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Chile: científicos crean estrategia para salvar la diversidad genética nacional

PROYECTO. Los expertos proponen realizar un catastro para evitar que los recursos frutícolas y forestales desaparezcan del territorio chileno. El plan nacional protegería las riquezas naturales del país y la valorización de estos recursos.
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Stephanie Ríos Molina

Un grupo de científicos chilenos de la Universidad Mayor busca rescatar e identificar la diversidad genética de recursos naturales con el fin de preservar su existencia y mantener la biodiversidad del territorio nacional. Uvas, papas nativas, productos frutícolas y forestales son algunos ejemplares que, según investigadores del Centro de Genómica y Bioinformática de la casa de estudios, deben ser protegidos.

"La gran mayoría de los países desarrollados tiene políticas claras de rescate y valorización de recursos genéticos, sobre todo aquellos que son propios y únicos de sus comunidades: en Colombia tienen el café, que es un ejemplo de industria a nivel mundial y que concentra la mayoría de las exportaciones que, además, son de muy altísima calidad, lo que genera un impacto directo en el empleo y el desarrollo regional. Es trascendental identificar los recursos genéticos claves y únicos para la producción nacional y así proteger su diversidad", explica Jorge Valdés, director del Centro de Genómica y Bioinformática de la Universidad Mayor.

Plan de acción

Para cumplir este reto es necesario elaborar un plan de acción integrado por actores estatales y privados que contribuyan a la productividad nacional. Es necesario utilizar herramientas moleculares, de secuenciación masiva de ADN y de tecnologías de la información para ayudar a las comunidades, tanto originarias como de productores, a realizar catálogos detallados de la variabilidad genética que poseen y en qué están aprovechando en sus cultivos, así como aquella que no están optimizando y que podrían ser soluciones para el futuro. "Hay que promover el empadronamiento de todas las especies de relevancia nacional y su diversidad genética, y correlacionar de manera precisa los productos que tiene el país en términos genotípicos y fenotípicos", enfatiza el líder del proyecto.

Valorar los recursos

En cuanto al diseño, el primer paso es mejorar los niveles y estándares de producción. "Es importante impulsar sectores con alto potencial de crecimiento como los cultivos de uvas viníferas, ciertos tubérculos y áreas frutícolas, entre otros, para generar las bases de un desarrollo inclusivo y sostenido a través del fortalecimiento del capital social.

Otra acción es facilitar la valorización de especies nativas: "Esto tiene relación con determinar las regiones y conocer sus recursos, los cuales deben investigados para entregar materias primas a las diferentes industrias. Se pueden desarrollar aplicaciones médicas y cosméticas utilizando, por ejemplo, ciertas plantas nativas de la zona norte del país", señaló el experto a este medio.

Cambio climático

El experimento del Centro de Genómica y Bioinformática de la U. Mayor está enfocado en rescatar los recursos asociados a procesos productivos y a cadenas de valor establecidas para que no resulten afectados por patógenos emergentes y los efectos nocivos asociados al cambio climático.

Valdés agrega que esta iniciativa se constituye como parte de un desafío global en el que todas las instancias deben hacerse presente. "Sabemos que nuestros veranos e inviernos no son como hace 10 años. La agricultura también lo siente al observar que los territorios están cambiando y, con el objetivo de no perder ciertas variedades de especies, los agricultores están trasladando sus cultivos", agrega el científico nacional.

Los efectos del cambio climático, que afectan los regímenes hídricos, fechas de floración, la aparición de los frutos y las cosechas, también son una oportunidad para mejorar el diseño y la expansión del uso de terrenos e innovar en técnicas de sustentabilidad. "Queremos conocer el escenario real para optimizar el uso de los suelos, tanto en la zona norte como en la sur", comentó el académico.

Situación nacional

El objetivo de la investigación es desarrollar un plan de modernización o adecuación para proyectar, o asegurar, la producción que están manejando. "Si una especie deja de producirse podría afectar la economía del país. Es un hecho que Chile es un gran exportador de vinos y frutos por lo que la desaparición de cualquiera de éstas fuentes de producción tendría varias consecuencias: restringiría el ingreso de recursos económicos, disminuiría el capital humano empleado en la zona y, a corto plazo, se verían más efectos negativos a nivel nacional", añade Valdés.

cuidados especiales

"Uno de los problemas de la industria forestal y agrícola es que tenemos producción intensiva de mono cultivos que requieren de un tratamiento especial: un régimen de agua, de utilización de suelos específico y de agroquímicos para su protección en contra de los patógenos. Esto va en deterioro directo de los ecosistemas originales que tenemos en nuestro país. Cada vez que avanza la producción intensiva de estos cultivos, lo hace en desmedro de especies como las abejas e insectos polinizadores de aves, animales menores y de otras especies que puedan ser parte de un ecosistema equilibrado", aclara el académico.

"Se pueden desarrollar aplicaciones médicas y cosméticas utilizando ciertas plantas nativas de la zona norte del país "

Jorge Valdés, Investigador líder del proyecto"

Maqui, un recurso genético nacional

Últimamente se está explorando un nuevo recurso genético: el maqui. En ellos, aún no se ha manifestado la presencia de patógenos en los cultivos. "Comparada con la uva de mesa, esta especie fue domesticada y luego mejorada en ciertos rangos como su calibre, contenido de azúcar, acidez y todas aquellas cosas que son de interés productivo", señala Valdés. El maqui se considera como un ingrediente para generar extractos de antioxidantes y hay compañías involucradas en las plantaciones y aprovechamiento para la extracción de compuestos con esas características.