"Siento que ya tenemos claro qué es lo que hacemos bien y qué es lo que hacemos mal porque hemos jugado tres partidos por el torneo y con un triunfo claro, un empate que pudo ser distinto y una derrota que dolió, ya podemos decir lo que tenemos que mejorar para ir encontrando la forma que quiero", comenta el entrenador naranja.
¿Y en qué nivel siente que está el equipo para esa forma ideal que está buscando?
Creo que estamos en un 70% de lo que queremos lograr con el equipo para este torneo. Ya hemos ido detectando cositas que se deben mejorar y eso es con trabajo. Mucho trabajo y mucha repetición y se nota que eso ya está internalizado en los jugadores. A veces se duermen, pero por esto siempre les estoy conversando, porque se acuerdan y después hacen todo bien.
Por qué se da eso... ¿Por desconcentraciones?
Pasa que cuando tienes un grupo armado y que ya tuvo varios entrenadores hay ciertos hábitos, de los buenos que de los malos. Y allí es donde se produce eso que yo le llamo trabajar el hábito. Por medio de la repetición de un trabajo, por ejemplo, el equipo sale cuando tiene que hacerlo y no nos encuentran mal parados en alguna contra. Si ese error se repite, se trabaja de nuevo hasta que se corrige.
¿Ya se tiene claro que la actitud como visitante es un tema a mejorar?
Lo que pasó en Curicó fue un aviso. Pero acá ahora hay que preocuparse del partido con Copiapó y tenemos que proponernos ganar todos los partidos. Eso ya está hablado. El equipo debe ser agresivo en la presión y así se consigue tener opciones de gol. Una cosa es tener la tranquilidad de que podemos hacer un gol en 90 minutos y ganarlo igual, pero no puede pasar que el equipo se relaje. No es lo que quiero y lo hablo constantemente, a veces fuerte si es necesario.
En ese sentido, ¿las charlas son siempre a todo el grupo?
Estas semanas han sido de ir conversando mucho. Generalmente converso mucho y sé que es necesario porque si me callo se vuelve a lo mismo, cuando están medio dormidos hay que despertarlos. En las prácticas, por ejemplo, les digo que no importa que no hagan goles, pero acostrumbrémonos a apretar arriba. Antes era de hablarle a todos y ahora lo hago más personalmente, con grupos pequeños, de a dos porque ya nos conocemos y el mensaje que quiero darle a cada uno ya es más específico.
¿Habló entonces con Eric Ahumada por el tema de sus constantes lesiones o bajas físicas?
Eric va a jugar esta semana y ya conversamos. Él me dio a conocer muy respetuosamente que no le había gustado que yo contara su tema en la prensa porque él sentía que no era tan preocupante, pero le di a entender que a mí sí me preocupaba. Que si me diera lo mismo lo dejo fuera y ya. Pero él quiere irse, se habla que tiene ofertas de afuera y para que eso se materialice debe jugar. Y para jugar tiene que estar al cien por ciento. Va a jugar ahora y si nuevamente presenta problemas tendremos que ver qué tipo de análisis hacer porque el tema ya sería anormal.
Se ve que ya tiene un equipo base, pese a que las suspensiones lo obligan a hacer cambios. ¿No es de cambiar mucho?
Es que acá la competencia por un lugar en el equipo es fuerte y se ve en los entrenamientos donde el equipo B anda como avión. Pero trato de hacer los cambios que tengo obligados por lesiones o suspensiones porque no soy de estarle metiendo tanta mano a un equipo semana a semana. Eso va mermando la confianza de un equipo, cuando cambias mucho. La irregularidad nunca es buena para un grupo, por más que todos quieran jugar. Porque la confianza se debilita...
Están bien lejos de los líderes en la tabla...
Pero nunca fue ese el objetivo, ir a pelearles. Lo que queremos es ir subiendo después de un mal semestre y yo siento que con seis puntos alcanzamos a seis equipos en la zona media. Pero la cosa está difícil y necesitamos que el hincha nos ayude y venga a alentar.
No se anda con secretos ni se guarda formaciones para el último día. Tampoco se dedica a entrar en polémicas en la prensa como varios de sus antecesores en el club o busca excusas ante la derrota. José Sulantay va de frente y por eso, en este mes y medio en Calama ya se atreve a hacer balances respecto de su segundo paso por la banca minera en su tan dilatada y exitosa carrera. Y sin aspavientos.