El comportamiento climático en la zona norte ha generado más de alguna inquietud y esto ha convocado una mesa de trabajo para crear un plan para enfrentar eventuales crecidas de ríos y saturación de embalses en la zona.
Esta es una medida acertada, más si se considera que con los últimos frentes climáticos, nuestra cordillera tiene una cantidad importante de nieve acumulada que sumada a las lluvias del verano en El Loa, darán paso a grandes cursos de agua descendiendo por los afluentes de la provincia.
Se requiere entonces que tempranamente los organismos de seguridad puedan tomar los resguardos y prever qué medidas adoptar en torno a una posible emergencia.
En esta tarea, estarán como encargados la Oficina de Protección Civil y la Oficina Nacional de Emergencia, para poder estructurar un mapa de los puntos más sensibles, medidas de evacuación, contención de las aguas, rutas alternativas, entre otros.
Estas disposiciones partieron el año pasado y en esta oportunidad serán fortalecidas con el respaldo de otros organismos que podrán actuar cuando ocurra algún imprevisto.
El trabajo no está orientado sólo a Calama, sino que a toda la provincia, debido a que en poblados del interior también ocurren algunas emergencias y aislamientos de ciertos sectores.
El objetivo debe ser que podamos sortear estas inclemencias climáticas de la manera más normal posible, y sin tener que lamentar la pérdida de vidas.
Entre las tareas pendientes, está poder conectar las sirenas de alerta ante un peligroso descenso del caudal del río Loa y que debieran funcionar en las localidades de Lasana, Chiu Chiu y Calama.
Un monitoreo constante y una alerta oportuna, serán claves para poder enfrentar cualquier emergencia que esté ligada a un comportamiento anormal de los ríos, como ya ha ocurrido en la Tercera Región en dos oportunidades.
Y una información oportuna será clave para poder tomar los resguardos junto con aplicar medidas de mitigación tempranas para evitar daños.