No es la primera vez que ocurre que en El Loa, donde quedan un proyecto sin completar y en medio de un litigio judicial. Ejemplos hay varios, pero esta vez le ha tocado al proyecto de construcción del nuevo edificio para el Museo de San Pedro de Atacama, para reemplazar la vieja galería del padre Gustavo Le Paige.
Han pasado dos años y la edificación no pudo materializarse porque hubo un conflicto de terrenos entre la empresa constructora y el Municipio de San Pedro de Atacama. Mientras tanto, las piezas arqueológicas siguen celosamente guardadas por parte de profesionales de la Universidad Católica del Norte, a la espera de que este edificio pueda iniciarse.
Casos como éstos nos recuerdan a la emblemática escuela D-48, el Memorial Topáter también frenado por litigios con los terrenos donde se iba a construir, y el nuevo Hospital que hoy debiera estar terminado en el mes de noviembre, que por diversos problemas sus obras se retrasaron por bastante tiempo.
En el caso del edificio del Museo habría un litigio porque el terreno donde se iba a edificar no sería totalmente municipal y eso implicaba una adecuación del proyecto original.
Ante la demora en resolverse este conflicto, el gobierno regional buscará la manera de destrabar la situación, para poder entregar a la Universidad Católica del Norte las nuevas instalaciones.
Entonces, se hace necesario un mayor control en los procedimientos que se realizan antes de ejecutar obras de gran envergadura y de un alto costo monetario. Y se debe partir de lo más básico como determinar quién es el dueño del lugar donde se va a construir y hasta los recursos disponibles para hacerlo.
Fiscalización y control son claves para poder sortear todas las barreras antes de llevarlos a cabo, de lo contrario ocurrirán diversos problemas.
Los servicios públicos como los municipios y seremis deben mejorar sus controles de calidad y corroborar que no habrá problemas en el camino, para tranquilidad de la población que comienza a dudar de las eficacia de ellos.