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Escolares de Chiu Chiu limpiaron el Río Loa

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Las niñas y niños de la Escuela San Francisco de Chiu Chiu terminaron la jornada con una enorme satisfacción por el deber cumplido. Con un compromiso a toda prueba, limpiaron el río y hermosearon su entorno, en un esfuerzo que bien vale la pena -aseguran- para tener una mejor calidad de vida y asimismo dejar una buena impresión a quienes a diario los visitan.

"La actividad me gustó porque es muy importante que el río esté limpio para ayudar al medioambiente", enfatizó Basthian Martínez, que cursa quinto año.

Con ese entusiasmo, los escolares sacaron más de treinta bolsas de basura desde la ribera del río. Esto con el apoyo de profesionales del Distrito Norte de Codelco y de Bomberos, además de personal de la Municipalidad de Calama, que se hizo cargo de retirar la basura una vez terminado el operativo de limpieza.

La limpieza del Río Loa en la localidad de Chiu Chiu fue organizada por el Distrito Norte de Codelco, en el marco de las acciones anuales que se realizan para fomentar el cuidado del medioambiente y el desarrollo del territorio y las comunidades. Lo anterior incentivando a las y los jóvenes a que desarrollen desde pequeños su preocupación por el entorno.

El operativo contó con todas las medidas de seguridad.

La región tiene el mayor nivel

DRAMA. Uno de cada tres migrantes vive en precarias condiciones. Más de 10 mil personas sufren el problema.
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Redacción


de hacinamiento de inmigrantes

El hacinamiento es uno de los principales problemas que deben afrontar los inmigrantes en Antofagasta, condición que incluso se extiende sin solución durante años.

Que hasta cinco personas ocupen un solo dormitorio de reducidas dimensiones (de unos cinco por cuatro metros) es una realidad patente en muchos de los 60 campamentos existentes en la región.

El dato no es menor si se considera que en la zona 6.771 familias viven en campamentos, y de ellas más de la mitad son extranjeros, según el último catastro realizado por la fundación TECHO-Chile.

Asimismo, cifras de la Encuesta de Casen indican que en la Región de Antofagasta el 33,8% de la población inmigrante vive hacinada (más de 2,5 personas por dormitorio), lo que implica 10.314 personas en esta condición.

Con esto, Antofagasta se convierte en la región con el mayor nivel de hacinamiento en población inmigrante, superando a Tarapacá (31,8%) y la Metropolitana (27,9%).

El antecedente ratifica un hecho no desconocido a nivel local. Hay que recordar que durante la realización del Censo el pasado 19 de abril, muchos voluntarios se retrasaron en sus recorridos debido a que, al encuestar a una familia, descubrían que en esa vivienda habitaban más personas.

"En mi recorrido encontré que en una vivienda había cuatro familias. Este Censo nos permitirá conocer en detalle el enorme crecimiento demográfico en Antofagasta", dijo en la ocasión la seremi de Economía, Gabriela Gómez.

Condiciones

Juana Ramírez, proveniente de Bolivia, vive con su pareja, su hija y sus tres nietos en una angosta pieza.

"Compartimos todos la misma habitación, ya que la sala contigua es el comedor. No nos genera grandes problemas vivir así porque somos una familia, y vivimos más cómodos que cuando lo hacíamos cuando llegamos a Chile, hace ya cinco años", cuenta.

Lo anterior, porque la vecina reconoce que en primera instancia tuvieron que arrendar una pieza que compartían con otras cinco personas.

"En total vivían más de 10 familias en esa casa, y las condiciones se hacían demasiado precarias, porque había sólo dos baños y muy antiguos. Prefiero esto a lo que viví en esa época", afirmó la mujer.

Palomo Romero posee una vivienda en un campamento donde vive con su mujer, sus cuatro hijos, ambos suegros, un primo recién llegado de Colombia y un amigo de su pareja, también recientemente llegado.

"Yo estoy con mi mujer y mis niños (6 personas) ocupando una pieza. En otra más reducida duermen mis suegros y en el comedor instalan sus frazadas nuestros allegados. No es algo incómodo para nosotros. Conozco casos en que viven hasta 15 personas en viviendas con apenas dos piezas. Ahí tienen que hacer la del "Tetris" para caber", dijo el vecino originario de Buenaventura.

Historias como las de Juana y Palomo se repiten en muchas viviendas de campamentos, donde grupos familiares reciben a parientes o amigos cuando llegan por primera vez desde el extranjero y no tienen dónde pernoctar.

Calidad de vida

El director de TECHO Antofagasta, Milko Zenteno, comentó que la población inmigrante en la región presenta uno de los niveles de hacinamiento más elevados de todo el país.

"Esto evidentemente provoca que las condiciones de vida no sean las más adecuadas. Se trata de una realidad que también está presente en algunas viviendas del centro de la ciudad", dijo Zenteno.

"Si bien vivimos hacinados, es mejor así porque somos la misma familia. Cuando recién llegamos a Antofagasta tuvimos que arrendar una pieza con cinco personas más".

Juana Ramírez, inmigrante boliviana"

"La población inmigrante de Antofagasta presenta uno de los índices de hacinamiento más altos del país, y esto se da tanto en la ciudad y como en los campamentos".

