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ENTREVISTA. Zhang Baohui, experto en política China y en el este asiático de la Universidad de Lingman, en Hong Kong:

"Por cierto que China quiere expandir su influencia global"

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A Donald Trump le bastó una pizca de su peculiar estilo, apenas una escueta conversación por teléfono y unos pocos caracteres por Twitter, para agitar las bases de las más de cuatro décadas del status quo que sustenta las bases de las relaciones entre Estados Unidos y China. El reciente intercambio de palabras del próximo residente en la Casa Blanca con la Presidenta de Taiwan, Tsai Ing-wen, encendió las luces de alerta en las cumbres del poder chino y reforzó en todo el mundo la idea que, con el republicano al frente, se ciernen nubes de incertidumbre sobre el tablero en el que se juegan las grandes ligas de las relaciones de poder internacionales.

Para Beijing, Taiwan es una provincia rebelde, pero sobre todo es la línea roja con la separa amigos y conocidos de rivales y enemigos. Para Washington, es una suerte de aliado no oficial con el que rompió oficialmente en 1979, precisamente para establecer relaciones diplomáticas con China, pero al que nunca ha dejado de considerar un actor estratégico en el sudeste asiático.

Con todo, quizás lo más relevante ahora es lo que sea China para Trump, algo que recordó a través de su red social favorita y que terminó de incendiar los análisis sobre el futuro de las relaciones entre las dos economías más grandes del mundo: "¿Acaso China nos ha preguntado si está bien que devalúe su moneda, imponer fuertes impuestos a nuestros productos o construir un enorme complejo militar en medio del mar del Sur de China? ¡No lo creo!".

En esta entrevista, Zhang Baohui, doctor en ciencias políticas por la Universidad de Texas (EE.UU.), académico de la Universidad de Lingman (en Hong Kong) y analista recurrente de varios de los medios más influyente del mundo, como The New York Times y CNN International, dimensiona los alcances del "telefonazo" Washington-Taipei y entrega pistas para lo que pueda venir.

- ¿Le preocupa realmente la reciente disputa entre Donald Trump y el gobierno chino por Taiwan o diría usted que se trata, más bien, de una suerte de estrategia del equipo de Trump para prepararse de cara a futuras negociaciones comerciales?

- Lo que me preocupa es que Trump traerá una mayor imprevisibilidad a las relaciones entre China y Estados Unidos. Sus verdaderas intenciones detrás de la llamada al Presidente de Taiwan son todavía poco claras. Aunque Trump podría estar utilizando esto como una herramienta de negociación de cara a futuras negociaciones con China, es más probable que haya sido manipulado por gente que está alrededor de él y que son favorables a Taiwan. Trump mismo dijo que la llamada no significaba un cambio mayor en las relaciones entre China y Estados Unidos. Yo me inclino por creer esto último.

- ¿Cómo cree usted que es probable que responda el gobierno chino si Donald Trump insiste en redefinir los términos comerciales entre ambos países, incluyendo la carga tributaria a las exportaciones? - Sin ninguna duda, China presionara fuertemente de vuelta. Sin embargo, como los intereses comerciales son siempre negociables, China también puede estar dispuesta a hacer algunas concesiones. Esto ocurre porque China, en verdad, obtiene un superávit comercial enorme, cada año, con Estados Unidos.

-¿Cree que los gobernantes chinos están siquiera dispuestos a sentarse a renegociar acuerdos comerciales que ya están en marcha con Estados Unidos? - La razón es la que acabo de mencionar. Trump tiene algunas quejas legítimas y China seguramente está al tanto del hecho que el desequilibrio en materia comercial entre ambos es un problema para Estados Unidos.

- ¿Cómo diría usted que Donald Trump es percibido entre los miembros de más alto rango en el gobierno chino? En ese sentido, ¿diría usted que los chinos están siquiera preparados para lidiar con alguien aparentemente tan impredecible como Trump?

- Muchos lo prefieren sobre Hillary Clinton, ya que ella tiene una línea dura con respecto a China. Sin embargo, otros ven a Trump con sospecha y preocupación. La gente piensa que es impredecible y su último acto (el contacto con la Presidenta taiwanesa) lo prueba. Ahora, los chinos tendrán que aprender a lidiar con él.

- Con respecto a la creciente construcción de infraestructura militar china en el Mar del Sur de China, ¿cómo cree que puede evolucionar este asunto en el corto o mediano plazo?

- No sé hasta dónde puede llegar China en el mar del Sur de China; sin embargo, si son sabios, los chinos deberían restringir sus actividades en el Mar del Sur de China para, de esa forma, darle cierto espacio de maniobra al nuevo gobierno de Donald Trump.

-¿Le preocupa la forma en que el ánimo social y político está evolucionando en países como Japón y Corea del Sur en relación con sus preocupaciones de seguridad relacionadas con las políticas chinas para proyectar poder en la región?

- Los japoneses siempre verán a China con sospecha y, la verdad, es que no hay mucho que China pueda hacer con respecto a eso. De hecho, Japón es responsable por esta situación, como consecuencia de su revisionismo histórico y su intento de revisar el orden geopolítico posterior a 1945, el cual restringe sus roles en materia de seguridad en la región. Estos esfuerzos aumentan la desconfianza entre China y Japón.

- ¿Es usted, en definitiva, más optimista o pesimista con respecto a las condiciones de seguridad, en el futuro previsible, en el sudeste asiático?

- Soy más optimista, ya que Donald Trump no está obsesionado con políticas de gran poder. Trump está mucho más centrado en el terrorismo islámico y en las condiciones de bienestar locales en Estados Unidos. Es por esta razón que su llamada a Tsai Ing-wen (la Presidenta de Taiwán) no tiene necesariamente que significar que pretende redefinir las relaciones entre China y Estados Unidos.

Luis Alberto Pino Gumucio

luis.pino@mediosregionales.cl

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AP Photo/Johnson Lai

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