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Grupo de viñas apuesta por rescatar el "Semillón" en los valles del país

TRABAJO. En su esplendor esta cepa fue la gran productora de vinos blancos nacionales, pero sucumbió al interés exportador de variedades nuevas como el Sauvignon Blanc o Chardonnay.
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Un grupo de cinco viñas locales se unió para trabajar en el rescate y valorización del Semillón, cepa originaria del sudoeste francés que llegó a ser la uva blanca más plantada en Chile, con cerca de 30 mil hectáreas de viñedos en la década del 60. Era, en sus mejores tiempos, la variedad con la que se hacían los mejores blancos del país.

Sin embargo, desde la década del 80, en plena apertura exportadora vitivinífera de Chile, comenzó a ser desplazada por las cepas blancas más demandadas en mercados de Europa y EE.UU., como el Sauvignon Blanc y el Chardonnay.

En la actualidad solo 950 hectáreas están plantadas con Semillón en el país, concentradas en su mayoría en el Valle del Maule, en parras viejas de más de 70 años en el secano maulino. Por el rescate de esa tradición, las viñas J. A. Jofré, Aresti, Bouchon, Carmen y Casas del Toqui se unieron el 2016 para fomentar la recuperación de esa variedad.

Las actividades

Y la primera actividad fue el denominando "Semillón Day", inédita degustación que este año se volvió a realizar, en perspectiva de transformar el evento en una tradición que sume a más bodegas locales. También organizan catas en EE.UU., Inglaterra y China.

"Para nosotros, Semillón es un vino que aporta la diversidad y tiene peso específico por lo particular que es, debido a su antigüedad como viñedo, vinificación y concepto que hay detrás. Esto es equilibrio sin intervención ni correcciones, complejo y de gran estructura y por su larga maceración de cinco meses en sus pieles", comentó Juan Alejandro Jofré, enólogo y dueño de Viña Jofré.

Desde viña Casas del Toqui, que cuenta con 4,5 hectáreas en la zona precordillerana de Totihue, en el Alto Cachapoal, el enólogo Francisco Ponce cuenta que recuperaron el viñedo "de forma lenta utilizando fertilización orgánica, podando el tronco viejo a nivel de suelo para formar un nuevo tronco. Luego se formó la espaldera y se realizó poda en dos cargadores, esto permitió revitalizar las plantas, junto con mejorar la calidad y la cantidad de uva producida", para así recuperar la producción.

Emily Faulconer, enóloga jefe de Viña Carmen, agrega que el trabajo de esta cepa no requiere un trato específicamente distinto a otras variedades. "A pesar de ser bastante productiva, los viñedos antiguos de donde proviene nuestro Semillón alcanzan un equilibrio natural y no requiere de mayor intervención", argumentó.