Milko Zenteno, director TECHO-Chile"

"En mi casa vivimos muchos, pero da igual. Conozco casos donde viven hasta 15 personas en una casa con apenas dos habitaciones. Tienen que jugar al "Tetris" para poder dormir".

"Palomo Romero, Inmigrante de Colombia"

ENTREVISTA. sebastián bowen , director ejecutivo de TECHO-Chile:

"La realidad de los campamentos

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Cristian Castro Orozco


está vinculada con la migración"

Antofagasta es la segunda región del país con el mayor número de campamentos (superada sólo por Valparaíso), lo que de por sí es un dato que invita al análisis. Pero hay otro componente clave: en esta zona el crecimiento de estos barrios informales está íntimamente ligado a la presencia de familias extranjeras que han llegado buscando empleo.

En una reciente visita a la ciudad, el director ejecutivo de TECHO-Chile, Sebastián Bowen, pudo palpar la "cara inmigrante" que caracteriza a los campamentos de la región.

El sociólogo fue director de la ONG entre 2005 y 2009, momento en que abandonó el cargo para asumir como coordinador de la campaña presidencial de Eduardo Frei Ruiz-Tagle.

Después del fracaso del candidato, Bowen se dedicó a viajar y a estudiar en el extranjero, llegando a trabajar para una fundación haitiana.

El 15 de junio de este año retornó a TECHO-Chile, la fundación nacida en 1997 con la meta de superar el déficit de vivienda para el 2000, objetivo que 17 años después no sólo sigue presente, sino que es más transversal que antes.

Proyecto

A 17 años de que se declarara el objetivo de superar el problema, nos encontramos con más campamentos que antes...

-Es una realidad y muchos de estos campamentos crecen debido a la llegada de los inmigrantes al país. Hay un déficit habitacional inmenso que no son sólo las 40 mil familias que viven en los campamentos, sino las 390 mil que potencialmente podrían llegar a estos lugares en Chile. Hay además un desafío de construir ciudades inclusivas, que es lo que nos motiva como organización.

¿Cree que el trabajo de esta ONG en la región va más de la mano con los inmigrantes?

-Distinguiría varios elementos. La realidad de los campamentos en esta región está intrínsecamente vinculada con la migración, porque ésta a su vez va vinculada a un factor de vulnerabilidad.

La gente llega a vivir a estos lugares cuando enfrentan situaciones de vulnerabilidad extrema, ya sea porque ven afectados sus ingresos normales o porque quedan sin trabajo. Ahora, una cosa es cómo erradicamos los campamentos y otra cómo atacamos las causas de su formación. Porque lo que no debemos olvidar es que los campamentos son el síntoma de una enfermedad.

¿La gestión de TECHO termina con la entrega de una mediagua, o también se contempla algún tipo de reinserción laboral?

-Estamos empecinados en trabajar con el aspecto de la pobreza multidimensional. La vivienda es un aspecto de esa pobreza y por eso creemos que una reinserción debe ser más integral posible. Trabajamos en el proceso previo a que una comunidad o comité se vaya a una vivienda definitiva. Ahora, cuando la gente se traslada a una nueva vivienda, comienza a pagar cuentas y con ello viene una integración completa a la sociedad.

Buscamos una punta de lanza para trabajar otras problemáticas, de manera que la erradicación no sólo sea de vivienda, sino también de la pobreza y ese es un trabajo multidimensional.

¿Hay una diferencia entre el TECHO donde comenzó a trabajar y el TECHO de ahora?

-Hay una gran diferencia, y no sólo las externas a la institución. Actualmente contamos con una organización que sabe más de políticas de vivienda, con datos duros de la formación de campamentos y estudios que los monitorea de forma cercana. Además hay situaciones externas a la institución.

¿Cuáles son las características de los campamentos de la región versus los del resto del país?

-Las realidades de los campamentos en Chile son diferentes. En Valparaíso están más asociados a grandes asentamientos que buscan radicarse en su lugar, es decir, formalizarse y urbanizarse. Los de Santiago son microcampamentos y es difícil encontrar grandes comunidades.

Y en la región...

-Los campamentos del norte están asociados a una situación de mucha migración y también a una situación del suelo y sus precios.

Creo que aquí la realidad es transitoria. Hay que identificar a dos grupos de vulnerabilidad: la pobreza crónica y la transitoria. Me parece que la de Antofagasta es más transitoria, porque depende siempre del comportamiento económico de la zona. Ahora, es obvio que hay gente inmigrante que llega de otros países para instalarse en un campamento porque es la primera oportunidad que tienen, pero creo que al menos, en esta zona, es algo más transitorio.

"Una cosa es cómo erradicamos los campamentos y otra cómo atacamos las causas de su formación. Porque lo que no debemos olvidar es que los campamentos son el síntoma de una enfermedad"."

60 campamentos existen en toda la región, siendo esta la zona que más asentamientos presenta a nivel nacional, después de la Región de Valparaíso.

21,4% de los extranjeros que residen en el país (de un universo de 465.319) viven en condición de hacinamiento según la Casen. Este problema se configura cuando 2,5 personas ocupan un dormitorio.