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Elon Musk y los peligros para la paz global de la inteligencia artificial

AMENAZA. El inventor y científico opina que esta tecnología y la ambición por hacerse con ella desembocará en la Tercera Guerra Mundial.
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Matías Jullian Velásquez

Elon Musk es hoy por hoy una de las voces más respetadas en el mundo en temas como innovación, internet, viajes al espacio y tecnología. El sudafricano es el cofundador de empresas como PayPal, Tesla Motors, SpaceX, Hyperloop, SolarCity, The Boring Company y OpenAI. Esta última, sin embargo, se dedica a investigar algo a lo que el propio inventor teme: la inteligencia artificial (AI).

Ya en agosto, Musk y otros 115 expertos en este tema habían advertido sobre el potencial peligro que tiene esta tecnología para la humanidad, por lo que pidieron a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que prohiba el desarrollo de robots dedicados a la guerra. Según la carta entregada al organismo en esa oportunidad, este tipo de armamentos "permitirán que conflictos armados se libren a una escala mayor que nunca y a escalas de tiempo más rápidas de lo que los humanos pueden comprender. Estas pueden ser armas de terror, armas que los déspotas y los terroristas usan contra poblaciones inocentes y armas hackeadas para comportarse de manera indeseable. No tenemos mucho tiempo para actuar. Cuando se abra la caja de Pandora, será difícil de cerrar".

Según los expertos que firmaron la misiva, la inminente llegada de robots y equipos no tripulados -ambos gracias a la IA- desembocará en la "tercera revolución bélica" o Tercera Guerra Mundial.

Tercera guerra mundial

Esta semana, el sudafricano insistió en su advertencia. En su cuenta de Twitter publicó, junto al mensaje "comienza", una nota en la que Vladimir Putin, el Presidente de Rusia, asegura que la nación que lidere en el ámbito de la IA "será la dominadora del mundo".

"La IA es el futuro, no sólo para Rusia, sino que para toda la humanidad. Viene con oportunidades colosales, pero también con amenazas que son difíciles de predecir", señaló el Mandatario ruso.

A raíz de las declaraciones de Putin, Musk señaló que "China, Rusia, todos países con fuerte tecnología. La competencia por dominar la IA a nivel nacional causará la Tercera Guerra Mundial, en mi opinión". Agregó que este eventual enfrentamiento "puede no ser iniciado por los líderes de los países, sino por uno de los IA, si es que decide que un ataque preventivo es el camino más probable para la victoria".

Incluso, un usuario le preguntó si la amenaza de la IA es aún mayor que la que representa Corea del Norte y su capacidad nuclear, ante lo que el científico no tiene dudas: "Si Norcorea lanza un misil nuclear sería un suicidio para su liderazgo, ya que Surcorea, Estados Unidos y China invadirían y terminarían inmediatamente con el régimen". Por lo mismo, considera que un ataque de Pyongyang "debería estar abajo en nuestra lista de preocupaciones, por la existencia de la civilización. Norcorea no tiene enredadas alianzas capaces de polarizar al mundo en guerra".

"leyes normales"

Otro usuario le señaló que la IA no es una prioridad para la mayoría de los Gobiernos y que una corporación será la que llevará la delantera en este ámbito. Pero siguiendo con su pesimismo, Musk le respondió que "los Gobiernos no necesitan seguir las leyes normales. Obtendrán la IA desarrollada por compañías utilizando armas, si es necesario".

Finalmente, tras admitir que toda esta proyección con respecto a la IA lo llevó a deprimirse, el científico, empresario e inventor optó por dejar de hablar del tema.

Polémica con Mark Zuckerberg

El afán de Elon Musk por advertir de los peligros de la tecnología lo ha llevado a enfrentarse públicamente con Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook. En julio, ambas figuras del mundo de la tecnología y la ingeniería discutieron sobre el uso de la Inteligencia Artificial, y Zuckerberg dijo que es "optimista" con respecto a su uso. Sin embargo, Musk recurrió a Twitter para señalar que conversó personalmente con el padre de Facebook y que "sus conocimientos sobre el tema son limitados".

Las altas expectativas que se tienen del gran telescopio que se construye en chile

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El español Xavier Barcons asumió la dirección del Observatorio Europeo Austral (ESO) con un gran desafío: construir "sin morir en el intento, manteniendo el nivel de actividad científica, el gran telescopio ELT en Chile, una infraestructura llamada a revolucionar la astronomía.

"Para mí, un objetivo fundamental es que no muramos en el intento. Que nuestro organismo consiga sacar adelante este proyecto y, a la vez, seguir manteniendo el motor de actividad científica en la astronomía europea de nuestros telescopios", dijo Barcons a la agencia de noticias EFE.

Barcons explicó que el ESO, con 55 años de historia, es la principal organización astronómica intergubernamental de Europa y uno de los observatorios astronómicos más productivos del mundo, con el respaldo de dieciséis países, entre los que se incluyen Alemania, Bélgica, Brasil, Dinamarca, España, Italia, Polonia, Portugal, Inglaterra, Suecia y Chile.

El ELT (telescopio extremadamente grande) empezó a construirse en mayo, se emplazará en el Cerro Armazones, a unos 130 km al sureste de Antofagasta, y debería terminarse en 2024. El director del ESO cree que este telescopio supondrá una "auténtica revolución" en astronomía por sus dimensiones, ya que contará con un gran espejo circular de 39 metros de diámetro, y porque se servirá de una tecnología innovadora, la óptica adaptativa, que supone corregir el efecto de las turbulencias en la atmósfera y permite mayor nitidez en las imágenes.

Las funcionalidades que se esperan del ELT serán "críticas", por ejemplo, para avanzar en la investigación de exoplanetas, planetas que orbitan una estrella diferente al Sol, y conocer datos sobre sus atmósferas o sobre si en ellas ha podido haber algún tipo de actividad biológica.

Sin embargo, Barcons destaca que la investigación está aún "en un estadio muy, muy inicial" del conocimiento sobre las posibilidades de que haya vida en algún lugar fuera de La Tierra. Y ello, porque, según señala, realmente nunca se ha contado con herramientas suficientes y lo bastante sofisticadas como para llegar a unas conclusiones sólidas en ese sentido.

"Esto realmente es un reto científico y tecnológico de primerísima magnitud, el poder concluir de manera más o menos sólida si en algún sitio, aparte de La Tierra, ha habido o hay actividad biológica", incide Barcons.

Y explica que, gracias a otra de las infraestructuras del ESO en Chile, el ALMA (Atacama Large Millimeter/Submillimeter Array) ha empezado por primera vez a descubrir moléculas prebióticas en el espacio, en el medio interestelar.

terminarán las obras del ELT en Chile, que se emplaza en el Cerro Armazones, cerca de Antofagasta. 2024