"No es una solución mágica; es un camino acorde con el desarrollo de la ciencias"
La vicerrectora de Investigación de la Pontificia Universidad Católica, Sol Serrano, cree que el proyecto que firmó esta semana la Presidenta Bachelet para la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología es "una nueva hoja de ruta para resolver problemas" de la comunidad científica e implica "un nuevo diálogo entre las ciencias básicas y aplicadas con el poder político y la sociedad", la que, a su juicio, ha estado hoy muy separada de estos quehaceres.
"Lo relevante es que marca un hito para construir una nueva institucionalidad que permita precisamente avanzar en temas fundamentales: la coordinación de instrumentos para la investigación atomizados en el sector público que no dialogan entre sí. Esta reunión permite construir una política pública en investigación y desarrollo que sea coherente", opina.
La historiadora y académica considera que la existencia de un Ministerio "sitúa esta política no sólo como un tema de los científicos, sino del Estado, del Gobierno y del Parlamento, de la sociedad civil, del sector público y privado, de una multiplicidad de actores".
"No es una solución mágica; es un nuevo camino acorde con el desarrollo de la ciencias y las tecnologías y el desarrollo del país", sostiene.
- Varios representantes del sector han criticado que no se haya incluido el área de la innovación en el nuevo Ministerio.
- Es cierto que ha habido un debate sobre el lugar donde queda la innovación. Pero en el proyecto hay varios de los instrumentos de Corfo que pasan al Ministerio; cuáles son ya es materia de reglamento. El Ministro será miembro del directorio de Corfo y presidirá el comité ministerial formado por este Ministerio, más Educación y Economía. Entonces habrá coordinación, pero la coordinación interministerial no vale mucho si no hay un ministro que la lleve a cabo y loa ejecute. Claro que es un debate y ya se verá en la discusión del proyecto, pero es el momento de resaltar los cambios y avances, y claramente los hay.
- Junto con la creación de una nueva institucionalidad, ¿ve en este proyecto una mirada estratégica y de largo plazo para el desarrollo de la ciencia y la investigación?
- El Ministerio significa construir la institucionalidad para que pueda concebirse y ejecutarse una política estratégica. Habrá un Consejo Asesor con 15 miembros nombrados por ocho años que velará por la continuidad. Y las políticas científicas estratégicas precisamente son de largo plazo porque los proyectos son de muchos años si pretenden tener resultados y ser de clase mundial. Eso es lo que no puede suceder hoy en un esquema de instrumentos aislados de investigación que precisamente pueden cambiar sin un diseño estratégico.
- Una vez puesto en marcha el Ministerio, ¿cuáles deberían ser sus prioridades?
- Creo que hay que mantener un piso de investigación científica que nace de la imaginación de los propios investigadores, y luego definir áreas estratégicas de problemas nacionales que se aborden interdisciplinariamente. Es muy importante combinar distintas formas porque la ciencia tiene caminos inexcrutables en sus propios descubrimientos. Y las áreas prioritarias debieran ser aquellas en que tenemos ventajas comparativas. Pero lo fundamental en esa definición está en abordar "problemas" desde las ciencias básicas y aplicadas, naturales, experimentales, sociales, las humanidades y las artes. Las áreas mismas es un debate que debemos tener mas adelante con todos los actores.
- ¿Cuáles son sus expectativas sobre la forma en que el Ministerio se relacionará con las universidades?
- Es un tema crucial porque hasta ahora las agencias estatales se han vinculado directamente con los investigadores y no con las universidades como instituciones, que es donde se realiza el 95% de la investigación. Esto es fundamental para que la investigación pueda financiarse dentro de ellas, porque incide directamente en la calidad de la formación de los alumnos. El Ministerio debe tener un diálogo permanente y fluido con las universidades por la eficacia de la investigación y por su directo impacto en la calidad de la educación superior.
- Chile es el país de la OCDE que menos invierte en investigación y desarrollo. ¿Cree que se requieren mayores incentivos para el sector privado en ese sentido?
- Absolutamente. Esa es una de las grandes tareas que tendrá el Ministerio: detectar las áreas de colaboración entre universidades y sector privado y, a la vez, incentivarla en el sector privado. Personalmente creo que el incentivo tributario es interesante, pero en torno a proyectos verdaderos, no inventados para el incentivo.
"Creo que hay que mantener un piso de investigación científica que nace de la imaginación de los propios investigadores, y luego definir áreas estratégicas de problemas nacionales". "Creo que el incentivo tributario (para que el sector privado invierta en I+D) es interesante, pero en torno a proyectos verdaderos, no inventados para el incentivo"."
Asociaciones internacionales
Sol Serrano dice que la experiencia internacional muestra que no hay "un modelo" para una mayor inversión en investigación y desarrollo (I+D), sino que lo que hay son "experiencias y buenas prácticas que deben adaptarse a las condiciones locales, tanto de su masa crítica como de sus ventajas comparativas". Asimismo, remarca que "nuestro futuro está en las asociaciones internacionales de investigación. Eso me habría gustado que fuera más claro en el proyecto, pero bien puede ser una de sus divisiones".