Puerto Rico espera que la llegada de la ayuda exterior desde Estados Unidos, en forma de alimentos, suministros y personal técnico, contribuya a mejorar la situación, a cuatro días de que el huracán "María", de categoría 5, devastara completamente de sur a norte la isla caribeña y dejara al menos siete muertos.
El Gobierno que lidera Ricardo Rosselló, que aún trabaja para organizarse, se esforzaba ayer por echar a andar el país, que no se espera que recobre completamente el servicio eléctrico y de agua hasta dentro de meses, aunque se informó que durante los próximos días llegarán a la isla 11 barcos con todo tipo de suministros.
El temor al posible desabastecimiento, principalmente de alimentos, fue disipado después de que el vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (Mida), Manuel Reyes, señalara que en Puerto Rico "hay suministros suficientes" para atender a la población hasta que llegue la ayuda exterior.
En este sentido, el Gobierno de Puerto Rico anunció ayer que extenderá "indefinidamente" el toque de queda en la isla, para evitar la inseguridad ciudadana tras el paso del huracán "María".
A pesar de ello, alcaldes de varios municipios mostraron su preocupación ante la posible falta de víveres, dado que el número de personas que permanecen en refugios se eleva a cerca de 15.000. Para agravar aún más la situación, ayer más de 70.000 habitantes recibieron órdenes de evacuar una zona del noroeste de la isla por daños en una represa que puede colapsar.