Siguen las declaraciones de testigos y peritos en torno al juicio oral por el caso de Mateo Riquelme Tejada, registrado en 2015.

Ayer, se consignó el décimo sexto testigo que declaró en torno a esta terrible muerte del pequeño de dos años.

En la ocasión, la madre de la mujer que le arrendaba una pieza al imputado, Cristián Riquelme Araya, manifestó que la víctima fatal desde que ella la conoció siempre presentó lesiones propias de golpes en su cuerpo.

Es por esta razón que en más de una oportunidad, le reclamó al imputado por el estado físico del menor, el cual la amenazó producto de sus conexiones para que no continuara por esa línea, donde incluso pensó en denunciarlo a las autoridades respectivas.

La testigo lamentó no haber efectuado dicha denuncia en su debido tiempo, ya que de haberlo realizado tal vez el pequeño aún estaría con vida.

Recordó que conoció a Mateo dos o tres días antes del cumpleaños de su yerno (19 de noviembre de 2014), ya que lo llevó su hija a su casa.

Es aquí cuando observa los golpes en la mejilla del menor, después se percata de esto mismo en el estomago y también con posterioridad en las nalgas de la víctima, que presentaba hematomas recientes y otros de data más antigua.

Para la presente jornada se determinó un receso, y mañana continuará al mediodía, con la entrega de la declaración de tres testigos, el primero de esto a través del sistema de videoconferencia.

Esta herramienta tecnológica ha sido muy utilizada en este juicio.

Willy Briceño R.

Ayer, se dictó sentencia condenatoria en el caso de la mujer que degolló a sus dos hijos en la Villa Tucnar Huasi de Calama. La ciudadana extranjera tendrá que cumplir una pena de 17 años de presidio mayor, que de acuerdo a la fecha del trágico hecho acontecido en la comuna, será algo más de 15 años de manera efectiva por el tiempo que ha permanecido privada de libertad desde el fatídico momento a la fecha.

El lamentable suceso que conmocionó a la opinión pública local, asimismo como en el vecino país de Bolivia, ocurrió en la madrugada del sábado 24 de octubre de 2015, en circunstancia que la madre de los menores, Yoselyn Janis Cabrera Colque de 5 años e Iván Said Cabrera Colque de tres años, decidió matarlos por problemas de índole sentimental con su pareja, y de paso autoeliminarse infiriéndose heridas utilizando para dicho efecto un cuchillo.

La mujer consiguió el objetivo en el caso de sus hijos, ya que el auxilio no llegó a tiempo. Pero en el caso propio el personal paramédico del servicio de urgencia de la salud pública logró estabilizarla y prestarle ayuda en el tiempo necesario para que se repusiera con los meses.

El padre de los menores fue el denunciante del hecho que aconteció en el segundo piso de la vivienda que compartían en la Villa Tucnar Huasi de Calama.

Sentencia condenatoria

En la jornada de ayer, tal como se informó en su momento, se dictó la sentencia condenatoria que estableció que la mujer fue enjuiciada por las muertes de sus hijos, arrojando como resultado una pena de 17 años de presidio mayor, de los cuales ya cumplió cerca de dos en prisión.

El veredicto fue dado a conocer el jueves 8 de junio, donde se planteó la interrogante en cuanto a las atenuantes que establecen los grados para rebajar la pena, en principio se señaló que podrían llegar a tres, pero tan solo se aplicó uno en forma circunstancial y es el que estableció la parte sicológica. Se concedió que sufrió un episodio mental, pero esto no impidió de ser imputable. De lo contrario no habría sido procesada.

Años tenían los hermanos que mató la madre de nacionalidad extranjera en la Villa Tucnar Huasi. 3 y 5

Grado de rebaja como atenuante a la pena fue aplicada en esta situación por u episodio en particular. Un

Si bien, tienen programada una audiencia en la fiscalía local para el martes 20 del presente mes, la familia del abuelito de 75 años, que desapareció el 17 de diciembre de 2015, espera una pronta respuesta a los exámenes de ADN para establecer que se trata del cuerpo sin vida hallado el 27 de abril en la quebrada de los Cóndores.

La petición obedece a que la ropa y cédula de identidad que mantenía entre sus ropas correspondían a Carlos Hendermane, y así poder sepultarlo.

Según detalló el yerno de la víctima fatal, Geraldo Álvarez, la familia adquirió la urna y dispuso del servicio fúnebre que realizarán desde el mismo momento en que fue hallado el cuerpo en la Quebrada de los Cóndores por un expeditor que reconoció las señas entregadas a la hora de colocar la denuncia por presunta desgracia en la sección de personas desaparecidas en Carabineros.

Tanto la hija como el hijo de la víctima concurrieron al SML para que se tomarán las muestras de ADN, y así establecer la identidad de la víctima. Pero el tiempo pasa y no tienen respuesta para definir los siguientes pasos en la tarea de dar una sepultura digna a este hombre de 75 años.