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El difícil camino de la rehabilitación para los pacientes de Calamatón

TRABAJO. Actualmente alberga a pacientes de 13 agrupaciones de discapacidad de la comuna.
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Viviana Astudillo Olmos

Este 2017 se conmemoran ocho años de la creación de la Calamatón, organización sin fines de lucro que actualmente alberga a 13 instituciones de discapacidad y que luchan por rehabilitar a niños, jóvenes y adultos con diversas enfermedades.

Un trabajo que ha tenido de dulce y agraz por los cambios que se han generado en este último tiempo y sobre todo, por el desinterés que tiene la comunidad con respecto a la labor que efectúa esta organización.

En esta octava versión son varios los desafíos que tiene los organizadores de esta iniciativa social. En primer lugar, incentivar y concientizar a la comunidad sobre el real sentido de la Calamatón, conseguir un monto superior a los 29 millones de pesos en la meta establecida y sobre todo, que la ayuda monetaria se siga manteniendo en el tiempo, puesto que según sus organizadores, la comunidad deja de apoyarla el resto del año.

Según explicó, la presidenta de Calamatón, Elizabeth Ramírez "no hay un compromiso real de la gente por apoyar la Calamatón, muchos de ellos no tienen conocimiento de que trata y sólo puedo decir que nuestro trabajo está orientado a apoyar a los pacientes que sufren de alguna patología, nadie está libre y esta labor que efectuamos es para el bienestar de las personas con capacidades diferentes y sus familias, siendo fundamental el apoyo de la comunidad que esperamos siempre contar con su apoyo para seguir potenciando estas agrupaciones".

Dineros

A pesar que está es su octava versión, el trabajo que realizan las agrupaciones no está exento de polémicas, principalmente porque los dineros en cada cruzada solidaria han ido en descenso. La primera Calamatón se realizó en diciembre del 2009, recaudando más de 20 millones de pesos para las 20 organizaciones participantes, luego la segunda versión fueron dos días de mayo del 2011 en que allí lograron 197 millones, caso similar ocurrió el 2012 en que los dineros alcanzaron los 113 millones, mientras el 2013 fue un año inolvidable donde el trabajo realizado por las instituciones logró alcanzar una meta que superó los 200 millones de pesos. De allí, la situación comenzó a descender puesto que el 2014 la cifra alcanzó los 141 millones, mientras que el 2015 sólo alcanzaron los 39 millones. Sin embargo, la situación causó impacto el 2016 porque la cifra alcanzó cerca de 29 millones de pesos, pero con el problema que la comunidad sólo entregó ocho millones de pesos, ya que el resto cerca de 21 millones lo aportó el Sindicato 2 de Codelco, situación que mantuvo preocupada a los organizadores.

Elizabeth Ramírez destacó que "esto se produce por varias situaciones anexas a la Calamatón, sobre todo, por el poco interés que tiene la comunidad y las empresas locales que no apuestan por estas agrupaciones. La gente debe entender que existe y qué hacemos".

Hay que mencionar que el monto recaudado debe ser entregado en partes iguales a las instituciones, a través de proyectos los cuales pueden ir orientados a la compra de implementaciones, pago de profesionales, arreglos de infraestructuras, entre otros.

Este 2017 se espera superar esta cifra y en este sentido, las agrupaciones tomaron la determinación que las recaudaciones se extenderán hasta noviembre, para tener mayores aportes hacia las personas que necesitan de la ayuda de los calameños.

Casos

Como es tradición, Calamatón elige a un niño representante de esta cruzada y este 2017 es Máximo Molina de cuatro años, perteneciente a la Fundación Apanal. Un pequeño que sufre el Síndrome del Espectro Autista y que hace más de un año asiste diariamente a esta agrupación.

Su madre, Katherine argumenta que "ha sido difícil este proceso, pero la ayuda que nos ha entregado Apanal, sin duda, es fundamental para el desarrollo de Máximo. Junto a mi familia hemos visto grandes logros en él y eso se debe al trabajo profesional que realiza Apanal".

Katherine Gómez aclara que es necesaria la ayuda de los calameños en esta cruzada solidaria puesto que todo el dinero se utiliza en mejorar las condiciones de infraestructura de las agrupaciones además, de seguir apoyando en la rehabilitación a niños, jóvenes y adultos vulnerables de la ciudad.

Un cambio de vida

Romina es una joven madre que a sus 28 años perdió completamente la visión, luego de un lapidario diagnóstico de un tumor ventricular encefálico, situación que la tomó por sorpresa, sin embargo, con el apoyo incondicional de su familia pudo salir adelante.

A pesar de las intervenciones y los continuos controles, Romina logró salir adelante y es ahí donde conoce el Club de Ciegos, agrupación que le ha cambiado radicalmente la vida ya que ha podido desenvolverse dentro de su hogar y sobre todo, cuidar a su pequeña hija de nueve años.

A pesar de los obstáculos, Romina está aprendiendo el sistema de escritura y lectura Braille, aprendió a usar su bastón, compartir con otras personas y sobre todo, quererse como mujer. "Me ha cambiado la vida al estar en el club, si bien es un cambio de vida, no puedo decaer porque tengo mi familia que me apoya incondicionalmente y además, porque soy una persona joven que quiere seguir viviendo y sintiendo que a pesar de mi discapacidad soy un aporte a la sociedad".

Aclara que existe un desconocimiento de la gente por la Calamatón y además, del trabajo que se realiza en la ciudad. En este sentido, hace un llamado a la comunidad a conocer esta loable labor de las agrupaciones y apoyar a quienes sufren de alguna patología compleja.

Agrupaciones

Calamatón agrupa a las siguientes instituciones: Aphes, apoya a niños que tengan parálisis cerebral o alguna enfermedad asociada, principalmente de trastorno de origen neurológico; Apanal atiende a niños y jóvenes con síndrome autista; Asoloa, dedicada a personas sordas, con el fin que a través de las terapias puedan insertarse en la sociedad.

También está la Agrupación Sueño y Esperanza Down, que brinda un servicio educativo a niños y jóvenes con Síndrome de Down; Ashed, apoya la rehabilitación y reinserción social de pacientes psiquiátricos. Agrupación Ángeles de Luz, su objetivo es entregar terapias a niños con daño psicomotor.

Escuela Especial Santa Cecilia, atiende a niños y jóvenes entre los tres y 26 años, entregándoles las herramientas para mejorar sus capacidades y mejorar su inserción social; Agrupación Sol Brillante, trabajan en la recuperación física y mental de los adultos que atienden a través de diversas terapias de salud; Asociación Loa Ayuda, entrega apoyo a personas en riesgo social de escasos recursos y con capacidades diferentes; Asociación de Diabéticos de Chile apoyo físico y psicológico a quienes padecen de esta enfermada.

Junto a ellos está el Club de Ciegos, atiende a personas con discapacidades visuales o baja visión, proporcionándoles rehabilitación básica en sus actividades; Fundapro, trabajan con personas que padecen algún grado de esquizofrenia, capacitándolos en diversos cursos para que puedan desenvolverse en la sociedad; Regazo de Cristo, atiende a enfermos terminales de Sida o cáncer, entregándoles una palabra de aliento en estos difíciles momentos.

Y, la Escuela Diferencial F-33, que atiende a niños y jóvenes con capacidades diferentes a través de un sistema educativo especial que permita el desarrollo de los pacientes.