En las últimas semanas se ha visto el uso de armas por parte de delincuentes, las que han utilizado para cometer sus delitos. Días atrás un pareja de jóvenes en motocicleta disparó a quemarropa a un transeúnte y el fin de semana un asaltante disparó a un hombre en la vía pública para robarle.
Da la sensación que en nuestra ciudad existe un aumento del uso ilegal de armas de fuego, principalmente por personas que cometen delitos. Éstos las consiguen en el mercado informal que llegan producto del tráfico y del robo de ellas.
Paralelamente la campaña que realiza Carabineros para la devolución voluntaria de armas no inscritas o con tenencia ilegal, cada vez tiene menos adherentes.
Entonces, quizás el solo camino de la devolución voluntaria no sea voluntaria, sino que además se debiera aumentar la fiscalización y allanamientos en sectores y viviendas identificadas con el accionar de delincuentes.
Es necesario, poder limpiar la ciudad de personas armadas, y a la vez persuadir a las familias del riesgo de utilizarlas, debido a que conlleva una gran responsabilidad considerando que estos artefactos están fabricados para matar a una persona.
En muchos casos, las mismas armas que tienen familias en sus casas, son robadas y utilizadas en contra de ellos mismos por parte de los delincuentes.
De allí la importancia de mantener un apego al control de éstas, y sobre todo resguardar que no sean mal utilizadas, considerando que hay rigurosas condiciones para poder tener un arma.
Hasta la fecha no existe una proliferación masiva de armas en la ciudad, pero es importante mantener el control y la campaña de devolución, con el fin de evitar que se de un mal uso de las que hoy existen y que pueden generar mayores problemas que beneficios.
Toda la comunidad puede ayudar en esta tarea de reducir la presencia de armas, denunciando, entregando aquellos armamentos que están guardados en el hogar y sobre todo, fomentando la cultura de la responsabilidad frente a las armas producto del peligro que representan.