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UN ESTUDIO REVELÓ QUE Heredamos de nuestros padres mucho más que los genes

INVESTIGACIÓN. Nos transmiten un sistema de regulación de los genes que puede ser influido por el entorno y modo de vida. Al menos en determinados casos, estas adaptaciones ambientales pueden pasar a la descendencia.
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La herencia no sólo se transmite a través de los genes. Un nuevo estudio ha confirmado que no sólo el ADN, sino también las instrucciones epigenéticas heredadas, contribuyen también a regular la expresión génica en la descendencia.

El estudio, desarrollado por el Instituto Max Planck de Inmunobiología y de Epigenética de Friburgo, describe por primera vez las consecuencias biológicas de esta información heredada y demuestra que la memoria epigenética de la madre es esencial para el desarrollo y la supervivencia de la nueva generación. Los resultados se publican en la revista Science, según se informa en un comunicado.

La epigenética es el conjunto de reacciones químicas y demás procesos que modifican la actividad del ADN, sin alterar su secuencia. Las marcas epigenéticas no son genes. Estas informaciones epigenéticas, transmitidas de padres a hijos, contribuyen a regular la expresión de los genes que se heredan de una generación a otra. Intervienen también en el desarrollo normal del embrión, aseguran los investigadores.

Los mecanismos epigenéticos son modulados por factores ambientales como la alimentación o el modo de vida. Desempeñan un papel importante en el funcionamiento del organismo, permitiendo a los genes expresarse o no. Esta investigación no sólo muestra cómo las modificaciones epigenéticas son transmitidas de una madre a su descendencia, sino sobre todo el papel esencial que estos cambios desempeñan en el desarrollo del embrión.

Modificaciones epigenéticas

Los científicos han debatido durante mucho tiempo sobre la capacidad de las modificaciones epigenéticas acumuladas durante toda una vida, de traspasar la frontera generacional y transmitirse a los hijos e incluso a los nietos.

Hasta hace poco se pensaba que la memoria epigenética acumulada durante la vida se olvidaba desde el desarrollo de los espermatozoides y de los óvulos. Sólo desde los años 90 empezó a asumirse que las informaciones epigenéticas podían transmitirse a la descendencia, si bien el mecanismo que lo conseguía se consideraba un misterio.

Los estudios epidemiológicos han descubierto una sorprendente relación entre la alimentación de los abuelos y el riesgo de diabetes y enfermedades cardiovasculares en los nietos, señalan al respecto los investigadores.

Añaden que el cuerpo humano posee menos de 250 tipos diferentes de células y que su ADN está compuesto de las mismas bases, y en el mismo orden, incluso si estos tipos de células son diferentes entre sí por su apariencia y funciones.

Estas diferencias proceden de un proceso epigenético. Las modificaciones epigenéticas marcan regiones específicas del ADN con la finalidad de que atraigan o retengan las proteínas que activan a los genes.

Estas modificaciones son las que crean, paso a paso, los modelos de secuencias de ADN que están, ya activas, ya inactivas, en cada tipo de célula. Además, las marcas epigenéticas pueden cambiar a lo largo de la vida como consecuencia de nuestro entorno o modo de vida. También influyen en estos cambios el estrés, la enfermedad o la alimentación, que se introducen en la memoria epigenética de las células.