Luis Grandón A.
El miércoles 20 de abril de 2011 será una fecha difícil de olvidar para María Yolanda Achiardi. Aquel día nada hacía presagiar el drástico cambio que tendría su vida.
Todo comenzó temprano, ella junto con su marido, Ricardo Moreno, asistieron a una reunión de negocios en Chuquicamata. Tras esto decidieron viajar a la capital regional, para asistir al lanzamiento de una línea de camionetas, que la empresa que formó con su pareja necesitaba.
A último minuto se sumó en este viaje su hija, Consuelo (16), y su pololo, Jonathan Casanga (18), quienes asistirían a los funerales de la abuela del yerno de Achiardi.
Pues bien, el destino tenía otros planes para los Moreno Achiardi. A las 21.10 horas, recién llegados a Antofagasta, se detuvieron en el semáforo de la intersección de avenida Salvador Allende con Avenida Antonio Rendic y todo cambió para María Yolanda.
Relato
"Ese día yo no tenía ánimo de viajar, yo estaba cansada y no tenía ganas de ir. Ricardo insistió mucho, y yo accedí, muy a desgano mío, pero accedí", recuerda.
Hasta ese instante eran dos los pasajeros del vehículo, pero luego serían cuatro.
"Subí a cambiarme ropa y aparece mi hija Consuelo. Me pregunta que para dónde van y yo le respondo a Antofagasta y me dice si ella con su pololo podían ir también, porque querían asistir al funeral de la abuelita de Jonathan, que había fallecido el lunes anterior", mencionó María Yolanda.
La empresaria declaró que ese viaje fue extraño, por todo lo que lo rodeó. Primero su negativa para que se realizará y su estado de ánimo.
"Como yo iba molesta, porque no quería ir, no había caso, me desconecté y me quedé dormida. Después no recuerdo nada", expresó Achiardi.
Aquel miércoles un bus de la empresa Thiele, sin frenos no pudo sortear el antepenúltimo semáforo de la avenida Rendic e impactó a un Peugeot 206. En su loca y descontrolada carrera alcanzó a un Toyota Yaris, para luego impactar a un colectivo, en el que iba Yerko Castillo, la cuarta víctima de este trágico suceso.
Después de chocar al colectivo el bus impactó de lleno a la ford expedition de la familia Moreno Achiardi.
"Yo no reaccioné hasta el domingo siguiente que despierto y me giro para comentarle a Ricardo un pesadilla que había tenido y veo a mi suegra a mi lado. En eso entró mi hijo mayor y me dice mamá de nuevo, acuérdate que sufrieron un accidente y fallecieron el papá, la Consuelo y el Jonathan, tu te salvaste. Yo me descontrolé, ahí recién tomé conciencia. Los días previos en el funeral y todo eso yo estuve, pero dopada por la medicación que me suministraron", relató.
Revisando la prensa junto a su hijo la hizo tomar conciencia y asumir la dolorosa realidad.
"Me llamaron una infinidad de abogados ofreciéndome sus servicios para interponer una querella o demanda, fueron muy insistentes, pero yo les dije a todos lo mismo, nada me los va a devolver. Ellos me decían que les puedes sacar plata, pero yo quería a mi familia, la que fue mutilada a la mitad", contó Achiardi.
Entre todas las personas que la llamaron estuvo el chofer titular de ese bus y le ofreció su testimonio.
Salir adelante
Un evento trágico como el que le tocó vivir a María Yolanda a muchos los devastaría, pero a esta empresaria no.
"Un apoyo esencial ha sido mi hijo. Un día me dice mamá no me voy a ir a estudiar este año para quedarme contigo hasta que nos paremos bien. En 2013 se fue a Valparaíso y retornó junto a su polola. Con ellos venía una energía nueva. Alonsito, mi nieto nació hace un año y tres meses y es un angelito que llegó a mi vida y me ilumina harto", expresó,
Junto con lo anterior también se aferró a Dios, con quien conversa todas las mañana para pedirle fuerzas para levantarme y salir adelante.
Demanda
Actualmente se encuentra ingresada una demanda de indemnización por daños y perjuicios por responsabilidad civil extracontractual en contra de quienes resultaron responsables en el fallo de los tribunales por el fatídico accidente de 2011.
La millonaria demanda persigue una indemnización, tanto para ella como para la familia de su yerno, que supera los 300 millones de pesos.
María Yolanda continúa con sus proyectos y nada parece detenerla, el recuerdo y la nostalgia prevalecerá por siempre en su corazón.
"Como yo iba molesta, porque no quería ir, no había caso, me desconecté y me quedé dormida. Después no recuerdo nada"."