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La historia del hombre que lleva cuatro años con su identidad usurpada

SITUACIÓN. Joven de 34 años realizaba un viaje a Perú cuando fue detenido en la frontera por un supuesto porte ilegal de arma cortopunzante en Calama. Más tarde aparecieron nuevos delitos: un delincuente entregaba sus datos cuando era detenido por la policía.
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Ser contratado por una empresa era prácticamente imposible para el joven que se desempeña en tareas de mecánica y todo por una insólita situación en la que un delincuente de Calama, usurpó su identidad tras ser detenido por delitos de porte de arma cortopunzante y hurto.

Marcelo Lillo nació en Arica (Región de Arica y Parinacota), donde actualmente obtiene trabajos esporádicos en algunos talleres donde no son tan rigurosos a la hora de exigir documentación para labores de desabolladuras y pintura.

Antes de que comenzara esta historia, habitualmente era contratado por faenas mineras en Calama y Antofagasta, por lo que constantemente viajaba a la región.

Detalló que hasta 2012 utilizaba sus turnos de descanso para viajar hasta Arequipa (Perú), ciudad donde nació su expareja a quien conoció en Calama.

"En 2012 estaba viviendo en Antofagasta y decidí irme por unos meses a Arequipa. Pero cuando llegué al control de Chacalluta, donde había pasado varias veces anteriormente, entregué el carnet de identidad y sin explicación ni saber qué pasaba, me detuvieron", precisó el trabajador.

Luego de varios minutos en los que no entendía en qué situación estaba, una funcionaria de la PDI le manifestó que en el Juzgado de Garantía de Calama tenía una causa abierta por el delito de porte de arma cortopunzante, por lo que quedó detenido en una caseta.

De inmediato indicó que todo debía tratarse de un error, pero en el sistema aparecía su nombre, por lo que no podía hacer nada más que pagar una multa si pretendía continuar con su viaje hasta Arequipa.

De las cuatro personas que lo acompañaban, su suegra retornó hasta Arica para cancelar la multa de 1 UTM, un poco más de 40 mil pesos. Cerca de cuatro horas después y con el comprobante de pago en mano, quedó liberado y cruzó hacia Perú, donde estuvo dos semanas de vacaciones.

Al regresar acudió hasta el Tribunal de Garantía de su ciudad, donde registraba el delito por el que lo habían detenido, aunque la sorpresa aumentó esta vez, porque también apareció un nuevo ilícito: un hurto en el mall de Calama.

"En el juzgado expliqué que yo no había cometido los delitos, pero me decían que figuraban mis datos. Así que fui al Ministerio Público y presenté una denuncia por usurpación de nombre", manifestó Lillo. El caso fue derivado a la fiscalía de la capital de El Loa, jurisdicción donde ocurrieron los hechos investigados.

Cada cierto tiempo acudía a consultar por su denuncia, aunque la causa ya había sido destinada a la Segunda Región. Casi un año después, un día, funcionarios de la PDI llegaron hasta el domicilio donde vive con sus padres para que entregara una declaración.

Las diligencias realizadas fueron una entrevista, toma de impresiones dactilares, fotografías de su rostro, registros de voz (audio) y copias de la firma del carnet de identidad.

"En mi certificado salía con antecedentes penales, comprenderá que entonces nadie quería darme trabajo. Postulaba y siempre me decían los mismo, 'te llamaremos', y nada más", contó el ariqueño.

En 2014, aprovechó un paro del Registro Civil para viajar hasta Calama y buscar trabajo. Se desempeñó en faenas de estructura con horarios nocturnos, portando siempre con él el comprobante de la denuncia por suplantación de identidad que recibió en el Ministerio Público.

Al ver que su denuncia no "avanzaba" demasiado, concurrió hasta el cuartel de la PDI en Calama para consultar por las diligencias que había ejecutado con él en Arica. En la recepción del la unidad policial, preguntó por el detective que hizo los peritajes y los oficiales de guardia solicitaron su carnet de identidad.

"Me dijo estás detenido por un hurto simple en una farmacia. Entonces le expliqué que no podía ser, que estaba ahí por una denuncia que había hecho por suplantación de identidad y mostré la copia de la denuncia. Pero no importó, me metieron a un calabozo", recordó Lillo.

