La gratuidad en la educación superior llegó para quedarse, a través de un proceso que avanza gradualmente y a paso firme.
Miles de familias de la Región de Antofagasta están siendo protagonistas, a través de los jóvenes, de la educación como un derecho social y no un bien de consumo, donde lo que importa son las capacidades y el mérito.
Estas familias no tendrán que desviar una parte significativa de sus ingresos para costear la educación de sus hijos, hipotecando el futuro del núcleo familiar y de paso endeudándose con el sistema crediticio.
Esta ha sido una preocupación central del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, que a través de estas profundas reformas, logró que el año 2016, que más de 140 mil jóvenes accedieran a la gratuidad en todo el país, en diferentes universidades, 3.500 de los cuales, lo hicieron en nuestra región.
Este año 2017, en nuestra región, cerca de 1500 alumnos accedieron a la gratuidad, número que se refuerza con la entrada de los centros de formación técnica e institutos profesionales, más dos universidades estatales nuevas en las regiones de O'Higgins y Aysén.
Como se puede apreciar, ya son una realidad las reacciones positivas y de felicidad de las familias beneficiadas con la gratuidad. De hecho, el intendente Arturo Molina celebró junto a ellas este importante avance en materia de derechos sociales en nuestro país, oportunidad en la que la emoción y orgullo de las familias fueron, sin duda, las protagonistas de dicho encuentro.
La Presidenta Michelle Bachelet ha cumplido su compromiso de implementar una reforma estructural que cambiará la educación en Chile y que no busca otra finalidad que superar la desigualdad existente en nuestro país, nivelando la cancha para las familias que hoy, a través de la gratuidad, podrán comenzar a mejorar sus proyecciones y calidad de vida.