Los cambios sociales, han ido afectando la forma de hacer familia, particularmente en aquellos casos que ambos padres trabajan. Además, en esta última década padres y madres se han ido incorporado a la era digital y emplean las diferentes redes sociales, lo cual de alguna forma les ha permitido estar más en contacto con sus hijos. Esto permite reforzar el vínculo y supervisar las conductas de NNA (niños, niñas y adolescentes).
¿Pero qué pasa cuando los padres pasan a ser los amigos de sus hijos?, claramente se provocan efectos; falta de estructura familiar, incertidumbre en los NNA, ansiedad y cierta pérdida de respeto hacia los padres como figuras de autoridad.
Al tornarse los padres y madres en amigos de sus hijos, especialmente en etapas de formación, es simple y llanamente dejarlos huérfanos de padres. Suena drástico, pero es el efecto pues los padres cumplen un rol vital en la vida de sus hijos, como es su formación como personas, que van a ser parte de un sistema mayor, que es la sociedad, y para poder sobrellevar las vicisitudes del entorno requieren herramientas básicas que son las normas, límites razonables y sentido de la responsabilidad. También requieren del respeto hacia sí mismo y hacia los demás. Por cuanto se espera que en etapa de formación, los padres sean una figura de autoridad y no un "partner o cómplice" para sus hijos.
Queda claro que una de las tareas más difíciles de los padres es la de imponer disciplina a sus hijos, o sea, establecer normas y límites claros, pautas que se refuercen conforme a la etapa evolutiva de NNA, y que los padres y/o cuidadores sean capaces de ponerse de acuerdo y no se desautoricen en la entrega de normas; ya que generan desajustes conductuales y caos familiar.
La literatura científica en estudios de familia y psicología del desarrollo ha sido categórica en señalar que una carencia de normas y límites claros, como de un mal manejo y/o control de los padres sobre qué están haciendo sus hijos/as, está vinculado a comportamientos de riesgo para ellos o para terceros, especialmente en la adolescencia, particularmente bajo rendimiento escolar e, incluso, la deserción educativa, embarazo adolescente, el consumo de alcohol-drogas y la comisión de delitos.
Lo urgente hoy en día no es llenar a los NNA de cosas como juguetes, artículos electrónicos o ropa de marca, etc. o ser el padre o madre "buena onda" que los deja hacer lo que quieren sin límites ni horarios; debiendo estar el foco en brindarles una estructura consistente de normas, con una disciplina basada en el amor, respeto y comunicación fraterna; donde los NNA se sientan contenidos emocionalmente por sus padres y/o cuidadores.
Golda Barrientos Bellone,
psicóloga, Defensoría Regional Antofagasta