Creemos que en Chile y Calama debemos amar la diferencia, respetar las distintas formas de vida y garantizar los derechos de todas y todos. El 17 de mayo, en ese sentido es una fecha importante porque en 1991, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sacó de su lista de patologías a la homosexualidad, transformándose 14 años después esa fecha, en el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia.

Durante el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, se han realizado avances sustantivos, destacando el Acuerdo de Unión Civil (AUC) y el patrocinio a la Ley de Identidad de Género y próximamente el Gobierno ingresará un proyecto de ley que permita el matrimonio igualitario.

Todas estas acciones, están marcadas por el sentido de urgencia, tras el ataque homofóbico que cobró la vida a Daniel Zamudio hace 5 años. Este hecho tan violento como condenable, estableció la necesidad de fortalecer nuestra institucionalidad para erradicar toda forma de discriminación y homofobia.

Es así como hemos decidido hacernos cargo de la discriminación que muchos transgéneros experimentan a diario por no contar con una documentación que testifique su identidad sexual. Es así como hemos presentado el proyecto de ley de identidad de género con el fin de garantizar el derecho a la identidad conforme a la experiencia vivida por cada persona.

Además, el Ministerio de Educación y la Superintendencia de Educación presentaron la circular de derechos de niñas y niños y jóvenes trans en el ámbito de la educación y las orientaciones para la inclusión de personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales. Ambos documentos dan cuenta de los principios de inclusión contenidos en nuestra reforma educacional.

Sin embargo, hechos de discriminación e intolerancia, amparados en el odio y en la ignorancia se repiten a diario en nuestro país en distintos niveles. Es por ello que hemos venido trabajando, para que los derechos de todas las personas se respeten, sin importar su sexo, a quien ama o con que género se identifique.

El año pasado la influenza cobró la vida de cinco personas en Calama. Pese a que todos tenían enfermedades asociadas, se notó que el virus presentaba una mayor agresividad y quizás esos mismos enfermos, en años anteriores, con el tratamiento adecuado podrían haberse recuperado.

Esta mayor agresividad delata que las mutaciones de estos virus cada vez complican más a la población, que no siempre entiende de los peligros de los males respiratorios y tampoco de los resguardos que debe adoptar para evitar contagios peligrosos.

Calama es una ciudad donde la oscilación térmica es violenta, y tanto en otoño como en invierno las mínimas y las máximas descienden. Las primeras en varias ocasiones bajan de los 0°C.

Por ello, cuando los especialistas hablan que en la actualidad el virus de la influenza que ataca a las personas, se ha presentado más agresivo, es una advertencia para tener en cuenta. Quizás no para desatar una alarma generalizada, pero sí para que cada familia adopte las medidas necesarias para prevenir los contagios.

Los médicos lo han dicho en reiteradas ocasiones, pero no siempre se acatan recomendaciones como las relativas a la vacunación oportuna (especialmente en los grupos de riesgo); el evitar acercarse a las postas de urgencia, donde estos males se propagan con facilidad; el buen uso de la ropa de abrigo, el lavado de manos y el cuidado al estornudar.

La gente suele hacer caso omiso y eso es lo que permite que el virus ataque y se incube provocando problemas en la salud de las personas, que incluso pueden agravarse y terminar en la muerte.

En los recintos asistenciales se hicieron los esfuerzos suficientes para estar preparados en caso de que la cantidad de contagiados aumente, reforzando las unidades de emergencia. Saben que este año la tarea serán tan dura o peor que la del año pasado.

Es allí que la comunidad debe brindar apoyo y respetar las recomendaciones para enfrentar la influenza, evitar propagarla y no colapsar los servicios médicos. Es una tarea que se debe hacer.