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Hoy se cumplen dos años del descenso de Cobreloa

EN CHILLÁN. Un 3 de mayo de 2015 se sentenció la suerte de un club que pagó en cancha las divisiones a nivel directivo.
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Ricardo Pinto Neira

Fue el peor día en la historia deportiva del club. El 3 de mayo de 2015, Cobreloa llegó a Chillán pendiendo de una ilusión casi vaga. Días antes, la resolución de la ANFP de castigar al club con tres puntos en la tabla de posiciones por poner en la banca a Alejandro Hisis ya había adelantado el principio del fin para una institución con 38 años en el fútbol profesional, con ocho títulos nacionales, una Copa Chile en sus vitrinas y dos finales de Copa Libertadores en su historial.

Ese día, con la obligación de ganar, el equipo de Marco Antonio Figueroa salió a la cancha del Nelson Oyarzún a buscar un milagro. Ganarle a Ñublense y esperar que el TAS de la FIFA revirtiera una sanción para optar a salvarse. Pero el epílogo hizo justicia a la suma de equivocaciones, egoísmos e irresponsabilidades de una institución que llenó más páginas de prensa por sus paupérrimos manejos dirigenciales que por sus esperanzadoras campañas dentro de la cancha.

"Es el día más triste que uno, como ex jugador del equipo que estaba en cancha y como parte de ese proceso que pasó de pelear finales a descender, puede vivir. Te deja marcado, no se te olvida más", confidencia Luciano Palos, uno de los que soportó en el vestuario la serie de desórdenes internos que culminaron con una derrota escandalosa en la Octava región, por 3 a 2 ante un equipo que también perdió la categoría. Con el entrenador minero Marco Antonio Figueroa sacado de la cancha con carabineros y protagonizando un espectáculo deplorable por el que fue suspendido largamente en el torneo chileno.

Tan triste como innecesario. Ese día, en la tribuna principal, como nunca se pudo ver a todos los directivos de la institución -muchos viajaron a nombre del club y nunca pagaron esos gastos- que presidía Augusto González. Mientras, en Calama un grupo de hinchas las emprendía con absurdas protestas por las calles de la ciudad para llorar sobre la leche derramada.

Nadie fue capaz de avizorar la debacle. Y a quienes adelantaron el triste final se les prefirió condenar. El resultado es la cruz deportiva que hasta hoy carga la institución. Un club con historia y tradición de primera categoría luchando por recuperar su sitial en la serie A, con cuestionable apoyo e identificación de Calama en sus últimas campañas. Con deudas de arrastre que lo tienen más preocupado de sobrevivir que de soñar.

"Tenemos que ser responsables en nuestra gestión y garantizar que el club siga subsistiendo", es la frase del actual presidente del club, Walter Aguilera. Cobreloa se rearma, busca el orden directivo, sueña con modernizarse y dejar atrás un día que su extraordinaria historia, lamentablemente nunca podrá borrar del todo.

Oviedo: "Espero que el club haga un esfuerzo"

QUIERE SEGUIR. El zaguero hizo su balance en Calama y detalla cláusula de salida.
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Fue definitivamente una de las figuras de un equipo que, con él en cancha, recuperó el espíritu aguerrido y tuvo el orden defensivo que tanto costó asentar en la primera parte del torneo.

Por lo mismo, Cristián Oviedo saca cuentas alegres con su retorno al fútbol competitivo tras estar una temporada jugando en San Antonio Unido y llegar a Calama.

"Yo siempre dije desde que llegué que éste era un equipo que tenía que ir al frente, que debía ser protagonista por el nombre que tiene y siento que desde lo que yo hago en la cancha, eso de correr, de marcar y de poner experiencia, no sólo demostré que estaba vigente, sino que le aporté algo al equipo", dice.

Oviedo, que salió lesionado en el partido ante Ñublense, aprovecha esa circunstancia para hablar de un tema que lo tiene con la decisión de volver al sur o buscar mejores condiciones para seguir en Calama.

"Mi hija, que estuvo en Calama en otros partidos, no pudo estar por eso del colegio, vio el partido por un streaming de facebook y como no sabía qué me pasaba, me llamó llorando para saber si estaba bien. Esas cosas te descolocan, sobre todo cuando he aguantado mucho, con sacrificio, porque sabes que valía la pena y después de unos meses empezaste a extrañar mucho a la familia. Eso es lo que está pesando más hoy en mi decisión de seguir o partir", asegura.

El porqué se debe a que el sueldo que percibió no le permitía traerlos a Calama con todo lo que significa. "Siento que cumplí. Tengo contrato hasta diciembre, pero hay una cláusula que dice que si otro club me ofrece mejor sueldo, puedo partir. Por eso, espero que el club haga un esfuerzo, porque me gustaría seguir acá".

ENTREVISTA. arturo sanhueza, capitán de Cobreloa:

"Hay que analizar todo lo que se hizo en el torneo y no quedarse con lo final"

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Ricardo Pinto Neira

No sólo dentro de la cancha sino que también fuera de ella, Arturo Sanhueza fue durante toda la campaña loína en el torneo de Primera B 2016-17 quien "puso la pelota al piso" a nivel de grupo. Como referente del plantel salió a poner el pecho en los momentos malos y a entregar cuotas de criterio y tranquilidad cuando termina el ciclo de la mejor manera posible: ganando dentro de la cancha y con el apoyo de los hinchas en las tribunas.

"A esta altura uno se sienta a hacer los análisis de todo lo que se hizo durante el año, tanto en lo futbolístico como en lo personal, en lo grupal, en lo que se consiguió y lo que no se pudo lograr. Por eso, mi sabor es un poco agridulce, porque si bien terminamos muy bien, hay que analizar todo lo que se hizo en el torneo y no sólo quedarse con el buen final", dice el penquista.

¿Se pudo haber hecho mejor?

Es que cuando uno ve los resultados de la segunda rueda, innegablemente que piensa en lo que se hizo mal como para no obtener los mismos números o rendimientos. Como que uno tiende a pensar que efectivamente teníamos todo para haber conseguido el objetivo de ascender.

Pero lo del proceso de Sulantay llama a alentarse por lo que viene...

A nosotros como plantel sin duda que nos queda la tranquilidad de que pudimos encontrar en el último tramo la idea de cómo se juega en esta institución, en esta categoría y reforzando esa idea de que acá no gana el que juega mejor, sino que el que comete menos errores.

Te confirma que la decisión de dejar el fútbol de Primera División para venir acá fue la correcta...

No puedo mentir que cuando las cosas no se daban, uno se replanteaba la situación. Después, con el correr de los partidos y cuando las cosas se empezaron a dar, uno queda con la inyección anímica muy arriba, más cuando a uno se le refuerza esa idea de que en este club están mucho más dadas las condiciones para conseguir un ascenso que en otro equipo.

¿Sientes que es posible en el corto plazo?

Yo no lo veo lejano. Lo veo próximo y espero que ojalá muy pronto podamos conseguir un título para devolver al equipo, al club y a Calama a Primera División.

¿Ese objetivo pasa por mantener la base del plantel?

En ese sentido, he tratado de ser súper respetuoso. Hay que hacer un análisis bastante frío de todo el año. Acá hemos pasado por cuatro técnicos y además hay un montón de cosas que juegan y afectan. Por ejemplo, donde poder entrenar, tener un estadio para poder entrenar las veces que el equipo lo requiera o una cancha que nos permita conseguir el mejor rendimiento, pensar en una muy buena pretemporada... Hay que minimizar las posibilidades de darle ventajas a los rivales de la categoría.