Luego de una hora, el mismo detective que había tomado su declaración en Arica apareció y lo trasladaron hasta el Tribunal de Garantía. En la audiencia escuchó que presentaba una condena de 41 días de reclusión nocturna que no había cumplido.

Rápidamente sacó otra vez su comprobante de denuncia y manifestó que él era víctima de usurpación. Con esta información programaron una nueva audiencia.

Paralelamente, el Registro Civil retornó a la normalidad, por lo que decidió dejar su trabajo y volver a Arica. Estuvo durante un tiempo en trabajos esporádicos en talleres, hasta que nuevamente el registro paralizó sus actividades en 2015, esta vez por casi 40 días.

Viajó hasta Calama nuevamente y con el mismo método encontró una plaza laboral. Al mismo tiempo, realizaba consultas por su causa en la fiscalía.

"Me decían que el tipo no aparece y que no podían hacer mucho. Le pregunté qué pasaba si al imputado no lo encontraban nunca y la respuesta fue que tendría que seguir viviendo con este drama", aseguró.

Manifestó las dificultades que experimentaba para buscar un trabajo estable y lo perjudicial que esto resultaba para él. La solución temporal que le entregaron fue la copia de toda la carpeta investigativa y que esa información la presentara junto a su papel de antecedentes en los lugares donde postulara.

"En tribunales saben todo, porque a él lo han detenido y tiene una amplio prontuario. El 23 de junio tuvo audiencia y se presentó David Alejandro Arenas Morales, tiene unos 40 años. Estuvimos en la sala, fue la primera vez que lo vi y le preguntaron si aceptaba la culpa por usurpación y dijo que no y fijaron otra audiencia para el 29 de julio, y no se presentó", detalló Lillo.

La falta de un trabajo estable le trajo problemas como la separación de su matrimonio, por lo que volvió a la casa de su madre en Arica, además de tener que soportar que sus papeles figuren con antecedentes penales.

Tras cuatro años viviendo esta situación, lo único que el ariqueño pedía era una solución definitiva a su problema. "Me da igual si se va preso, eso no me interesa, sólo quiero que mis antecedentes queden limpios y así tener opciones de buscar trabajo", comentó.

Aunque Lillo no estaba en conocimiento, el pasado martes 2 de agosto finalmente se realizó un procedimiento simplificado contra el responsable de la usurpación de identidad en el Tribunal de Garantía de Calama. En el juicio se detalló que los delitos y condenas de David Arenas aparecían en el historial de Lillo Luna.

Con los ilícitos acreditados, el acusado fue sentenciado a la pena de 341 días de presidio, con el beneficio de reclusión nocturna. Al conocer la noticia, el joven de 34 años dijo sentirse un poco más tranquilo.

"Tengo que ir a Calama a hacer un trámite y en unos dos meses se borrarían los antecedentes. Igual la condena que le dieron al imputado no es gran cosa", manifestó.

Además, dijo que está en contacto con un abogado quien le recomendó iniciar una demanda por los daños y perjuicios que le ocasionó todo es te proceso, acción legal que estudia presentar pronto.

Jonathan Mondaca Escobar

jmondaca@mercurioantofagasta.cl

La paralización de actividades de los funcionarios del Registro Civil en 2014 y 2015 fueron los momentos ideales para que Marcelo Antonio Lillo Luna (34) encontrara trabajo. La razón es muy simple y la explicó él mismo: debido a los paros, los empleadores permitían postergar la entrega de los certificados de antecedentes penales.

explicaciones

condena

el trabajador buscó denunciar su caso por todos los medios: la semana pasada , el tribunal de garantía de calama condenó a quien usurpaba su identidad.

"Tengo que ir a Calama a hacer un trámite y en unos dos meses se borrarían los antecedentes. Igual la condena que le dieron al imputado no es gran cosa".

"No sé cómo pudo obtener mis datos. Lo único que se me ocurre es que en los ciber café han quedado varios currículum y ahí sale todo, es lo que pienso que pudo pasar".