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ENTREVISTA. Roberto Y. Shapiro, académico y especialista en política de Estados Unidos de la Universidad de Columbia:

"El candidato que ganará será aquel que logre expandir sus bases de apoyo"

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En la historia reciente de Estados Unidos, particularmente en los enormes cambios sociales y políticos que se producen a partir de la década de los 60, se encuentran muchas de las claves parea entender la actualidad de ese país. Y esto sirve para descifrar desde las tensiones y hechos de violencia racial hasta la dinámica de la actual carrera por la Casa Blanca, en la que la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump se reparten descalificaciones y alistan la etapa final de sus estrategias para ganar las elecciones de noviembre.

Esta es la base del análisis de Robert Y. Shapiro, destacado académico estadounidense que esta semana visitó Chile para participar en una conferencia sobre EE.UU. organizada por la sede en Santiago del Columbia Global Centers, de la prestigiosa Universidad de Columbia. Profesor en esa casa de estudios desde 1982, Shapiro es autor o co-autor de una nutrida lista de publicaciones que abordan desde el liderazgo político y las políticas públicas hasta los medios de comunicación y la opinión pública. Aquí, desglosa las claves para entender el EE.UU. de hoy y aborda el primer debate presidencial, que se llevó a cabo esta semana.

"Para Hillary era muy importante mostrarse vigorosa y saludable, a raíz de la controversia que generó su neumonía. También había que ver si lograba parar el momentum de Trump. Creo que fue capaz de hacerlo por su preparación para el debate y por haber evitado que Trump la pusiera nerviosa o lograra irritarla", comenta sobre el desempeño de la candidata demócrata. "Trump fue capaz de establecer ciertos puntos clave para mantener su base de apoyo. Fue bastante efectivo cuando habló de temas comerciales y de empleo, pero durante el resto del debate se comportó como el Trump que hemos visto desde el comienzo de la campaña. No creo que haya sido exitoso en persuadir a los votantes indecisos a votar por él. Creo que Hillary fue más efectiva", dice.

Tensiones raciales

¿Cuáles son las claves para entender la espiral de violencia racial ?

-Hay que poner esto en perspectiva histórica, aunque no necesitamos remontarnos a 1865 y la esclavitud. Es suficiente con retroceder a la década de los 70, cuando los partidos políticos empezaron a polarizarse en todos los niveles. En la década de los 30 emergieron los partidos tal como los conocemos en la actualidad. El Partido Demócrata, como el más liberal en términos del Estado de Bienestar y un gobierno más grande, y el Partido Republicano, como el anti Estado de Bienestar y a favor de presupuestos balanceados. Pero en ese tiempo eran mucho más diversos. El Partido Demócrata tenía un ala sureña que apoyaba la imposibilidad de los negros de votar, mientras que el partido republicano era todavía el partido de Abraham Lincoln. Después, en la década de los 60, con la emergencia del movimiento por los derechos civiles, el ala más liberal del partido demócrata se convirtió en la dominante y el partido tuvo que replantear su posición en materia de derechos civiles. Kennedy y Johnson aprobaron el Acta de los Derechos Civiles, en 1964, y el Acta de Derecho al Voto, en 1965. Los demócratas sureños dejaron el partido, mientras que el Partido Republicano, bajo Nixon, desarrolló una estrategia para el sur en la que enfatizó la ley y el orden. Este es el periodo de las protestas, el crimen al alza, todo lo cual fue asociado con temas raciales. Los partidos pasaron a ser ideológicamente distintos en temas raciales, con el Partido Demócrata con una aproximación más liberal y el Partido Republicano con una más conservadora. Lo que tenemos hoy es la manifestación actual de esto. Creo que el hecho de que las diferencias ideológicas entre los dos partidos sean tan grandes ha incrementado su receptividad hacia estas situaciones. Y con los medios de comunicación, los teléfonos celulares, etc., seguir y monitorear estas situaciones es mucho más fácil.

-Más allá de estas diferencias históricas entre los dos principales partidos, ¿hay alguna razón, desde el punto de vista social, que explique las tensiones raciales?

