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Aula hospitalaria: una labor de vocación y convicción educativa

LABOR. En el sistema sanitario del país existen iniciativas que entregan un mejor pasar a niños y niñas que están internados o en tratamientos extensos. Instancias que permiten que se cumpla su derecho a la educación y aportan a su rápida recuperación.
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Luis Grandon

Para muchos el sistema educativo chileno contiene diversas falencias, en materia de desigualdad, acceso, calidad en la entrega de los contenidos y diversas discrepancias entre sus actores.

Pero aun así, existen iniciativas loables que deben ser mencionadas y destacadas. Es el caso de las aulas hospitalarias, que bajo el amparo de la ley número 20.422, buscan, de acuerdo con el ministerio de Educación, hacer efectivo el derecho al acceso a la educación del niño, niña y joven hospitalizado, evitando así la marginación del sistema educativo y de su contexto social y cultural.

Los niveles que aborda esta iniciativa van desde la educación parvularia, pasando por el primer ciclo de educación básica llegando hasta el nivel de educación media, garantizando con ello la educación de todo aquel que lo necesite.

Bajo este escenario, hace poco más de cuatro años que este tipo de pedagogía llegó al hospital Carlos Cisternas de Calama. Su impulsor, el jefe del Servicio de Pediatría del establecimiento, doctor Jorge Castro.

"Fue en marzo de 2012 que esta aula entró en funcionamiento. Actualmente permite entregar apoyo escolar a los niños que presentan hospitalizaciones o que de acuerdo con el diagnóstico médico del profesional tratante, no se encuentran en condiciones de asistir a un establecimiento educacional", manifestó.

En este sentido, la ley antes mencionada establece normas sobre la igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad. Ésta deroga, básicamente, aquellas viejas normativas que apartaban a los niños del colegio.

Realidad

La pedagogía hospitalaria en Chile ha ido en aumento. Existen leyes que avalan su irrupción y resguardan el derecho de los niños a acceder a la educación.

Hasta hace poco tiempo estos derechos se veían vulnerados, al no poderles proporcionar atención educativa a los menores que presentaban algún tipo de enfermedad o que debían permanecer hospitalizados.

Motivo por el cual su proceso educativo se veía interrumpido. Pero eso cambió.

Es así que, de acuerdo con información proporcionada por los encargados del aula hospitalaria del hospital de la capital de provincia de El Loa, al año pasan por ella cerca de seiscientos alumnos, que dadas sus propias condiciones no pueden asistir a un establecimiento normal.

"De los alumnos que esta iniciativa aborda, son trece los pequeños que asisten de forma estable a esta modalidad de estudio. De ellos ocho llegan hasta el aula, los otros cinco son visitados en sus hogares por una docente. En el transcurso del año son muchos más los que se van sumando de acuerdo a sus propios tratamientos", declaró la directora del aula, Salomé Mora.

Asimismo estas aulas o escuelas hospitalarias se encuentran facultadas por el ministerio de Educación para aplicar adecuaciones curriculares a cada alumno (paciente). En este sentido, dada las condiciones particulares de aprendizaje de los pequeños, en su mayoría, cursan el currículo regular a través de dichas adecuaciones.

Profesionales

Para que esta iniciativa funcione y siga adelante debe contar con un equipo de profesionales con vocación y aptos para tal efecto. Es así que, la escuelita, como también se le conoce, cuenta con una directora y dos profesoras a cargo de brindar los conocimientos en todos los niveles requeridos.

En la plana docente se encuentra María Cruz, quien es la encargada de realizar las visitas y clases a los niños que no pueden asistir de forma presencial al aula.

"Lo que se busca es brindar a los alumnos la continuidad de sus estudios. Es preciso señalar que se trabaja de acuerdo a los contenidos entregados por el ministerios de Educación", dijo.

Al respecto, la profesional agregó que "es muy satisfactorio poder brindar a los alumnos, en situación de enfermedad, la oportunidad de seguir estudiando. En mi caso, tengo la posibilidad de conocer de cerca la situación en la que se encuentra cada estudiante, su entorno familiar y sociocultural, su realidad. El trabajo que desempeño, como experiencia de vida, es gratificante y hermoso".

Por su parte, la profesora de aula, María de los Ángeles Huerta, manifiesta que el ambiente que se genera en la sala de clases es espléndido. La docente declara que quienes asisten entregan todo de sí para salir adelante, "lo que resulta admirable", según ella.

"El ambiente que se percibe en el aula se de compañerismo. Es por eso que, en algunas ocasiones, los alumnos desean quedarse por más tiempo del que, por prescripción médica, les corresponde", contó la profesora.

Al respecto, la docente esgrimió que cuando comenzó a trabajar se planteó si de verdad servía para desempeñar la labor que actualmente desarrolla. "Con el pasar del tiempo me di cuenta que estaba inmersa en una realidad que se presenta día a día ante nosotros y que pocos, muy pocos, son capaces de percatarse, es más fácil hacer vista gorda", argumentó Huerta.

De acuerdo con los profesionales que participan de esta iniciativa, a esta aula llegan pequeños con distintos diagnósticos, cuadros y enfermedades. Existen casos en que son derivados por problemas de adaptación social, otros en cambio han sufrido bullying severo en sus escuelas o colegios y también asisten aquellos que, por motivos de intervenciones, se encuentran hospitalizados en el recinto asistencial.

Aporte

La legislación vigente señala que es el Estado quien debe garantizar a las personas con discapacidad el acceso a los establecimientos públicos y privados del sistema de educación regular o a los establecimientos de educación especial, según corresponda, que reciban subvenciones o aportes de él.

