Pablo Orellana
En los tres últimos años, tres historias impactaron a los habitantes de Calama y trascendieron en el inconsciente colectivo, debido a la convergencia de la crueldad, violencia, arrebatos y también a la vulneración de derechos que cuatro menores fueron víctimas y que perdieron sus vidas a manos de quienes se supone debían quererlos y cuidarlos.
La madrugada del sábado 24 de octubre de 2015, el horror se apoderó de los vecinos de la villa Tucnar Huasi, luego que se develara el trágico desenlace que tuvo una tortuosa relación de un matrimonio y cuyas víctimas fueron los pequeños Yoselyn y su hermano Iván Cabrera Colque, de 5 y 3 años, al ser degollados por su madre, en castigo y venganza a los problemas que mantenía con el padre de ellos, para luego intentar quitarse la vida cortándose las venas.
La enajenada progenitora fue salvada de la muerte y tras dos años en prisión preventiva fue condenada a 17 años de presidio efectivo.
Mateo y su agonía
Casi un año antes de las muerte de los hermanos Cabrera Colque, otro doloroso capítulo enlutó a los loínos. El niño Mateo Riquelme Tejeda (3), sería encontrado a medio sepultar en un sector de la quebrada de Quetena, punto donde fue enterrado luego de diez días de intensas búsquedas y en las que comenzaba a fraguar la verdadera ausencia del niño.
El pequeño había muerto a manos de su padre, Cristián Riquelme, el cual sobrepasado por la carencia de habilidades parentales, lo ultimó para luego inventar una supuesta desaparición, la que finalmente y tras una investigación de la Fiscalía, estableció su responsabilidad al darle muerte con un objeto contundente y proceder a trasladarlo hasta el sector poniente de Calama para inhumarlo.
Cristián Riquelme Araya fue declarado culpable, y condenado a presidio perpetuo, sentencia que fue ratificada por la Corte Suprema luego que su defensa elevara la solicitud de nulidad al máximo tribunal de justicia del país.
Madre e hija degolladas
Caso parecido al de los hermanos Cabrera Colque fue el que sufrió la pequeña Claudia Cristel Martel Torres (4), quien junto a su madre, Beiny Yuliza Torres Laura, fueran degolladas por la pareja de Beiny, y que nuevamente impactaría a la comunidad por lo brutal del hecho ocurrido la madrugada del 27 de julio del año pasado.
La pequeña también murió a manos de un ser querido, y el pasado 9 de septiembre, Eliut Martel Claudio (35), fue condenado por el Tribunal Oral en lo Penal a 29 años de presidio, bajo los cargos de femicidio y homicidio simple en el caso de la pequeña Cristel.
Similitudes
Una escabrosa coincidencia marcan los casos de los hermanos Cabrera Colque con el de la pequeña Cristel Martel Torres. En ambos los pequeños fueron degollados por su madre -en los primeros-, mientras que en el segundo sería el supuesto padre de la menor quien le quitó la vida a la niña de esa dolorosa forma.
Tras la lectura de la sentencia, el fiscal Marcelo Bravo, quien lideró las investigaciones y conoce el caso en detalle, manifestó en su oportunidad, "que este veredicto condenatorio contra el homicida era lo que habíamos solicitado, y lo único que no fue concedido por parte del tribunal fue la figura del parricidio por la falta de conocimiento previo del imputado de su calidad de padre de la menor asesinada y que fue ampliamente debatido en el juicio, y pese a que se acreditó que el imputado era el padre biológico de la niña, hubo antecedentes que se valoraron para no imputarle ese delito. En general, se trató de penas bastante altas y que entre ambas - femicidio y homicidio simple- configuran 29 años de presidio efectivo", dijo el persecutor.
De igual forma, el abogado del Servicio Nacional del Menor (Sename) de la región, a cargo de la unidad de Protección y Derechos, Marcelo Vildósola, reflexionó en el caso de los menores degollados por su madre.
"Es positivo, desde la perspectiva de que efectivamente existe sentencia condenatoria en contra da la ciudadana boliviana, dando así una señal potente en el sentido de que hechos de este tipo no pueden ni deben quedar impunes, donde a su vez y como servicio tenemos la obligación en colaborar y en dar respuesta a la búsqueda de justicia en favor de los niños de nuestra región, más aún en hechos tan graves como los descritos".
El profesional agregó que "respecto a la pena definitiva impuesta siempre queda la sensación de que debiesen ser penas más altas, más gravosas, pero que sin embargo aquello se determina en bases a tantos factores distintos dentro del juicio, que el sólo hecho de terminar con un dictamen de sentencia condenatoria y obtener un resultado favorable al término del proceso penal nos deja satisfechos, dando una señal inequívoca al resto de la ciudadanía".
VIOLENCIA a MENORES
Sobre la violencia con que fueron ultimados los niños y niñas, el profesional del Sename puso énfasis en la preocupación "del modus operandi de los delitos acaecidos y la violencia con la cual se está actuando para dar muerte a niños tan pequeños, pero creemos que esto ya escapa incluso a lo que como Servicio podemos controlar. La violencia no es algo que sea patrimonio de un estrato social determinado, ciudad o sector determinado. La violencia es transversal, y cada vez vemos que la violencia aumenta, por lo tanto, el llamado es a prevenir, a estar atentos y a no normalizar las situaciones de violencia contra niños, niñas y adolescentes".
17 años de presidio dictó el Tribunal Oral en lo Penal de Calama a la madre de Yoselyn e Iván Cabrera, quien los degolló por venganza a su pareja al interior de una vivienda en la Tucnar Huasi.
3 años tenía Mateo Riquelme cuando fue asesinado por su padre, quien posteriormente enterró su cuerpo en la quebrada de Quetena. El autor de este hecho recibió cadena perpetua.
29 años de cárcel tendrá que cumplir el autor del homicidio de su pareja y la hija de ella, quienes fueron degolladas. El asesinato ocurrió en una casa del sector poniente.