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En Chiu-Chiu resguardan la seguridad del poblado

VISITA. Hicieron trabajo en terreno con personal de carabineros y gobierno.
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Nada más lejos de un paseo turístico fue el recorrido que hicieron, de un extremo a otro del pueblo, los vecinos de Chiu Chiu, acompañados de Carabineros y personeros del programa de seguridad pública de la gobernación provincial de El Loa.

Al contrario, el periplo respondió al compromiso que hizo el gobernador provincial, Claudio Lagos, con un grupo representativo de la comunidad que planteó a la autoridad su preocupación por algunas situaciones que opacan la tranquilidad del pueblo.

En este contexto se programó una campaña para informar a las familias respecto a los canales existentes para denunciar los casos como el teléfono 600 400 0101 (denuncia seguro), que garantiza el anonimato de quien llama.

También, fue parte del acuerdo de las policías con la comunidad, conocer las condiciones de residencia de los extranjeros en el pueblo, en vista del protagonismo que éstos tienen en hechos de violencia intrafamiliar.

Sin embargo, los directivos de la junta de vecinos, señalaron que, sorpresivamente la presencia de extranjeros en la comunidad mermó como efecto de la reunión del gobernador y las policías.

Al término del recorrido, el presidente de la junta de vecinos, Pedro Vergara, valoró el esfuerzo mancomunado. "Como directiva nos llegan muchos problemas sociales y no podemos atenderlos todos, pero si nos ven trabajando juntos de a poco podremos arreglar la seguridad del pueblo", dijo.

Paso de vehículos

Otra tarea por abordar es regular el tránsito de vehículos por la arteria central de Chiu Chiu, así como la velocidad de los camiones de alto tonelaje que usan el nuevo puente que conecta hoy con el camino internacional.

De modo que la visita a los puntos álgidos que revisten un riesgo para la vida de los pobladores, también fue parte del itinerario que hicieron vecinos, carabineros y profesionales del programa de seguridad pública.

En el balance, la búsqueda de fórmulas para controlar el ingreso de vehículos al corazón del pueblo, sin que ello afecte la actividad turística que aumenta los fines de semana, al punto que "hasta el cura que viene a la iglesia se queda sin estacionamiento", contó la cuidadora del icono religioso de Chiu Chiu, cuya construcción data de 1600.

Protagonistas del trabajo en terreno fue la directiva de la junta de vecinos, conformada por Pedro Vergara, presidente; Gricelda Cruz, secretaria; Martina Mendoza, tesorera. También, Erika Armella, vecina del pueblo; el carabinero Alex Sasmai y el encargado del programa de seguridad pública del gobierno provincial, Wilson Castro.

"En Calama me he sentido como en casa"

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Irene Cereceda Ramos

Un poco más de un mes es el que lleva Oscar Blanco, el nuevo obispo de la diócesis San Juan Bautista en la ciudad. Tiempo en el que aprovechó de conocer algunas costumbres, poblados del interior y acercarse más a la comunidad.

Aun cuando falta mucho más por conocer, el obispo ya posee cierta percepción de la ciudad. Declarando sentirse muy a gusto por el recibimiento en la zona, accedió a ser entrevistado por El Mercurio de Calama para compartir las primeras apreciaciones de la tierra de sol y cobre.

Tradición

La provincia El Loa y Calama se destaca por ser una zona con una rica y variada riqueza cultural. Desde las influencias implantadas por la cultura Tiwanaku, Inca, Atacameña hasta las costumbres que quedaron en la zona cuando perteneció a territorio boliviano, pasando por las tradiciones traídas por los inmigrantes de países vecinos en la actualidad.

Esto es algo que no deja indiferente al obispo Oscar Blanco, quien está conociendo toda esta riqueza cultural de la zona.

- ¿Cómo se ha sentido en Calama?

-Me he sentido súper bien. No he sentido mucho el cambio de Rancagua hasta acá. Me he encontrado con una comunidad muy acogedora. En Calama me he sentido como en casa. Todavía estoy conociendo el terreno y mi nueva misión: escuchando, visitando y rezando.

-¿Qué es lo que más le ha llamado la atención en la provincia?

-Lo que más me llamó la atención y que considero como un verdadero tesoro de la zona, son las tradiciones: los bailes religiosos, todo lo que es la piedad popular. He ido visitando lugares y me he dejado evangelizar por ello, porque creo que es una riqueza bien grande y que existe acá en la ciudad y en los poblados al interior de Calama.

-En la zona hay una interesante mezcla de la cultura indígena con el catolicismo

- Así es. Son sus tradiciones y ahí es donde está la riqueza, es algo propio con lo cual la gente se identifica y manifiesta su fe, su cultura. Y eso, sin duda, es un tesoro muy importante, digno de cuidar y promover. Por supuesto, la iglesia ha estado cerca evangelizando por ellos y para ellos.

Y ahora en agosto se viene la festividad de la virgen de Urkupiña, traída desde Bolivia

Me han contado que es una fiesta grande. Una devoción que se ha venido promoviendo y cada vez crece más. No la conozco, estoy invitado a presidir la misa, pero sí me han dicho que es una festividad que ha ido de menos a más.

Calama y los fieles

Gracias a personajes de la televisión nacional, como "Yerko Puchento" y algunos comentarios de personas no oriundas de Calama, la ciudad presenta el estigma de ser un lugar feo y no muy adecuado para vivir. Sin embargo, muchas personas que vienen con una mala imagen preconcebida se sorprenden al llegar a la zona, dándose cuenta que, si bien es una ciudad con varias carencias, también tiene sus fortalezas. Y que no dista mucho de otras ciudades del resto del país.

-¿Qué le ha parecido Calama ahora que ya lleva más tiempo acá?

-Calama es una ciudad como todas las ciudades. Hoy, el tema que llama la atención es el de la inseguridad social. Como iglesia, parroquia, capilla hemos vivido situaciones bien difíciles, ya que nos han entrado a robar.

En Calama se percibe una inseguridad social, producto quizás de algunas situaciones de delincuencia y violencia. Siento que la comunidad está a la defensiva. Me llama la atención ver muchas casas enrejadas con gran protección. Además de eso, es una ciudad con una inmigración importante, pero creo que Calama no se diferencia mucho de lo que pasa en el resto de país. Acá se ve como muchos tienen poco y pocos tienen mucho, reflejo de la realidad general de Chile.

-¿Qué desafíos se ha planteado en su trabajo con los fieles?

-Dentro de ir conociendo lo que es la misión de la iglesia, nosotros estamos implementando las conclusiones de un trabajo hermoso que se hizo acá con monseñor Guillermo Vera, que es el primer Sínodo Diocesano, donde se descubrió a través de un largo trabajo luces y sombras de nuestra iglesia.

En esa línea nos abocaremos a la preocupación por la familia, por la formación de agentes pastorales, de la pastoral andina y la pastoral social. Nuestra prioridad es la pastoral social, porque creemos que la iglesia debe salir al encuentro de los pobres.

-Finalmente ¿qué mensaje le brindaría a la comunidad católica loína?

-Yo vine a ponerme al servicio de esta iglesia que peregrina en el desierto con una gran misión. Yo invitaría a los fieles a seguir rezando por las preocupaciones propias de nuestra iglesia y seguir participando en lo que la iglesia invite para poder sacar adelante nuestras tareas y propuestas.

Que sigamos anunciando la buena noticia, sigamos siendo una iglesia cercana que escucha y acoge sobre todo a los más necesitados y sigamos siendo la voz de los que no tienen voz.