En este sentido, "el aula hospitalaria es un aporte fundamental para dar un grado de normalidad a los niños que se encuentran hospitalizados", aludió el director del hospital Carlos Cisternas, Patricio Toro.

La autoridad agregó que "le entregamos las herramientas a los pequeños para que puedan participar y seguir aprendiendo. El hecho que puedan continuar con su formación e integrarse con otros niños nos parece súper conveniente".

Al respecto el director del hospital mencionó que "esta iniciativa ayuda en el proceso de normalización y curación de estos niños. Por lo tanto nosotros aplaudimos este tipo de instancias. Es por eso que hemos entregado las facilidades para que se puedan instalar en dependencias del hospital. Es más, esperamos que nos sigan acompañando en el proyecto del nuevo recinto de la ciudad", finalizó.

Por su parte, el jefe del Servicio de Pediatría del establecimiento e impulsor de ésta iniciativa en el hospital loíno, destacó el avance que ha significado para el área de pediatría contar con esta aula.

"Esto permite que los niños puedan distraerse, al salir de las habitaciones donde se encuentran hospitalizados, y poder interactuar con sus pares, realizando acciones educativas normales a las de cualquier otro pequeño", subrayó Castro.

El especialista agregó que, además "es tan satisfactorio lo que se logra a través de esta intervención educativa, que es necesario que esté presente, ojalá, en todos los hospitales del país".

Ante la consulta sobre los inconvenientes que pudiesen generar algún tipo de manifestación o movilización de los trabajadores del hospital, al funcionamiento del aula, el médico es tajante en señalar que "el respeto que existe por esta iniciativa es tal, que nunca se ha visto impedida de funcionar por factores externos".

Tras casi cuarenta años de carrera, de los cuales treinta y dos de ellos los ha desempeñado en el hospital Carlos Cisternas, el doctor Jorge Castro se encuentra próximo jubilar.

Ante esta situación sus impresiones son propias de quien ha dedicado una vida a los niños.

"Me retiro con las sensaciones propias de quien por más de treinta años ha dedicado su tiempo y dedicación a los niños de este hospital, por eso lo siento muy mío. Los logros alcanzados nos pertenecen a todos. Por mi parte me retiro satisfecho tras haber entregado todo por los pequeños y espero que esta escuelita continúe y no desaparezca, porque es muy importante para los pequeños que asisten a ella", declaró Castro.

Alumnos

Esta iniciativa es loable y permite a los niños continuar sus estudios, estando internados en el hospital o al ser derivados de acuerdo a prescripciones médicas. Pero qué sienten ellos ante esta posibilidad de continuar sus estudios en esta aula.

Marcelo, uno de los alumnos, menciona que lleva tres años en el hospital, de los cuales el último ha participado en este sistema de estudios.

"Mis compañeros son súper agradables y al ser poquitos no molestan y son tranquilos. Me gusta compartir con ellos, así todos aprendemos", dijo.

El pequeño quiso destacar que en reiteradas ocasiones han participado de otro tipos de actividades. "Hemos plantado arbolitos en el hospital y pintado las piedritas que los rodean. También jugamos a la pelota o bailamos cueca. Me siento mucho mejor aquí que en la otra escuela donde estaba antes", mencionó.

Por su parte, otro de los niños que asisten al aula, Jonathan, manifiesta que "aquí puedo estudiar tranquilo y relajarme. Es muy diferente a las otras escuelas. Aquí puedo divertirme y aprender de una manera distinta, como me gusta. No me distraigo y la profesora me enseña bien. Además he logrado tener amigos acá".

Nuevo Observatorio buscará mejorar la integración migratoria

INICIATIVA. Generará estudios sobre movilidad de chilenos y extranjeros.
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Mejorar y acelerar los procesos de integración de los migrantes incluyendo la prevención y solución de dificultades socioculturales, asociadas a estos procesos, son los objetivos del nuevo Observatorio Regional de la Migración (ORMI), el que este mes inició sus actividades en Antofagasta.

El organismo, perteneciente al Instituto de Economía Aplicada Regional (IDEAR) de la Universidad Católica del Norte (UCN), tiene entre sus principales metas producir información científica sobre el fenómeno de la movilidad humana, esto incluye migración internacional, desplazamiento, migración interna, así como la conmutación de corta y larga distancia.

La iniciativa nace en una región que en los últimos años registra una alta población migrante, principalmente, de países del continente americano, como Colombia, Bolivia, Perú y Ecuador, entre otros.

El nuevo ORMI, a cargo de investigadores y profesionales asociados al IDEAR, estará bajo la dirección del académico, Dr. Marcelo Lufín.

Esta unidad generará encuestas, centro de datos, informes, publicaciones y artículos científicos sobre esas materias, y se espera que esta información contribuya además, al desarrollo regional.

Movilidad

El director del IDEAR, Luis Rodrigo, explicó que el equipo de trabajo es de carácter multidisciplinario, cuyos intereses convergen al análisis de los fenómenos de movilidad humana.

El especialista manifestó que el Observatorio nació a partir de los resultados de las encuestas Casen, las que han mostrado que en la macro zona norte la migración ocurre con niveles muy distintos al resto del país, en especial, con el sur y Santiago.

En este sentido, se aprecia un fenómeno que está afectando al norte de Chile de manera muy distinta al resto del país.

En la actualidad el Observatorio está en busca de financiamiento con el propósito de llevar adelante dos herramientas de trabajo.

La primera será una gran encuesta directamente a migrantes, con la finalidad de obtener información de primera mano sobre lo que está ocurriendo en la región.

Otra herramienta proyectada es la generación de un gran centro de datos que tenga la información disponible en un solo sitio web, el que incluirá estudios, informaciones de las ONG, sectores público y privado.