- La pregunta abierta es si esto está ocurriendo a una tasa más alta que antes o si es resultado del hecho que estas situaciones son mucho más fáciles de monitorear que en el pasado. En mi opinión, el aspecto central es que los asuntos raciales han enfrentado a los partidos desde los años 60.

- A muchos les llama la atención el nivel de atención que esta conflictividad está captando, precisamente durante la presidencia del primer presidente afroamericano en la historia.

- En efecto. Una pregunta que hay que hacerse, y para la que no tengo la respuesta, es si el hecho de tener un presidente afroamericano ha favorecido que la comunidad negra sea más sensible a estas situaciones y esté más motivada a elevar sus preocupaciones. La alternativa es que la policía se esté comportando peor de como lo ha hecho en el pasado. Cuesta creer esto último.

El legado de obama

- Con todo, ¿cree que las tensiones raciales marcarán invariablemente el legado de Obama?

- Es una ironía, en efecto, pero en términos de su legado creo que hay que mirar las cosas con una perspectiva más amplia.

- ¿Cómo evalúa el legado de Barack Obama?

- En este momento, no está claro qué tan positivo es su legado. Sin embargo, el hecho de que esté dejando el poder con una popularidad sobre el 50% o más es significativo, si se compara con la aprobación de George W. Bush, que fue de 34%. ¿Por qué esta popularidad sobre el 50%? Bueno, quizás porque se le ve como más estadista que a Hillary Clinton y a Donald Trump. La economía ha mejorado, su gobierno ha estado sorprendentemente libre de escándalos y el involucramiento militar en Irak y en Afganistán no está resultando en un flujo constante de víctimas.

- Pero, por otro lado, la situación en Irak y, en general, en Medio Oriente parece estar mucho peor.

- Sí, pero no tienes estadounidenses volviendo a casa en bolsas para cadáveres, como ocurría cuando George W. Bush era presidente. La situación sería muy distinta si tuviéramos un goteo de cinco, seis u ocho bajas al mes y muchos heridos.

- ¿Qué otros aspectos destaca de los casi ocho años de Obama?

- La reforma al sistema de salud es un logro muy importante. Persisten desacuerdos y, según las encuestas, todavía hay más oposición que apoyo; sin embargo, hay un apoyo importante a muchos de los elementos contenidos en esa reforma. Su legislación para estimular la economía funcionó lo suficientemente bien para recuperarla. Hay que ver cómo progresa, pero la economía ha mejorado. El acuerdo nuclear con Irán también es un logro significativo, aunque no digo que el público lo apoye masivamente y que esté completamente claro que acabará siendo exitoso; dependerá de lo que ocurra en los próximos años. La extensión de los derechos de los homosexuales también sido positiva, así como la apertura hacia Cuba, algo que tiene un gran apoyo en EE.UU. y que es especialmente significativo para América Latina.

- Volvamos a Medio Oriente, donde todo se ve realmente complicado.

- En efecto, el mismo Obama ha expresado sus reservas acerca de las políticas en relación con Libia y está la pregunta sobre si se perdió una oportunidad en Siria, lo que no es un tema menor. Cuando Donald Trump dice que ya no ganamos, parece enfatizar los temas comerciales y vinculados con la economía, pero mi interpretación de eso tiene más que ver con que EE.UU., que en los años 90 era el poder dominante en el mundo, ha sido avergonzado y humillado en el plano internacional, con ISIS cortando cabezas y por cómo están marchando las cosas en Siria, donde se le ha dado la oportunidad de entrar a los rusos sin que haya sido un desastre para ellos. El legado de Obama no se ve bien en esto.

- ¿Concuerda con quienes dicen que empezó una suerte de segunda Guerra Fría?

- La diferencia es que, durante la Guerra Fría, la Unión Soviética representaba una amenaza existencial. Rusia es hoy un poder regional, no mundial. Pero en la raya para la suma, el estado de las relaciones con Rusia ayuda a la percepción que EE.UU. está en una posición más débil, al igual que lo que ocurre a partir de la relación con China y con los problemas para controlar Corea del Norte.

América latina

- ¿Y América Latina? Más allá del muro con México y los temas migratorios, no ha estado presente en las campañas a la Casa Blanca.

