Ricardo Pinto Neira
El jueves 10 de enero de 2013, la impresionante carrera del Dakar llegaba cerca del mediodía al sector de Limón Verde en Calama. Las luces de las cámaras, la espectacularidad de la cobertura de medios internacionales y la señal oficial se quedaron con los principales pilotos del mundo y sus esfuerzos por vencer el desafío del desierto. Pero el público loíno se quedó a la espera de su corredor.
Horas más tarde y recién con 21 años, Yamir Ortiz alcanzaba la meta entre los aplausos de la gente de Calama, que veía en el talentoso piloto a su embajador en el rally más importante del mundo. Llegó con lo justo al punto de control, hubo autoridades, fotos, cocteles en el campamento y promesas de ayuda. Promesas incumplidas del mundo privado y autoridades locales que como es costumbre, después desaparecieron.
Ortiz no bajó los brazos, golpeó puertas, realizó exhibiciones, consiguió auspicios mínimos, hasta vendió completos y juntó peso a peso para llegar al siguiente Dakar. Como en el 2013, un año más tarde fue un accidente en Argentina, a la altura de la novena jornada el que lo dejó fuera de carrera.
Después, con la salida de la carrera por tierras nacionales, los apoyos se fueron. Y allí, Ortiz -o "Yamir War" como se le conoció en el mundo de las notas de prensa o el ambiente del motocross y el rally- terminó en el olvido. Dejó las competencias por falta de recursos, se fue a Viña del Mar a realizar proyectos personales y desapareció del ambiente. Hasta ahora...
Nuevo desafío
"Nunca dejé de pensar en volver a subirme a la moto. El bichito siempre pica y los años te dan esa madurez que necesitas para entender que a veces, cuando no hay apoyo, hay que rebuscárselas pero nunca dejar la pasión de lado", dice Ortiz, que con 26 años está de vuelta en Calama, estudiando Administración de Empresas en el AIEP de nuestra comuna y con un proyecto deportivo motivante.
"Estoy trabajando en el retorno con todo. Uno no se puede quedar en que alguna vez te prometieron ayuda y nunca llegó. Eso es bajar los brazos. Ahora, con un experto en diseño gráfico estamos buscando la alternativa de llamar la atención con afiches y avisos para que se acerquen recursos. Además, tengo el apoyo de la gente de ElectroSports en la preparación física que está enfocada en poder soportar el trajín de la moto. Además, queremos innovar. Por ejemplo, en vez de correr con auspicio de empresas, quiero llevar el nombre de todos los que aporten en mi uniforme, en el casco y en la moto", detalla.
Yamir fue la gran atracción de la última versión del Rally Alto El Loa, pese a que terminó en cuarta posición de la categoría expertos. "Tomé la moto de mi papá, le hicimos arreglos varios y decidimos volver a competir en el desierto. Por este año, vamos a correr las demás carreras que quedan de ese rally -serán tres más- y no descartamos entrar al zonal norte de motocross si es que conseguimos la moto adecuada porque eso te va dando mucho trajín para después enfrentar los rallies con mayor confianza", confidencia.
Pero tiene un objetivo mayor en la cabeza. "Quiero llegar al Dakar 2019 porque confió en que si hay cambio de gobierno, la carrera volverá a Chile y allí se puede conseguir recursos para participar. Además, en el 2018 retomaremos el ránking nacional y buscaremos la opción de ir a un Dakar Challenger de los que se corren en Sudamérica porque allí está la opción de pelear un wild car y ahorrarse esas lucas de la inscripción que siempre son el principal obstáculo para subirse al rally en el verano".
Ortiz alienta a otros pilotos locales como Jordano "Danno" Sepúlveda a seguir buscando oportunidades. "Supe que él había decidido dejar la alta competencia por la falta de recursos pero tiene talento de sobra y sería bueno que siguiera peleando por llegar a un Dakar", comentó.