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Mario Soto: "Siempre tendré una deuda con los mineros"

EL GRAN ZAGUERO. El mundialista del '82 y capitán loíno en sus años de gloria recuerda la comunión con gente que hasta donó días de sueldo para ficharlo.
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Ricardo Pinto Neira

Fue en 1978 cuando uno de los mejores defensores centrales en la historia del fútbol chileno, Mario Soto, jugaba en el Palmeiras de Brasil y desde Cobreloa quisieron contratarlo para encabezar, junto a los uruguayos Luis Garisto y Ladislao Mazurkievicz el proyecto de Andrés Prieto para armar un equipo de primer nivel.

Pero había un inconveniente, el alto precio de su traspaso. Y allí, doce mil mineros de la división Chuquicamata, quienes además eran socios del club, donaron días de sueldo para tener al astro en sus filas. Algo que Mario Soto recuerda con cariño hasta el día de hoy.

"Recuerdo que algunos donaron hasta tres días de su sueldo y eso me generó un compromiso tremendo con ellos, con el club, con la gente de Calama. De alguna manera, siento que siempre tendré una deuda con los mineros y por eso, cuando jugué traté de hacerlo de la mejor manera, tratando de ganar todo lo que se pudo", dice el recordado capitán del Cobreloa que jugó dos finales de Copa Libertadores.

Hoy, Mario Soto tiene una visión distinta de los demás compañeros de esa época, que hablaban de planteles que eran una verdadera familia. "Yo respeto mucho la visión de todos. Pero para mí era distinto. Era un trabajo donde nos pagaban muy bien, con dirigentes de lujo que nos daban seguridad, donde estábamos obligados a responder al más alto nivel porque los esfuerzos que se hicieron para llevarnos, así lo ameritaban. Lo que sí recuerdo es que la relación con la gente de Calama y Chuquicamata era muy de verdad, de mucho respeto mutuo y por cariño, no por obligación. Eso era lo más valorable".

El mundialista del '82 hace un especial recuerdo de la final de Copa Libertadores de ese año, cuando el equipo pierde una definición donde eran favoritos, ante Peñarol en el estadio Nacional, la peor frustración de la historia para todo hincha y ex jugador minero.

"Es cierto que después de esa derrota, ese camarín estaba devastado, muy caído. Pero yo siempre tomé el fútbol como una oportunidad constante, es un trabajo donde también se puede perder. Recuerdo que me puse al lado de Vicente -Cantatore- y le dije que nos quedaban once partidos para ganar ese campeonato, que había que levantarse ya. Él se paró, le habló al grupo, le dio ese mismo mensaje y al otro día ya estábamos entrenando. Y fuimos campeones".

El gran líder del Cobreloa de los primeros años sabe que en el fútbol mandan los resultados, pero advierte que "se nota que se está tratando de darle el sello de antes, de un club organizado. Y sé que con José Sulantay la gente se ilusionó mucho, pero deben entender que los resultados se van a dar con el tiempo".

finales de Copa Libertadores jugó Mario Soto. En 1975 con Unión Española y en 1981 y 82 con Cobreloa. 3

Zapatazo "anónimo" a guardalínea Contra Guillermo Budge en 1985.

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Cobreloa había sido campeón en Arica del torneo de 1985 y por esas cosas de la ANFP, debió jugar una liguilla para optar a Copa Libertadores frente a Cobresal.

Y fue el 18 de enero de 1986 en que ambos equipos se enfrentaban en el municipal loíno y Juan Covarrubias anotaba el 1 a 0 que fue anulado por el guardalíneas Guillermo Budge. Un zapato voló desde la tribuna y dio directamente en la cabeza del calvo árbitro. Partido suspendido unos minutos y al final, pese a los controles de carabineros para buscar al responsable, nadie pudo dar con el hincha agresor. Fue 0 a 0 y 0-2 en la revancha con goles de Gilberto Reyes y Rubén Martínez.