Autor de "Ciudad de Dios": "La favela está mucho peor"
Así como en su afamada novela contó lo que ocurría en la violenta favela "Ciudad de Dios", el autor brasileño Paulo Lins rescata su barrio de infancia en el libro que lanzó este viernes en Chile, "Desde que la samba es samba", que tardó cinco años en investigar y otros cinco en escribir.
Paulo Lins está en Chile invitado por la quinta "Primavera del libro" de providencia, donde mañana en la tarde tendrá una actividad en el parque bustamante.
Uno de los impactos más grandes del cine brasileño ha sido el estreno de "Ciudad de Dios" (2002), una película que escondía un largo trabajo detrás. Era una novela adaptada, publicada cinco años antes, realizada a partir de un estudio sociológico en el que el autor participó, pero absolutamente enriquecida por la experiencia, porque Paulo Lins vivió más de dos décadas en aquella favela de Río de Janeiro.
La resonancia de ese trabajo abrió otras labores a Lins, que aparte de docencia, ha realizado guiones para cine, televisión y videoclips, y recibió el reconocimiento al Mejor Guión de la Asociación Paulista de Críticos de Arte el año 2005. Estar en la situación del escritor adaptado y trabajar adaptando textos de otros escritores explica que sea uno de los invitados internacionales de la Quinta Primavera del Libro de Providencia, en el diálogo "El libro en una sala de cine", donde expondrá junto al periodista Christian Ramírez del cruce de las disciplinas literarias y cinematográficas para el audiovisual.
Lins es un invitado adecuado a la quinta versión de esta feria, que reúne el trabajo de la edición independiente nacional desde el jueves pasado. Antes de ser un novelista y atravesar fronteras, fue poeta y, asociado con otros, hacía circular su obra en espacios no convencionales, como los bares. Hoy compone con nombres como el colombiano Fernando Vallejo o el chileno Cristián Alarcón, el retrato de la violencia en Sudamérica.
El 2012 apareció su segunda novela, "Desde que ó samba é samba" (Tajamar Editores), libro que se publicó el viernes en Chile en su versión en español. En este volumen, nuevamente se trabaja en torno a la experiencia del autor, específicamente en el barrio estación de Estado de Sá, donde Lins vivió hasta los siete años de edad.
El escritor revela en él un escenario profundo de Río de Janeiro. El texto está marcado por un fuerte componente racial, pues vincula el reconocimiento de la samba con el sufragio universal y reconstruye el origen de este estilo musical, tan característico del Brasil, alrededor de 1920, aparte de mostrar otras opciones sexuales de los próceres del sonido.
Lins, que partió trabajando los textos de la samba, ha hecho un tránsito muy extenso en los distintos formatos de escritura, siempre con polémica, porque enfrenta en su obra y declaraciones el estatus quo de la sociedad brasileña, resignificando espacios, creándolos para el imaginario literario.
-La novela "Ciudad de Dios" surge a partir de un estudio antropológico de la favela homónima, que tomó años. ¿Qué lo motivó a novelar esa información?
-Yo trabajaba en un estudio de antropología y no pretendía escribir una novela, queríamos hacer un estudio de campo para la universidad acerca de la criminalidad en Ciudad de Dios, era el doctorado de la antropóloga Alba Zaluar. Desarrollamos un estudio que nosotros concebíamos como un proyecto intelectual, para disminuir la violencia urbana que existe en Brasil y que atraviesa toda América del Sur y América Latina. Ella quería que yo escribiera un informe, un trabajo para contribuir a la universidad, a los policías, a la seguridad pública, a los antropólogos y los sociólogos. Quería que lo escribiera de manera antropológica, con un lenguaje antropológico, el cual yo no tenía, porque yo soy humanista, profesor de lengua portuguesa. Yo solo estaba en el proyecto porque vivía en Ciudad de Dios, tenía acceso a los bandidos, podía conversar con ellos. En un momento pensé que podía ser un poema, ella lo encontró bueno y con eso me dio para escribir una novela. Con mis primeras cien páginas hice un proyecto y tuve apoyo para escribir el resto. Igual fue una cosa que fue sucediendo, no fue preelaborado, yo no quería ni pensaba que iba a escribir una novela, las cosas fueron sucediendo sucesivamente. "Ciudad de Dios" partió con una base científica, y no creía en hacer una novela que golpeara al nivel que golpeó.
-La violencia y marginalidad de su novela traspasó fronteras. De hecho, en conjunto con otros escritores formó una tendencia en el resto de Latinoamérica, creando nuestra "Naranja Mecánica". ¿Por qué cree que sucedió eso con "Ciudad de Dios"?
-Yo quería hacer una cosa nueva, la gente siempre piensa en hacer algo nuevo, y todos los escritores intentan innovar. Yo intenté innovar, con mis escritos aposté a la coloquialidad partiendo de una investigación antropológica. La novedad del tema, el lenguaje, la visión interna, todo eso fue nuevo para los lectores. Mi novela es un asunto que le interesa a todo el mundo, porque Brasil es el mayor país de América del Sur, el más grande de América Latina, es un país muy visitado, muy conocido, casi todo el mundo lo conoce. Era un mundo que casi nadie sabía que existía hasta ese momento, sabían que había violencia, pero no sabían cómo se daba esa violencia, quién practicaba esa violencia. La gente vivía en un país que más inmigrantes recibió, de Oriente, de América del Sur, de Europa, entonces esta violencia proviene por una parte del racismo, porque la mayoría de las personas muertas tiene entre 15 y 25 años, son jóvenes, son negros y la policía es quien los mata, son blancos de la policía, y los policías también son negros. Existe una mayor inserción racial en la sociedad, pero aún hay muchas dificultades y racismo. Muere más gente en Brasil que en Oriente Medio. Entonces, si estamos en un país de dimensiones continentales, que recibe a todo el mundo, que es muy conocido, hay interés por esta razón claramente.
