En numerosas ciudades se ha podido observar como estudiantes, tanto varones como damas, se transan en peleas callejeras, mientras son presenciados por sus compañeros, y a la vista de la ciudadanía, que tampoco hace nada para detener el pugilato. Es más, en muchos casos el conflicto es grabado con algún celular y es subido a las redes sociales.
Este es el mejor ejemplo que el tema del acoso escolar o bullying nos importa bien poco y las campañas por detenerlo son pocas.
De allí que es destacable el trabajo que busca realizar la Corporación de Desarrollo Social, Comdes, con el fin de que la comunidad también se involucre con el acoso escolar, principalmente los padres y familiares.
Las denuncias por bullying han aumentado un 93 por ciento en un año y esto demuestra que el problema no está terminado, sino que comienza a denunciarse con el fin de poder encontrar una solución al problema.
En nuestro país, impactó el caso de un escolar que sufrió este acoso en un colegio, debiendo cambiarse a otro establecimiento, pero que decidió escribir a sus compañeros para decirles que los perdonaba.
Las escuelas hoy tienen un exigente protocolo para enfrentar este problema, pero también es necesario crear una red de trabajo, donde los padres y centros de apoderados se sumen a esta tarea para llegar a una solución, y sobre todo, poder convencer a los alumnos del peligro que conlleva esta mala práctica.
El tema del bullying muchas veces es la consecuencia de un problema más profundo dentro del hogar, tanto del victimario como el de la víctima.
De allí que se deben realizar todos los esfuerzos necesarios para poder sostener una convivencia sana, tanto en el hogar como en los establecimientos.
Los padres debemos involucrarnos no sólo denunciando, sino que también participando en el proceso para encontrar una solución y propuestas al problema.
Por su parte, es esencial que los estudiantes den a conocer cualquier situación que pueda estar gestando un acoso escolar para detenerlo a tiempo y no tener que enfrentarlo cuando el problema se ha escapado de las manos.