Daniela Valdés Gutiérrez
Ayer a las 8:30 de la mañana se inició, en Calama, el juicio oral del caso Mateo, el pequeño que el sábado 6 de diciembre de 2014 falleció, luego de un período de agonía, producto de un traumatismo craneoencefálico cerrado por contusión directa, la cual, presumiblemente, fue provocada por Cristian Riquelme, su padre legal, ya que el menor nació de una relación anterior, pero fue reconocido por éste ese mismo año.
El juicio busca establecer la responsabilidad en la muerte del pequeño y el grado de participación en el mismo. Es por ello que si se demuestra su autoría, la fiscalía está solicitando presidio perpetuo calificado, es decir, que sólo se puede pedir la libertad condicional después de cumplir cuarenta años de cárcel. Esto, por parricidio e inhumación ilegal.
Además, se está interponiendo una demanda civil por daños morales en favor de la madre de Mateo, de 20 mil UF.
El juicio de igual forma contempla la participación de 36 testigos, más evidencia científica. Se espera una resolución para el lunes 19 de junio.
Primera jornada
Durante el día uno, la presidenta jueza Fabiola Collao, relató los hechos que ocurrieron ese sábado, declarando que entre las 15 y 16 horas de la tarde, el imputado junto con su hijo Mateo, de dos años, llegan hasta el domicilio ubicado en calle Federico Errázuriz.
Una vez en el interior, el imputado procedió a agredir al menor, por motivos que aún se desconocen, provocándole las lesiones anteriormente descritas, proceso en el cual el pequeño vomitó y convulsionó en el lugar.
Ante ello, se procedió a introducirle un pañal en su boca, con el fin de evitar la expulsión de fluidos. Posterior a aquello, se produce el deceso del menor, el cual fue descubierto por Riquelme, enterrado a unos 20 centímetros de profundidad en el sector de la quebrada Quetena. Luego y con la ayuda de la hermana del imputado inventarían una historia sobre la perdida del pequeño desde la plaza 21 de Mayo.
Una vez terminado este relato comenzaron los alegatos de apertura tanto de la fiscalía, Sename y defensoría.
Una vez expuestos se dio inicio a la ronda de los primeros testigos, que en esta oportunidad fueron tres: la madre del pequeño, una examiga de ella y un carabinero.
Realidad de Mateo
La primera en presentarse fue la progenitora del menor, Karen Tejada, de 37 años, quien solicitó no visualizar al imputado al dar su testimonio, por lo cual se aceptó la instalación de un biombo para que ella contará su historia.
En el relato, la mujer explicó cómo conoció e inició una relación de pareja con Riquelme, a fines de abril del 2014, producto de arrendar ambos en el mismo lugar en Calama. "Después de una o dos semanas nos fuimos (con Mateo) a vivir con él. Al principio era muy cariñoso con el niño y siempre me decía que quería ser su papá y yo acepté", expresó Tejada.
Agregando que después de unas semanas Riquelme se volvió violento, "me celaba, tenía cambios bruscos de carácter. También retaba al Mateo, lo trataba con garabatos y yo me enojaba. Él no lo quería, sólo lo quería para retenerme".
Posteriormente la mujer decidió terminar la relación, saliendo de la ciudad para trasladarse a Coquimbo, "pero él me llamaba todos los días, que quería ver al niño, que me extrañaba y me devolví como en octubre de ese año. Él y su hermana Carolina, nos fueron a buscar al bus", comentó la madre.
Continuó declarando que Riquelme no trabajaba en nada "estaba en puras cosas turbias, en negocios de drogas. Me estorbaba más que ayudar".
Posteriormente comentó que como el hombre no tenía un sustento diario, ella salía a robar con el niño y unas amigas, es en una de esas situaciones que fue detenida, dejando al pequeño Mateo a cargo de una integrante de dicho grupo delictual.
Ésta mujer identificada con las iniciales K.C., quien también testificó, se llevó a Mateo a vivir a Tocopilla por unos días.
