Lamentablemente en el mundo entero hay mayoritariamente una mirada discriminadora hacia las personas que llegan de otros países, más aún cuando desde nuestro punto de vista, consideramos que vienen de naciones con menos condiciones que la nuestra.
Por esta razón se está haciendo un esfuerzo para realizar una política ciudadana que trate la inmigración que sigue creciendo en nuestro país.
Para muchos, erradamente, la llegada de inmigrantes es un problema para el país, pero para otros es la oportunidad de crecimiento de una nación, por lo que debe ir acompañada de reglas claras para evitar abusos, explotación y maltrato.
En nuestra región el ingreso de extranjeros con residencia permanente ha tenido un incremento de un 337% en los últimos once años, lo que significa cerca de 28 mil personas instaladas en la zona, principalmente colombianos, peruanos y bolivianos.
Ante esta realidad, y teniendo en cuenta que la región tiene el mayor número de extranjeros en relación a nuestra población, es necesario adaptarnos para permitir que ellos también puedan disfrutar de derechos y deberes.
Para ello el Gobierno está dando pasos, como realizar cambios a la ley de extranjería, con el fin de reforzar sus obligaciones respecto a sus beneficios.
De esta manera también existirá una mayor satisfacción en la ciudadanía que no hay diferencias, y que el trato para todos es igual, no existiendo mayor beneficios para unos o para otros.
Además se requiere de una ley más clarificadora, y a la vez planes locales para mejorar la gestión de los inmigrantes de acuerdo a nuestras propias realidades. Entre ellas ya se ha conformado un gabinete intercultural entre las gobernaciones más algunas Seremis para elaborar un plan de acción que tendrá como principio la interculturalidad.
De esta manera se busca romper con las brechas y formar actividades vinculantes que nos lleve a erradicar prejuicios, terminar con las diferencias y buscar puntos comunes que nos permita crecer y no enredarnos en prejuicios y actitudes xenófobas.