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Descubren EXISTENCIA DE supertierra a 40 años luz de la Tierra

CIENCIA. Astrónomos de ESO la hallaron en la constelación de Cetus. Es el mejor lugar para buscar signos de vida más allá del Sol. SOLAR. Puede solucionar la recarga de equipos móviles.
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Utilizando el instrumento HARPS, de ESO, instalado en La Silla, junto con otros telescopios del mundo, un equipo internacional de astrónomos ha descubierto una "supertierra" en la zona habitable de la débil estrella LHS 1140.

Este mundo es un poco más grande y más masivo que la Tierra y es probable que haya conservado la mayor parte de su atmósfera. Esto, junto con el hecho de que su órbita pasa por delante de su estrella, lo convierte en uno de los futuros objetivos más interesantes para desarrollar estudios atmosféricos. Los resultados aparecen en la edición del 20 de abril de 2017 de la revista Nature.

La supertierra recién descubierta, denominada LHS 1140b, orbita en la zona habitable de una débil estrella enana roja llamada LHS 1140, en la constelación de Cetus (el monstruo marino).

Las enanas rojas son mucho más pequeñas y más frías que el Sol y, aunque LHS 1140b está diez veces más cerca de su estrella que la Tierra del Sol, sólo recibe alrededor de la mitad de luz de su estrella que la Tierra y se encuentra en medio de la zona habitable. Desde la Tierra, la órbita se ve casi de canto y, cuando el exoplaneta pasa delante de su estrella en cada órbita, bloquea un poco de su luz cada 25 días.

"Es el exoplaneta más interesante que he visto en la última década", afirma el autor principal, Jason Dittmann, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (Cambridge, EE.UU.). "Es el objetivo perfecto para llevar a cabo una de las misiones más grandes de la ciencia: buscar evidencias de vida más allá de la Tierra".

Las condiciones actuales de la enana roja son particularmente favorables, ya que LHS 1140 gira más lentamente y emite menos radiación de alta energía que otras estrellas de baja masa similares.

Océano de magma

Para la vida tal y como la conocemos, un planeta debe tener agua líquida en su superficie y retener una atmósfera. En este caso, el gran tamaño del planeta implica que, hace millones de años, podría haber existido un océano de magma en su superficie.

Este océano hirviente de lava podría haber proporcionado vapor a la atmósfera mucho después de que la estrella se hubiese calmado, alcanzando su brillo actual y constante, reponiendo así el agua que podría haberse perdido por la acción de la estrella en su fase más activa.

Los astrónomos estiman que el planeta tiene al menos 5.000 millones de años. También deducen que tiene un diámetro 1,4 veces más grande que el de la Tierra (casi 18.000 kilómetros). Pero con una masa unas siete veces mayor que la de la Tierra y, por lo tanto, una densidad mucho más alta, esto implica que, probablemente, el exoplaneta está hecho de roca con un núcleo denso de hierro.

Esta supertierra puede ser el mejor candidato hasta el momento para futuras observaciones cuyo objetivo sea estudiar y caracterizar, en caso de tenerla, la atmósfera del exoplaneta. Dos de los miembros europeos del equipo, Xavier Delfosse y Xavier Bonfils, ambos del CNRS y el IPAG, en Grenoble (Francia), concluyen: "Para la futura caracterización de planetas en la zona habitable, el sistema LHS 1140 podría ser un objetivo aún más importante que Proxima b o TRAPPIST-1. ¡Este ha sido un año extraordinario para el descubrimiento de exoplanetas!".

En concreto, con las observaciones que se llevarán a cabo próximamente con el Telescopio Espacial Hubble de la NASA/ESA, se podrá determinar exactamente cuánta radiación de alta energía cae sobre LHS 1140b, por lo que se podrá delimitar su capacidad para albergar vida.

En el futuro, cuando estén funcionando nuevos telescopios como el ELT (Extremely Large Telescope) de ESO, es probable que seamos capaces de hacer observaciones detalladas de las atmósferas de exoplanetas y LHS 1140b es un candidato excepcional para este tipo de estudios.

La tecnología es flexible y puede fijarse a las células fotovoltaicas, lo que supone que de ahora en adelante se podrán desarrollar tecnologías que permitirán a los teléfonos móviles, los portátiles y relojes inteligentes usar eficazmente la energía solar para asegurar su funcionamiento.

Para conseguirlo, los ingenieros han usado supercondensadores, capaces de sustentar una densidad de energía inusualmente alta en comparación con los condensadores normales y de liberar energía a raudales. En la actualidad, sin embargo, los supercondensadores no pueden almacenar suficiente energía para hacer con ellos baterías solares viables.

Para solucionar este problema, lo que ha hecho el equipo de la Universidad RMIT de Melbourne es investigar cómo los organismos vivos llegan a almacenar mucha energía en una superficie pequeña. Se inspiró en las hojas de un helecho norteamericano común, que están llenas de venas y por ello son muy eficientes en el almacenamiento de energía y transporte de agua.

El electrodo se basa en las formas fractales de la hoja del helecho, que se auto-replican como las miniestructuras presentes en el interior de los copos de nieve. Los ingenieros han utilizado este concepto para mejorar el almacenamiento de la energía solar a nivel nanométrico.

Asimismo, para crear un electrodo conductor, han utilizado láseres con los que han manipulado el grafeno, un material de alta conductividad eléctrica que tiene además sus átomos dispuestos en un patrón regular hexagonal.

Aplicando la concepción fractal del helecho en el diseño del electrodo de grafeno, al mismo tiempo que combinándolo con supercondensadores ya existentes, es como los investigadores han conseguido multiplicar por 30 la capacidad de almacenamiento de las tecnologías actuales.

El desarrollo permitirá obtener células fotovoltaicas vinculadas a supercondensadores que aumentarán hasta un 3.000% la capacidad de almacenamiento de la energía solar, en relación a la capacidad actual.


tecnología aumenta capacidad de almacenar energía

astronomía

Un exoplaneta que orbita alrededor de una estrella enana roja, a 40 años luz de la Tierra, podría hacerse con el título de "mejor lugar para buscar signos de vida más allá del Sistema Solar".

Investigadores australianos han desarrollado, inspirándose en el mundo vegetal, un nuevo electrodo basado en el grafeno que puede revolucionar la forma en que almacenamos la energía solar y aumentar esta capacidad un 3.000%, según se informa en un comunicado.