Sin embargo K.C. tuvo que volver a Calama a una audiencia por otro delito que había cometido, por lo tanto no podía quedarse con el menor, visitando a Tejada, en el CDP, para ver qué hacía con Mateo. Es así que la madre de Mateo le propuso que lo dejara con la hermana del imputado, "porque ella le daba confianza".
Además en esa visita, ambas mujeres planearon un "negocio", el cual consistía en comprar dos kilos de pasta base con dos millones de pesos falsificados. Negocio en el que también estaba involucrado Riquelme, quien posteriormente confesó a K.C. que Tejada se quería quedar con ese dinero para pagar su fianza.
Acto calificado como una deslealtad, por lo tanto K.C. nunca volvió a buscar a Mateo, quedándose a cargo del imputado y su hermana.
El relato continuó hasta que Tejada salió en libertad, el 6 de diciembre de 2014, mismo día donde supuestamente Mateo se perdió.
La madre también puntualizó en el hecho que el imputado limpió, un día después, con cloro todo el cuarto donde él dormía con Mateo, situación que le provocó las primeras dudas sobre la versión inicial de la desaparición.
"Le dije acá dormía Mateo, apuntando a un colchón en el suelo en un rincón, y Cristian me dijo que sí, después se puso a limpiar todo el piso y yo le pregunté porqué y él me dijo que era por si iba la tele, y no quería que vieran como vivía Mateo, y en ese momento le dije, con garabatos, que qué me importa, quiero a mi hijo", especificó Tejada.
Sumando el viaje que realizaron a San Pedro de Atacama, lugar donde pegaron afiches del menor, y en donde también protagonizaron una discusión. "Él me pegó fuerte, fuerte, incluso me rompió un diente, y me dijo ojalá tuviera una cuchilla, así que en un descuido me escapé y empecé a gritar auxilio y la niña del hostal, que me vio llena de sangre, me ayudó".
Una vez terminada su exposición, la mujer tuvo que reconocer algunas evidencias, por ejemplo la ropa del pequeño, la manta en que fue encontrado, toallas, además de visualizar cerca de 23 fotografías del pequeño en distintas actividades, en la guardería de la cárcel en Tocopilla, ya que el pequeño nació en ella y estuvo en ese lugar hasta que cumplió un año y 5 meses de edad aproximadamente.
Se debe mencionar que Tejada no se encuentra actualmente viviendo en Calama, ya que producto de diversas amenazas cambió su residencia. También que recibió tratamiento sicológico por 8 meses tras la muerte de su hijo.
Una vez terminado el proceso de reconocimiento, en el cual la involucrada no se evidencio totalmente afectada, procedió a responder algunas consultas de la defensa para posteriormente retirase y dar paso al testimonio de, ahora, examiga.
K.C., quien cumple condena actualmente, relató la relación entre ella y la madre de Mateo, también sobre su percepción del imputado.
En esa declaración, puntualizó que el pequeño estaba en condiciones precarias, "estaba muy flaquito, y era llorón, muy alzado pero un niño tranquilo. Yo lo conozco desde que nació, estuvo conmigo en la cárcel y jugaba con mi hijo que es de la misma edad", expresó.
Añadiendo que ambos padres trataban mal al niño, "osea yo hacía cosas malas, robaba, estaba metida en las drogas pero jamás con mi hijo, y ella lo llevaba a robar con nosotras, eso no es de buena madre y él lo trataba con puros garabatos, ninguno de los dos le tenía paciencia".
K.C. fue enfática en asegurar que ella entregó bien al pequeño, "no se enfermó nada conmigo".
Por último la testigo expresó que la misma Tejada le había contado que Riquelme era autor de un asesinato en una población de Calama, el cual ocurrió en octubre de 2014.
Este antecedente será analizado en otra causa, distinta al caso Mateo.
En tanto el carabinero que estuvo presente sólo comentó cómo se efectuó la denuncia por presunta desgracia.
Hoy se retoma la jornada a las 8:30 de la mañana. Se espera que la hermana de Riquelme testifique, por la defensa, durante estos días.