Daniel Contreras Palma
Un crítico repaso a la actualidad política y social que vive el país fue lo que nos entregó en su visita a Antofagasta el profesor de literatura, comunicador, entrevistador, conductor de televisión y poeta chileno, Cristián Warnken, en el marco del lanzamiento del ciclo Pensamiento Propio 2016, que tendrá como invitado especial al escritor francés superventas Emmanuel Carrère.
En su análisis país, el creador y conductor por 15 años del programa de entrevistas "Una Belleza Nueva", fue categórico en apuntar sus dardos al manejo que ha tenido el actual gobierno en términos de reformas, señalando que existe una sorprendente "desprolijidad que hace que hoy el país esté en una confusión".
Sin embargo, su crudo diagnóstico no se detuvo ahí y cuestionó también a la sociedad chilena por su "falta de austeridad", gatillada por una especie de "fiebre aspiracional" que se ha arraigado entre los chilenos.
Por último, Warnken acusó que existe "un desorden interior" en quienes son los que tienen que dirigir el país, principalmente en la persona de la Presidenta Michelle Bachelet, quien a su juicio "perdió el norte".
El Chile actual
¿Cómo ve el Chile de hoy con una elección presidencial a la vuelta de la esquina y donde el sistema político pasa por su crisis más profunda desde que recuperamos la democracia?
-Lo más complicado hoy en Chile es el estado anímico. El país está crispado. Al menos eso es lo que se siente en Santiago, hay que ver lo que pasa en cada ciudad. Hay un encabronamiento, una rabia que a lo mejor en algún momento es legítimo. Es como un duelo de algo que se cayó, se perdió y ese duelo implica una rabia. Es el duelo de una pérdida de la clase política, de una elite que fracasó al final -no hay que ser tan injusto en decir que fracasaron en todo-. Ese duelo uno tiene que pasar de la pena y la rabia a una etapa superior de conciencia. Porque lo que no podemos hacer es quedarnos en nuestras casas diciendo que 'el país es una porquería', 'todos roban' 'la política es un desastre'. Si nos quedamos solo en eso, el país va a ser peor de lo que tenemos ahora y vamos a caer en manos de experimentos totalitarios o populistas.
Creo que es el momento de los ciudadanos. Es el momento del ciudadano inteligente, activo y vigílico. Eso es lo que tiene que cultivar cada uno, desde el lugar donde está.
Hace algún tiempo a través de un blog un crítico argentino entregó su particular visión sobre la sociedad chilena actual respecto del clasismo, el complejo racial, lo sectorizado, y la oda al consumismo que según dicen se aprecia en Chile ¿Concuerda con ese análisis?
-Creo que hay que escucharlo. Hay varias cosas de las que apuntas que son verdad. El consumo es legítimo. Me parece legítimo que haya gente que aspire a consumir lo que no pudo consumir durante muchas generaciones. Sin embargo, siento que nos agarró una especie de fiebre aspiracional un poco desatada. Debemos recuperar un cierto centro. Aquí hay chilenos que tiran en contra del sistema, pero se compró el sistema con todo. En ese sentido, el chileno es bien contradictorio. Critica, patalea, pero resulta que llena los mall y se endeuda hasta el cogote.
¿Qué ha perdido la sociedad chilena en los últimos 30 años?
-Chile siempre fue un país pobre que le costaban las cosas. Eso era malo, obviamente, pero también era bueno, porque lo que se hacía aquí requería un esfuerzo y mucha inteligencia y, nunca tuvimos un pozo de petróleo en el cual sentarnos. El cobre se trasformó en un pozo. Mira donde llegó Venezuela, un país rico que terminó en un abismo. Entonces esa riqueza rápida y depender de una sola riqueza hace que el país se empobrezca. Creo que eso fue lo que nos pasó. Nos dormimos en los laureles. La riqueza, el cobre, el precio nos mantuvo, pero no nos diversificamos en términos económicos.
En términos culturales, la pobreza nos llevó a un cierto estilo, una cierta austeridad que traspasaba a las clases sociales. Chile era un país austero. Creo que esa austeridad la perdimos.
¿Cuál es su opinión sobre el caso más comentado en las últimas semanas: la fuga del ingeniero comercial Rafael Garay del país y la presunta estafa que realizó a sus amigos, familia y sus inversionistas? ¿Es un síntoma de la sociedad que hemos construido?
-Creo que embaucadores y psicópatas han habido siempre, pero lo que sorprende es que en un lapso corto de tiempo -estos son los casos que se han conocido- aparezca tal cantidad de mitómanos y embaucadores. A parte de cada caso psicopático particular, esos personajes cuando aparecen en tal número van reflejando algo mucho más profundo. Por ejemplo, cuando en Estados Unidos empiezan a aparecer uno, dos o tres tipos con escopeta matando gente en la calle, es porque hay algo malo en la sociedad norteamericana. Son síntomas de algo más complejo.
Creo que Chile está viviendo síntomas. El dinero fácil, la vida fácil, todo lo que brilla. Hay una cosa muy pobre de todos nosotros de entregarnos tan fácilmente.
Crisis profunda
¿Cuál es su análisis del actual gobierno y la Presidenta Michelle Bachelet?
-Lo que me parece más lamentable es que la oportunidad que se tuvo, el capital político para haber hecho las reformas de forma inteligente, un poco más gradual y eficaz, se despilfarró y se hicieron reformas mal encarnadas, con una desprolijidad asombrosa que hace que hoy el país esté en una confusión, un extravío y una ambigüedad que no sabemos para dónde vamos. Es una especie de involución.
Siento que la crisis es mucho más profunda de lo que los políticos dicen. No está dimensionada en la profundidad.
Si tuviera que caracterizar este gobierno diría que me sorprende la desprolijidad, la chambonearía de cómo se hacen las cosas. Hay una falta de cuidado en lo que se hace. Ese desorden interior revela que hay un desorden interior en quienes son los que tienen que dirigir el país. Me parece que Michelle Bachelet está en una crisis personal profunda, que lo lamento, y perdió un poco el norte. Es un país extraviado, con un gobierno extraviado.
Candidatos
Si las elecciones presidenciales fueran este fin de semana por quién se inclinaría ¿Lagos o Piñera?
-Lagos. Creo que para el país sería mejor que gobernara Lagos por sobre Piñera en este momento. Me parece que Piñera es una persona con muchas cualidades en el sentido de dinamismo, nadie le puede negar eso. Pero me parece que hoy se necesita alguien, para ejercer un cargo de presidente de la república y dirigir la alta política en cualquier parte del mundo, con mucho temple y serenidad interior. Es verdad que Lagos es alguien a quien le podemos criticar muchas cosas, de hecho estoy en desacuerdo en muchas cosas que hizo en donde pecó de una soberbia muy fuerte, pero nadie puede negar que de los políticos chilenos es el que, por lo menos, está pensando un peldaño más arriba de la media y del estado anímico general. Esta moda de atacar a Lagos me parece una tontería.