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Cuarta edad

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En Chile nos sentimos orgullosos del significativo avance que han experimentado las expectativas de vida de nuestra población; así, si hacia mediados de la década de los nostálgicos ´80 la esperanza promedio era de 71 años y en los ´60 de 57 años, a día de hoy es 79 años y, en las próximas 2 décadas esta cifra se estima alcanzará los 82 años.

La pregunta que nuestra sociedad obviamente se formula es si estamos preparados para enfrentar esta realidad demográfica. Y, la lacónica respuesta a la luz de múltiples evidencias, es NO.

Los adultos mayores (60 años en adelante) que hoy superan las 8 decenas de años, alcanzan al 17,3%, y se les identifica como personas pertenecientes a la "Cuarta Edad".

Y es respecto de este segmento de población, que todo nuestro orgullo se torna en un unísono rostro de vergüenza, pues definitivamente, el país como un todo, incluyendo sus fuerzas sociales vivas privadas y públicas, hemos sido incapaces de abordar la otra parte de lo que significa el progreso, cual es generar condiciones que permitan una vida digna, tanto para aquellas personas que se encuentran activas y en condiciones de seguir trabajando, como de aquellas que por el paso de los años empiezan a sentir y sufrir enfermedades, siendo probablemente la más dura y cruda de estas últimas, la dolencia del estado de abandono de estos que "nos dieron lo que hoy tenemos".

Estas líneas, que pudiesen extenderse muchísimo más, procuran no necesariamente poner de manifiesto todas nuestras carencias y deficiencias sociales -y de espíritu-, estas palabras son una convocatoria a iniciar, decididamente, el borrado de esta deuda en el DICOM SOCIAL.

Orlando

De la Vega Luna

Académico,

Escuela de

Negocios y

Economía PUCV

LA EMPRESA Y LOS DERECHOS HUMANOS

SOCIEDAD. Una relación que no debería ser sorprendente
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Lo tradicional, en nuestro país, es tener una acepción ideológica, o política, de los derechos humanos, especialmente a partir del año 1973. Sin embargo, en la actualidad, ha empezado a tener una connotación distinta a nivel internacional, sobre todo al vincularlos con la administración de las empresas.

En términos muy simples, los derechos humanos plantean que las personas tienen derecho a ser tratadas con dignidad, independientemente de su nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen étnico, color, religión, idioma, o cualquier otra condición.

A su vez, las actividades empresariales pueden repercutir, tanto de manera positiva, como negativa en el trato a las personas, de allí que exista una clara relación entre las empresas y los derechos humanos.

Las repercusiones positivas, por ejemplo, se pueden observar en la innovación o la prestación de servicios que mejoran la calidad y expectativas de vida de las personas en el mundo. A su vez, las consecuencias negativas pueden ser, por ejemplo, la destrucción del medio ambiente o la explotación de trabajadores y menores de edad, o la exclusión de discapacitados, es decir, cuando por razón de un acto se elimina, o se reduce, la capacidad de una persona para disfrutar de sus derechos.

LOS PRINCIPIOS RECTORES

A nivel internacional, la Organización de las Naciones Unidas ha establecido 31 "Principios Rectores" sobre las Empresas y los Derechos Humanos, como puesta en práctica del Marco de las Naciones Unidas para "proteger, respetar y remediar" los derechos humanos, dirigidos a los Estados y las empresas; en el año 2011 el Consejo de los Derechos Humanos creó el Foro de las Empresas y los Derechos Humanos para examinar las tendencias y los problemas de aplicación de los Principios Rectores, entre otras actividades.

Estos Principios Rectores fueron elaborados por John Ruggie, académico de la Universidad de Harvard y Representante Especial del Secretario General de la ONU, para la cuestión de los derechos humanos y las empresas transnacionales y de otro tipo, entre 2005 y 2011.

Los "Principios Rectores" constituyen un mapa para la acción, definen los parámetros con arreglo a los cuales los Estados y las empresas deben establecer sus políticas, normas y procesos; también imparten orientaciones prácticas a las entidades sobre qué medidas deben adoptar para cerciorarse de que respetan estos derechos, creando una plataforma común para la acción y la rendición de cuentas, que permite evaluar las conductas, tanto de los Estados, como de las empresas.

Los Principios Rectores, asimismo, se refieren a la responsabilidad de las compañías de respetar los derechos humanos, esto significa que deben abstenerse de infringir estos derechos sobre: trabajadores, consumidores y otros miembros de la comunidad. Además, deben hacer frente a las consecuencias negativas que puedan surgir.

Empresas y dd.hh.

La relación entre las empresas y los derechos humanos va más allá de los derechos laborales y la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) con sus respectivos stakeholders. La principal diferencia entre la RSE y los Principios Rectores, radica en el ámbito de aplicación. La RSE es una iniciativa voluntaria de carácter individual, mientras que los Principios Rectores tienen un ámbito mundial, que recae sobre todas las empresas, sean grandes, medianas o pequeñas, estatales, privadas o mixtas, con o sin fines de lucro. Además, los inversionistas, asociaciones gremiales, organizaciones de consumidores, sindicatos, organizaciones de la sociedad civil e instituciones defensoras de derechos humanos, ya pueden servirse de los Principios Rectores para elaborar sus políticas y procesos institucionales.

En la actualidad, y cada vez más, las empresas deben saber y hacer saber que respetan los derechos humanos. Para esto, en primer lugar, las empresas deben asumir un compromiso político (no partidista ni ideológico), en declaración pública, aprobada al más alto nivel jerárquico, por el que se obligan a actuar conforme a su responsabilidad de respetar los derechos humanos, y en segundo lugar, deben realizar una constante "due diligence", o diligencia debida, en materia de derechos humanos que les permita detectar, prevenir y rendir cuentas por ellas. Esto último se entiende como el grado de prudencia, actividad o atención que cabe esperar, y con la que normalmente actúa una empresa prudente y razonable, es un proceso permanente en el contexto de todas sus operaciones y productos, con toda su red de proveedores y socios comerciales, evaluando sus sistemas y procedimientos, tanto internos, como externos.

Trabajo en Equipo

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El autor, poseedor de una amplia experiencia como gestor y como consultor de grandes empresas, da a conocer los aspectos más relevantes del trabajo en equipo, ampliamente empleado en las organizaciones. En los ocho capítulos, el lector revisa diversos temas tales como: el concepto de grupo, las funciones en el grupo, el equipo, lo que el equipo necesita, la toma de decisiones en los equipos, resolución de conflictos en el equipo, innovación y creatividad. Se recomienda que este libro, sea leído por todos aquellos, que desean o formen parte de un equipo. Trabajar en equipo es altamente valioso, pero no es fácil. Es necesario conocer y dominar muchos aspectos de sus integrantes para lograr resultados.

Http://www.nber.org/digest/

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Esta página web está asociada a la Oficina Nacional de Investigación Económica de los Estados Unidos (NBER, por su sigla en inglés). El NBER Digest es una publicación mensual que sintetiza, usualmente, cuatro investigaciones recientes de la más alta calidad científica y que suelen tener un alto impacto en el diseño e implementación de políticas económicas. Estos boletines están escritos en un lenguaje simple y accesible para cualquier profesional interesado en temas de economía y políticas públicas. Uno de los méritos principales de éstos es simplificar la información de los artículos, que son de gran complejidad académica, a un nivel que lo hace entendible para profesionales de todas las áreas. Usted se puede suscribir gratuitamente a la publicación sólo con una dirección de email.