Fue a fines de la semana cuando una publicación del Frente Amplio Unidos por Cobreloa pedía la renuncia del presidente del club, Gerardo Mella, eso tras la denuncia de un contrato existente -y previamente informado por la directiva del club- con la Sociedad de Desarrollo Deportivo, un grupo empresarial que controlaría la filial naranja en Santiago desde la sub 9 a la sub 14. Acusaban que dicha empresa ni siquiera tenía inicio de actividades. Pero lo cierto, es que sin saberlo, este grupo de socios estaba mostrando solo la punta del iceberg.

Efectivamente, Sociedad de Desarrollo Deportivo tiene el control de la filial de Santiago como lo admite el propio Mella cuando declara que "soy un voto más de esta decisión que tomó la sociedad anónima. Lo hicimos pensando en que no tenemos 14 millones mensuales para sostener, por ejemplo, desde la Sub-8 a la Sub-14".

Uno de los directivos que estaba en contra de esta decisión -y que paradójicamente fue ignorado pese a formar parte de los directores que velan por lo intereses de las fuerzas menores en el club-, Jorge Segovia, no oculta la realidad. "Lo cierto es que el club no tiene ningún control sobre lo que está haciendo esa empresa porque concesionó esos derechos. Por eso, efectivamente ellos podrían vender jugadores y de acuerdo al contrato, el club recibirá sólo los derechos formativos o si hay una eventual venta, existe una repartición de 50% para Cobreloa y la otra mitad para esta empresa".

Filial

Si bien está todo dentro de las atribuciones que tiene el nuevo controlador de las series inferiores de Cobreloa en Santiago, hay conductas que prácticamente están desmantelando la filial por dentro. Los jugadores de las escuelas de fútbol y las series competitivas menores -salvo la sub 15 y 16 que están bajo la mirada de la ANFP- deben pagar dos mil pesos por entrenar en Cobreloa y 25 mil pesos si quieren jugar por el club.

"Muchos padres me piden el teléfono de don Luis Astorga, el presidente de las inferiores del club porque quieren que les entreguen el pase de sus hijos porque no pueden seguir pagando. Peor aún, muchos apoderados están sacando a sus hijos con cartas porque el reglamento lo permite y el club recién cobraría dineros de formación cuando estos tengan su primer contrato profesional", dice uno de los profesores de las cadetes en la capital que pide reserva de su nombre porque "me deben tres meses de sueldo. Si saben que denuncio esto me despiden y no recibo ni siquiera el finiquito".

Ni Astorga ni los demás directivos contactados por El Mercurio salieron a dar su versión porque tal como lo reconoció el vicepresidente del club. Duncan Araya, "tenemos que juntarnos a revisar bien lo que pasa con este contrato y decidir a nivel de directorio qué se puede corregir. Vamos a sacar un comunicado oficial dentro de estos días". Aún no hay una voz desde la sede que salga a explicar este desacierto, uno de los peores en la historia deportiva del club

Sin embargo, Jorge Segovia aporta un dato no menor. "Hasta donde tengo entendido, hay una cláusula del contrato que exige a Cobreloa pagar 1000 millones de pesos si es que no cumple con su parte del trato por lo que esto no se puede deshacer. Me parece muy lamentable porque esto significa que se está regalando el patrimonio del club a manos de terceros y eso no puede estar pasando. Alguna vez junto a Pedro Malebrán -también director de la corporación- cuestionamos este acuerdo pero no nos tomaron en cuenta. En lo personal, era de la idea de cerrar la filial de Santiago hasta reestructurarla o traer la sub 15 y 16 a Calama pero esas ideas tampoco tuvieron cabida. Y ante la mayoría, uno poco puede hacer".

Sobre el cobro de dinero por vestir la histórica camiseta de Cobreloa, Segovia opina que "me parece muy mal, es penoso. Pero el club recibió un royalty y un préstamo por 25 y 30 millones de pesos. Es decir, ya entregó esos derechos y si la empresa que maneja la filial dispone eso, tienen su derecho porque se lo concedió la directiva".

El problema del éxodo de jugadores jóvenes es aplicable a reglamentos. La figura es simple. La ley faculta a los padres a presentar una carta poder y sacar a sus niños del club hasta los 14 años y el club que lo tiene inscrito sólo recibe como máximo 30 mil dólares por año cuando este jugador firme su primer contrato profesional. Si es a los 19 años, eso se puede pagar recién cinco años después de su cambio de equipo.

Ventas

Nadie quiere asumirlo porque significa confirmar que hay un desprendimiento de figuras que Cobreloa formó y que otros clubes adquieren a precios muy bajos. Pero existe.

El último caso -que se suma al de los delanteros y seleccionados chilenos Nicolás Guerra y Nicolás Clavería traspasados a Universidad de Chile y Marcelo Allende a empresarios, todo bajo la administración anterior de la filial- es el del zaguero de 14 años Bayron Velásquez, zaguero central que también ya formó parte de un proceso en "La Rojita" sub 15. El jugador de proyección está entrenando en Colo Colo hace una semana.

"Los eligen acá y los venden. En el caso de Velásquez -el único que ha sido vendido por ahora-, se dice que apenas pagaron 45 mil dólares por él", dice el entrenador de la filial capitalina que entrega datos a El Mercurio de Calama.

Jorge Segovia es más específico. "Hay que asumir que si Cobreloa recibe el 50% de esos recursos de un traspaso, esas platas van derechamente para cancelar los sueldos y los costos del primer equipo. Es decir, no se reinvierte en las series menores. Nada se devuelve a las áreas formativas".

En el caso de Velásquez, Cobreloa recibió el total de la venta para pagar sueldos pendientes en inferiores y todo porque Colo Colo decidió pagar inmediatamente los derechos en vez de esperar a que este firmara su primer contrato con los albos. Sin duda, una explicación pendiente que los socios del club aún siguen esperando.

mil dólares le costó a Colo Colo llevarse al seleccionado chileno sub 15 Bayron Velásquez a sus filas desde la filial capitalina. 45

mil pesos deben pagar los apoderados de los niños que juegan en las series menores de Santiago. Muchos están pidiendo sus pases. 25