La maleza llamada mostaza negra no da tregua y sigue esparciéndose por los escasos suelos agrícolas de la provincia, pese a la intensa campaña para controlarla y evitar su propagación.
Producto de su rápida diseminación ha llegado a los cultivos, ayudada por la confusión de los lugareños con la planta de la ilusión y además de su fácil transporte mecánico a través de los vehículos, personas, viento, el agua y los propios equipos agrícolas.
Pese a los millonarios recursos inyectados para controlarla, aúno se vislumbra que esta plaga esté bajo control para detener su avance.
De allí la importancia que los pequeños agricultores de la zona, tomen todas las medidas necesarias y sigan las instrucciones dadas por los organismos a cargo de controlar la maleza como el INIA, el Indap y la Seremi de Agricultura, con el fin de hacer efectivo el ataque, el uso de químicos efectivos, la limpieza de los predios y evitar que la maleza florezca.
La mostaza negra ha llegado a las localidades de San Pedro de Atacama, Cámar y Santiago de Río Grande, lo que trae preocupación por la propagación que se pueda generar en los terrenos.
La actuación y medidas oportunas son claves para poder controlar esta maleza, que en Calama y Lasana ya se ha convertido en plaga.
El paso más básico de esta campaña ha sido enseñar a los agricultores a reconocer esta maleza y diferenciarla de otras, ya que tiende a confundirse con algún tipo de ilusión. En tanto la autoridad espera extender el programa con el fin de conocer mejor su comportamiento y cómo hacer más efectivo su ataque.
Hoy, cuando la información se ha masificado y todos los sectores agrícolas de la provincia están en conocimiento de esta peligrosa maleza que llegó hace nueve años a El Loa procedente de Argentina, es importante actuar en conjunto, con el fin de poder hacer efectivo el ataque a esta plaga.
Lo importante es no decaer y continuar con un plan que permita controlar efectivamente esta maleza, pero para ello, todas las comunidades agrícolas deben participar en esta tarea.