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Cartas, caballos y goles: la historia del juego en Chile

Desde apuestas con pepas de sandía hasta la opulencia de los casinos, todo cabe en el libro "Grito y plata" de Nicolás Rojas. Es un extendido friso social e histórico sobre naipes, carreras y partidos de fútbol.
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A sus caballos de carrera los mapuches les daban de beber agua desleída de piedra de bezoar de venados. De comer, les daban pájaros veloces. También les pasaban plumas en los cuerpos y los alejaban de las mujeres, cuenta Oreste Plath, uno de los autores citados en "Grito y plata" (Letra Capital Ediciones), un libro en el que Nicolás Rojas, su autor, hizo converger datos como los recortes respecto de los juegos de azar de Joaquín Edwards Bello. Para el famoso cronista no todo era plata. Tampoco para "El mago de la Polla Gol", que fue entrevistado por Rojas viviendo humildemente, luego de haber compartido con incontables personas los secretos de apostar a los resultados del fútbol.

"Grito y plata" abre con una relación histórica y documental de los juegos de azar, desde tiempos de la Conquista. La escritura va acompañada por ilustraciones de Marcelo Escobar, fotos y recortes de prensa, más archivo de época. La publicación, financiada por el Fondo del Libro, será presentada el próximo martes 13 de diciembre a las 19.00 en el Museo Histórico Nacional.

-¿Existe una relación entre juego y violencia?

-Creo que existe una relación entre juego y represión, especialmente durante la Conquista y la Colonia. A lo largo de la historia existieron diversos bandos, castigos y prohibiciones del juego, por considerarse una actividad cercana a la fiesta, el descontrol, el ocio y la falta de producción. Siempre se está intentando, por la fuerza, moldear el comportamiento social de los chilenos.

-Tanto en el caso de los juegos de casino como en las carreras de caballo, hay una elitización de los escenarios, que los extrae de su popularidad. ¿Cómo explicarse ese fenómeno?

-La división social, que siempre ha existido en el país, se va haciendo más evidente a fines del siglo XIX en la hípica con la constitución del Club de Santiago y, a partir de 1930, con la inauguración del lujoso casino de Viña del Mar. Ambas acciones resuelven el problema de normar y formalizar estas actividades de juego y se convierten en centros de vida social para las clases más altas, imitando a las europeas.

-Indicas que algunos de los entrevistados cambiaron sus nombres. ¿Cuál crees que es el motivo?

-Es complejo aparecer públicamente como un ludópata o como alguien que perdió mucho dinero. El juicio social es muy fuerte en Chile. Un ejemplo actual y otro del siglo pasado: ahora en los casinos está prohibido tomar fotografías y en las crónicas de Edwards Bello aparece alguien justificándole su asistencia al casino solo "para estudiar fisonomías".

-¿Qué revela esa selección de recortes que revisaste de Joaquín Edwards Bello ?

-Revelan a un hombre apasionado por los juegos, pero muy consciente de su rol de retratar a la sociedad chilena de su época. También noté una evolución del personaje en su relación con el dinero y con el casino, del que estuvo alejado un tiempo.

-En la investigación histórica que introduce tu trabajo se informa que se apostaba respecto del color de las pepas de sandía y las chapas entre los niños. ¿Podrías describirnos estos juegos?

-Esa es una descripción de varios viajeros que lo registraron en sus crónicas, como las de Mary Graham. Decían que los chilenos apostaban prendas o pequeñas cantidades de dinero adivinando de qué color salían las pepas de las sandías al abrirlas. El juego de las chapas está basado, según cuenta Oreste Plath, en el cara y sello.

-¿Cuál es tu opinión de los casinos populares?

-Me parece que debieran regularse, tal como los casinos fiscalizados por la Superintendencia de Casinos de Juego. Eso otorgaría garantías a los jugadores de que las máquinas entreguen un mínimo de premios. Socialmente me parece interesante, porque hay un mundo en esos casinos de gente que apuesta, pero en una escala más pequeña.

-¿Por qué, pese a la oficialización de espacios, siguen existiendo los casinos ilegales?

-Porque permiten el ingreso gratuito, porque se pueden hacer apuestas de montos inferiores y porque están al paso, generalmente en los barrios o centros de las ciudades.

-Uno de los personajes afina el grupo etario que vive en estos submundos de apuestas. ¿El juego está segmentado o crees que es transversal a la sociedad?

-Creo que es acertado su análisis sobre los tipos de públicos de la hípica, que está muy segmentada socialmente en los hipódromos y clubes. El casino pareciera ser más transversal, aunque igual se paga entrada y existen los salones VIP, a los cuales se puede acceder habiendo apostado grandes sumas. El más transversal es el juego de azar: todos somos iguales jugando Loto, un raspe o participando de un bingo.

-Respecto a los beneficios de los ludópatas, ¿hay una libertad excesiva para los casinos o estas podrían ser inventos de un mitómano?

-Creo que debería regularse más la relación con los ludópatas. Es posible que ellos pidan que no los dejen entrar al casino, pero el autocontrol es difícil en estos casos de juego patológico. Me parece preocupante el caso que se expone en el libro, pues el entrevistado es un jugador que ha perdido tres casas. Es como darle vino a un alcohólico. ¿Es ético?

-¿Por qué se estrecha tanto la relación de los mapuches con los caballos?

-Eso me llamó mucho la atención y está extraído de las investigaciones de Oreste Plath. Es interesante que el caballo, animal traído por los españoles, se transformara en un arma importante para la defensa de los mapuches. Sobre las prácticas previas a la carrera, nos hablan de la cosmovisión del pueblo y de su relación con los animales. Estamos al debe en conocer más de la cultura de nuestros pueblos originarios.

Nicolás Rojas convirtió en libro su investigación histórica sobre el azar en chile.


"Grito y plata"

Nicolás Rojas

Letra Capital Ediciones

112 páginas

$12.000

Por Cristóbal Gaete

Pablo Baeza Contreras

"Los chilenos apostaban prendas adivinando de qué color salían las pepas de la sandía".

"El más transversal es el juego de azar: todos somos iguales jugando Loto, un raspe o participando en un bingo".