-Usted viene a hablar acerca de la relación entre literatura y cine, ¿Por qué tantos escritores quedan disconformes con la adaptación de sus libros?
-Un escritor nunca va a quedar conforme con una adaptación, el cine es otro lenguaje, es más limitado. Puedo escribir un libro de quinientas u ochocientas páginas, pero un cineasta no puede hacer una película que dure más de una hora y media, tienes que tener un número reducido de personajes. Entonces, muchas cosas importantes quedan fuera en una adaptación. Cuando se habla de guión, lo primero es pensar en retirar el exceso y mostrar la escena, al revés de narrar.
-¿Cómo aprendió a hacer guiones? ¿En qué trabaja ahora?
-Hice algunos cursos y escuché amigos, veía películas leyendo un guión al mismo tiempo, me entregué al cine. Estoy adaptando un libro de Marcelino Freires, "Nuestros Huesos". Tienes que contar muchas cosas, por lo que te queda tomar la base de la historia, generar un clima y replicar el ambiente del libro. Aún así, yo creo que es más fácil escribir guiones. En el cine tienes compañeros, directores, en la novela no.
-En Brasil hay una tradición de poesía marginal y autogestionada (Roberto Piva, Chacal, entre otros). Usted mismo fue un poeta que difundió su trabajo antes de ser un narrador famoso. En la Primavera del libro se encontrará con mucha producción independiente de poetas. ¿Qué consejo les daría?
-La poesía es algo más íntimo, es un género muy difícil, o que yo lo veo muy difícil, es un género de poco alcance. En el mundo hay pocas personas que leen poesía, da lo mismo Europa, Estados Unidos o Medio Oriente, no es una lectura que la mayoría de la gente tenga. La novela, por tanto, es lo que tiene mayor alcance. Ahora para hacer poesía va en el estado, en la manera de ser de cada uno, va en el momento en que estés. A veces hago un poema por necesidad, pero a mí me gusta hacer literatura, novela, prosa. Les recomiendo que sigan trabajando, el arte tiene esa dificultad. La lectura, además, es muy difícil, en muchos lugares, muchos países, No te queda más que trabajar, producir, esforzarte, porque si paras de escribir, no hay cómo, te jodes si paras de escribir. La poesía y los poetas siguen luchando.
-Los aniversarios de la película "Ciudad de Dios" generan reportajes que evalúan cómo ha cambiado la favela desde el estreno. Habitualmente se afirma que ha mejorado bastante. ¿Qué opina usted?
-La favela está peor, mucho peor, mucha más violencia, las armas son más potentes, las personas que están metidas en el asunto son más jóvenes, cada vez más jóvenes. Es mucho peor. La policía responde de manera mucho peor, antes no se sabía y vi matar niños y nunca salió en la prensa. Ahora esto sale más y es más expuesto, pero esto solo lleva a la repercusión y el debate, hace que la gente esté más politizada. Las personas pobres votaron Lula y Dilma, los blancos brasileños quieren mantener la segregación, soy el único afroamericano en un edificio de clase media. Ambos presidentes implementaron muchos proyectos de educación con becas y préstamos, también deportivos, lo que permitió la medalla de la judoca Rafaela Silva.
-Su segunda novela es "Desde que ó samba é samba", recién publicada en español, y trabaja sobre el origen de la samba. ¿Cómo investigó el tema y cómo abordó la presión tras un libro tan exitoso?
-Mi primera relación con al arte fue haciendo samba. Toco, bailo y escribo, siempre escribí. Comencé corrigiendo las letras para los sambistas, porque sabían que era profesor de lengua portuguesa y luego escribí mis propias sambas. Estoy de escritor, pero soy sambista de corazón. Mi trabajo de ficción siempre parte en un largo trabajo de investigación. En esta novela fueron cinco años de investigación más cinco años para escribir el libro. Contraté dos historiadoras que me hicieron la parte política de la época, gracias a esos datos históricos construí una historia de ficción, llena de aventuras, aún cuando es un libro de amor entre los personas, la samba y la umbanda. Creo que esta novela muestra un Brasil que la gente no conoce. La presión fue más mía que la de mi editor, yo mismo me apuré para hacer algo que tuviera el mismo alcance que tuvo "Ciudad de Dios", una cosa que me diera más atención. Tuve miedo de no repetir el éxito, pero eso es normal en el arte, el segundo libro siempre es difícil y conmigo no fue diferente.
"Mi primera relación con el arte fue haciendo samba. Toco bailo y escribo (...) Estoy de escritor, pero soy sambista de corazón".
DANIEL OLIVARES
"No pretendía escribir una novela, queríamos hacer un estudio de campo para la universidad acerca de la criminalidad en Ciudad de Dios".