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Puedes jugar incluso mal pero no hay peor sensación que la de tener un encuentro asegurado y dejar perder puntos por una desconcentración en la jugada final. Por eso, más allá del buen segundo tiempo que se jugó en el gramado del municipal loíno, la cara de funeral en el vestuario naranja era tan evidente como justificada.

Hubo goles, emoción hasta el final y una sensación de amargura para los más de cuatro mil espectadores que llegaron al Zorros del Desierto para ver un "choque de candidatos".

Como ya se había adelantado en la previa, lo de ayer era un duelo de propuestas. Y ante eso, José Sulantay sorprendía con una posición distinta del volante José Salcedo, como un zaguero pero que en el papel, tenía una función especial.

El adiestrador loíno sabía que el rival apelaba a la conducción de Renato González y allí, el "Galgo" era el cancerbero encargado de destruir la generación de fútbol "santo". Hasta que se perdió en la cancha y allí empezaron los problemas.

Porque el elenco del "Fantasmita" Ariel Pereyra, que llegó con tres delanteros a Calama tenía también más variantes. Y las mostró cuando Enzo Ruiz sacó un remate desde 25 metros que complicó a Cacace.

En ese "ring de estudio", las dos líneas de cuatro defensores demostraban mucho respeto de ambos entrenadores. Pero cuando se propiciaban los espacios llegaba el peligro en los dos arcos y así comenzaron a aparecer los jugadores que serían protagonistas hasta al final.

Primero, a los 11' cuando Leonardo Olivera aprovechó un error de Cristián Oviedo para cederle a Matías Campos que tuvo el primero. En la jugada de vuelta, Arturo Sanhueza puso un pase entre líneas para Christian Pavez que demoró la definición por "el callejón del nueve" y le desviaron el balón.

Pero en ese juego de ajedrez, un error iba a marcar el desequilibrio. Lo cometió el arquero Zacarías López, que no pudo evitar un córner y tras ese tiro de esquina, con servicio "a la carta" de Arturo Sanhueza, Lucas Simón extendió su racha goleadora y con una "palomita" perfecta puso la apertura del marcador. Corrían 14 minutos.

San Marcos no renunció y con dos llegadas de Renato González hizo temblar la estantería de Cacace. Cobreloa defendía la ventaja con un sistema defensivo muy confundido donde sólo resaltaba el trabajo de Matías González.

Eso porque los tres mediapuntas del cuadro ariqueño seguían causando estragos en el último cuarto de cancha. Leonardo Olivera, la figura del encuentro, aprovechó un lateral para meter un centro medido. Matías Campos anticipó a la zaga naranja y la puso en un rincón imposible. Eso en los '21. Pocos minutos después, el propio Campos tuvo el segundo.

Cobreloa no mostraba ideas y sólo con remates de distancia de Gómez y Jiménez avisó en arco contrario.

Y en la contra, el visitante era más preciso. Entre Renato González, Michael Silva y el mismo Olivera armaron una que se fue desviada por poco. El sub 20 minero Pablo Brito tuvo dos oportunidades para desequilibrar pero careció de suerte. Y con eso, se fue la primera parte. Una donde "los santos" se impusieron.

Puntos perdidos

Sulantay ordenó las piezas y retomó su antiguo 3-5-2 con el ingreso de Eduardo Vidal que se cargo a la derecha. Por izquierda, Pablo Brito hacía el sacrificio. Walter Gómez bajo a la línea de zagueros y José Salcedo subió a posiciones de contención.

Todo mejoró cuando tras un error en las marcas de San Marcos, el tiro de esquina de Sanhueza cayó en la cabeza de Gómez que anotó en los 51'. Mientras el juez Felipe González mandaba a las duchas a José Luis Jiménez y Octavio Pozo por discusión y reclamos, el visitante encontraba la igualdad después de una mala salida de Cacace y un cabezazo de Olivera. Iban '66.

Allí lo tuvo el cuadro dirigido por Ariel Pereyra con sendas llegadas de Olivera, Campos y Méndez. Pero como era un ida y vuelta constante, un motivado Sebastián Romero se juntó con Christian Pavez y le metió un remate de empeine inatajable a López para desatar la algarabía en todo el estadio.

Eso porque se pensaba que allí, el conjunto "santo" ya no tendría piernas para remontar. Con un contragolpe del propio Romero -sólo frente a López- y dos opciones de Simón, Cobreloa debió amarrar una goleada.

No hacerlo le costó caro. Porque nuevamente tras una pelota parada sin peligro inminente y donde las marcas se quedaron pegadas al piso, Enzo Ruiz metió un frentazo en la última jugada del partido -en los descuentos- y cuando más había que estar atento. Su pivoteo rebotó en Olivera y el desvió descolocó a un Cacace que esta vez se quedó bajo el arco.

Premio para un visitante que no bajó los brazos. Mucho castigo para un local que tuvo todo para liquidar un duelo que siempre tuvo a favor. Uno que era fundamental ganar para sacar del camino a un rival directo por el ascenso en el mes de diciembre.

de agosto probablemente a las tres de la tarde será el próximo duelo loíno en Valdivia. 6

baja obligada dejó este partido para José Sulantay. La del delantero José Luis Jiménez. 1