podrían hacer ciertos descuentos porque no tenemos todos los recursos para tratamientos médicos.
Sin embargo, siempre hay un lado positivo que destacar y por ello, resalta el trabajo que realiza la clínica Alto Loa. "Son un equipo de veterinarios que conocen nuestra causa. Son excelentes profesionales y con mucha ética", recalca la animalista.
El cambio
Finalmente, esta animalista nos aclaró la importancia de concientizar a las nuevas generaciones en torno al respeto de los animales. "Es importante enseñarle a nuestros hijos sobre el respeto a los animales. Nadie los obliga a quererlos, pero sí a respetarlos, ellos merecen un trato igual que el nuestro", dice Velásquez.
Para ella, es difícil que los adultos cambien, ya que no crecieron con esa idea. "Ya no se puede cambiar la mentalidad de los adultos o las personas que abandonan a perros y que tienen a Calama con más de 30 mil perros vagos y con grandes casos de maltrato animal. Pero nuestros hijos pueden crecer con otra crianza y cultura y frenar lo que está pasando", concluye Karla Velásquez.
2 meses tenía un cachorro al que un grupo de desconocidos mató, extrajo sus órganos y rellenó con piedras su interior.
3 balines tenía un gato encontrado en plena calle de Calama a punto de morir por las heridas ocasionadas.
100 perros aproximados son los que se encuentran en el refugio de fundación Ama Vivir que rescata a perros maltratados.