- No ha estado presente. Está claro que no ha habido ninguna discusión con respecto a casos como Chile y el TPP, por ejemplo, o asuntos relacionados con doble tributación. Pero el gobierno de Obama ha sido activo en tratar de establecer mejores relaciones con algunos países como, por ejemplo, Argentina. En las campañas, América Latina aparece indirectamente en el contexto de las discusiones sobre políticas comerciales y migratorias. Con todo, mi impresión es que la política de EE.UU. hacia Cuba era un impedimento para que EE.UU. pudiera mejorar su relacionamiento con América Latina.

- ¿Cómo cree que se relacionará con América Latina el próximo presidente de Estados Unidos?

- Trump probablemente no lo ha pensado, mientras que Hillary es posible que quiera continuar con la línea del gobierno de Obama, en el sentido de mejorar la relación, en forma individual, con algunos países latinoamericanos. Sospecho que, al margen del tema del muro con México, en los próximos debates puede haber alguna pregunta relacionada con Cuba.

Las campañas

- ¿Cómo analiza las campañas?

- Bueno, Trump tiene su peculiar estilo de hacer campaña, el cual no tiene precedente en elecciones presidenciales y tiene mucho que ver con cómo fueron las primarias republicanas. Fue una campaña muy áspera, en la que había candidatos muy diferentes, todos con aproximaciones muy distintas. El estilo de Trump es más general, asertivo y agresivo que el de Hillary.

- Una campaña de ataques permanentes, como la actual, ¿a cuál de los dos candidatos beneficia más?

- Más que los ataques, creo que el candidato que ganará será aquel que logre expandir sus bases de apoyo. Para Trump esto significa movilizar a los votantes blancos, sobre todo en los estados considerados clave. Para Clinton, se traduce en expandir las bases demócratas en las minorías, negros, latinos y asiáticos, especialmente entre los adultos jóvenes entre 18 y 32 años.

- Hay quienes dicen que esta es una elección acerca de la identidad nacional de EE.UU., de sus valores, la más importante en décadas. ¿La ve de esa forma?

- Lo que está en juego es relevante. Si gana Trump, los republicanos mantendrán el control del Senado y tendrán el de la Cámara de Representantes. Esto les daría el poder para desmantelar cosas que ha hecho Obama en aspectos regulatorios, la reforma al sistema de salud y, en lo inmediato, reemplazar al juez Scalia en la Corte Suprema. Si Trump gana, significaría que el Partido Republicano es capaz de ganar una elección movilizando votantes blancos. Pero una victoria demócrata mandaría una señal muy fuerte a los republicanos en el sentido que ya no pueden ganar elecciones movilizando sólo a votantes blancos y que necesitan cambiar su estrategia más pronto que tarde.

- ¿Cree realmente que Donald Trump tiene opciones de ganar?

- Sí. No creo que haya un voto escondido a favor de Trump. Puede que haya algo escondido en lo que la gente habla en su vida a diario, pero a la hora de responder las encuestas la gente probablemente dice la verdad. Y lo que las encuestas muestran es que la elección, a nivel nacional y en los estados clave, está apretada. En una campaña tan cerrada, significa que lo que ocurra en los debates es muy importante.

- ¿Ve algún futuro para el TPP?

- Bueno, Obama lo apoya, Paul Ryan (el presidente de la Cámara de Representantes, del Partido Republicano) lo apoya. Los votos tienen que venir de los dos partidos para que pueda ser aprobado antes de enero. Pero la verdad es que no creo que vaya a pasar algo. Y es probable que ahora Ryan ni siquiera quiera aprobarlo, ya que eso irritaría a la base republicana. Parece que el TPP está muerto. La pregunta es si quien salga electo lo desechará o si encontrará la forma de revisarlo. Si gana Trump, el problema es que no se sabe qué es lo que realmente sabe sobre el TPP.

Luis Alberto Pino Gumucio luis.pino@mediosregionales.cl

"Parece que el TPP está muerto. La pregunta con respecto a ese acuerdo es si quien salga electo lo desechará o si encontrará la

forma de revisarlo".

dinko eichin frost

"Creo que Hillary Clinton fue más efectiva que Donald Trump" en el primer debate, dice Shapiro.

"Mi impresión es que la política de EE.UU. hacia

Cuba era un impedimento para que el país pudiera mejorar su relacionamiento con América Latina".