Mario Covarrubias Pereira
Las cifras de obesidad son preocupantes, en niños de educación prebásica y básica presenta un 50 por ciento de riesgo en la provincia El Loa. A esta cifra es necesario ponerle atajo, debido a que representa una alta probabilidad de adquirir enfermedades tales como la hipertensión y diabetes.
Aquello es un desafío mayor para la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb), que está encargada de repartir 13 mil 264 raciones en Calama, San Pedro de Atacama y Ollagüe, tanto para establecimientos de educación básica como media, del área municipal, particular subvencionada y particular, para menores cuyo Registro Social de Hogares tiene un puntaje que así lo amerita.
Esto, al igual que el programa de etiquetado de productos que cumplió un año ayer, obliga a la entidad gubernamental a ponerse en esta misma sintonía y buscar la alimentación saludable para el alumnado.
"Pasamos desde la desnutrición que existía en 1960 al otro extremo, con cifras preocupantes de sobrepeso y obesidad. No son cifras para alegrarse y a través del mapa nutricional, fuimos estudiando el peso de los niños chilenos. Ahora se consume más fruta, verdura, legumbres y agua. También carne, pero sólo en la medida que sea nutritivo para los niños", dijo la directora regional de Junaeb, Yolanda Tabilo.
Coordinación
Eso fue haciendo que las minutas alimentarias se ajustaran, transformándose en saludables, nutritivas e inocuas, pero no sólo eso, porque en 2016 Junaeb, en conjunto con los ministerios de Educación, Desarrollo Social, Salud, Deportes, más otros asesores externos, diseñaron la política contra la obesidad escolar denominada "Contrapeso".
"Eso es lo que nos caracteriza, es el corazón de nuestra gestión, donde se están promoviendo las 'escuelas saludables para el aprendizaje' y 'los recreos entretenidos' para estimular la práctica de la actividad física. Todos los programas Junaeb los alineamos en razón a 'Contrapeso'", expresó Tabilo.
Este año el gobierno entregó computadores en la provincia El Loa y la región, al cual se le adicionó una pulsera inteligente, que le permite a los niños contar sus calorías, regular sus horas de sueño y también conectarse a las redes sociales. Fueron en total 1483 los aparatos de estas características en la zona (1.360 en Calama, 119 en San Pedro de Atacama y 4 en Ollagüe.
Cultura alimentaria
"Eso es para que tengamos una cultura distinta de alimentación, porque una cosa es lo que hace Junaeb con las raciones en las escuelas, pero también debemos educar a los padres y a la comunidad. Nos hacemos cargo de lo que comen los niños en los colegios, pero no podemos hacernos cargo de lo que hacen los padres y la comunidad. Sin embargo, la estrategia busca involucrarse con los centros de alumnos y de padres y apoderados, requerimos de la ayuda de todos los actores para bajar estos índices", dijo la directora regional de Junaeb.
Esto tira por la borda la imagen que existe de que Junaeb es quien genera esa sobrealimentación, porque como programa aportan con el desayuno y almuerzo sólo el 33 por ciento de los nutrientes que los escolares consumen y todo el restante es responsabilidad de cada familia.
Sin embargo, hay escolares que no tienen este beneficio y deben llevar el almuerzo desde sus casas. Ahí es cuando todo queda del lado de la conciencia familiar.
"He estado en Calama y me ha tocado ver que las mamás le llevan la colación a sus hijos. Está la preocupación nuestra puesta ahí también, porque la obesidad genera dificultades de salud, a los huesos e incluso mental, como la depresión. Es un problema de salud pública, definitivamente", asumió Yolanda Tabilo.
Se invirtieron los papeles
En 1960 existía un alto porcentaje de desnutrición en niños, el que alcanzaba un 47 por ciento. Esto era un problema mayor de salud pública para el país. Sin embargo, en 40 años esta situación fue cambiando paulatinamente. Hoy la dificultad no pasa por cuántos niños desnutridos tiene el país, sino por cuántos están en riesgo de caer en la obesidad.