De las tres finales de Copa Libertadores que jugó en su carrera, la de 1982 es por lejos la más ingrata que le tocó vivir a Óscar Raúl Wirth Lafuente, el recordado arquero que en los años '80 vistiera llamativas camisetas rayadas defendiendo el arco de Cobreloa. Fue en el estadio Nacional de Santiago, cuando Fernando Morena anotó el gol que le dio el título a Peñarol en el minuto '89 cuando todos esperaban que Cobreloa confirmara su sitial de mejor equipo del continente. Ese día lloró como todos.
"Había una sensación de decepción, de rabia, de pena. De saber que estuvimos tan cerca, de entender que si esa final se jugaba en Calama la ganábamos. Fue un día muy triste porque el estadio estaba lleno y todo Chile iba a ver cómo un equipo chileno se quedaba al fin con la Libertadores", comenta el ex golero que cada vez que viene a Calama en algún partido amistoso recibe el cariño de los hinchas del club.
"Es muy bonito y reconfortante saber que pese a que estuve tres años acá, uno dejó un recuerdo grande y que la gente le tiene cariño. Yo tuve la suerte de jugar en los cuatro grandes del fútbol chileno pero sin duda que Cobreloa fue el club más importante de mi carrera porque acá conseguí muchos logros en ese tiempo. Y de verdad, me tocó ser parte de uno de los mejores equipos en la historia del fútbol chileno".
Presente
Wirth sigue de cerca la realidad del equipo y si bien es cauto a la hora de opinar porque considera que "hay que estar dentro para poder hablar de qué se hace bien y qué se hace mal", tiene palabras para reflejar qué sintió cuando el elenco loíno perdió su categoría.
"No lo podía creer y si bien uno sabía que esa situación se podía dar, echabas la mente atrás y cuando estábamos nosotros pensabas que eso era imposible, si los equipos iban a perder por poco a Calama. Muchas cosas deben haberse hecho mal pero lo importante es que ese club tiene una historia, que escribimos nosotros y varias otras generaciones recordadas que pasaron por allá. Los que están ahora deben aprovechar ese legado que estará por siempre en los libros", reflexiona.
Y manda un mensaje. "La gente de Calama debe unirse. Cuando nosotros peleamos el sitial del mejor de América era porque todos remábamos para el mismo lado. Es lo que el club necesita hoy".
minutos mantuvo su valla invicta jugando por Colo Colo y Cobreloa entre el 12 de octubre del '79 y el 20 de abril de 1980. 743