Entrenamientos en doble turno y mucho trabajo motivacional es la tónica de los primeros días del entrenador Gustavo Huerta en la banca de Cobresal.

El adiestrador, que tiene historia con el club del campamento minero de la Tercera región se ha dedicado a conversar mucho con los jugadores para ir recobrando la confianza de un club que hasta seis meses atrás estaba en primera división y que hoy, por el promedio, está descendiendo a la Segunda División profesional.

"Son seis finales que nos quedan por delante y lo que queremos es convencer a este grupo de futbolistas de que existe un buen plantel y un buen grupo para poder salir de esta situación incómoda", aseguró el nuevo jefe técnico de los cobresalinos.

Y sobre el duelo con "sus primos" de Calama, el DT sabe que "es un equipo que está pasando por buenos niveles individuales de jugadores importantes como los de Arturo Sanhueza y Lucas Simón pero que hemos podido ver que tiene momentos de partido en que defensivamente se complica y eso es lo que debemos aprovechar".

Otro de los que espera que esta sea la semana para despegar es el zaguero Diego Silva. "Sabemos que Cobreloa está haciendo una muy buena campaña y que están ahí, muy cerca de la punta. Pero a nosotros nos quedan seis partidos y no podemos cometer el mismo error de confiarnos en partidos que íbamos ganando y terminamos entregando".

Desde que empezó a tener más regularidad en el equipo, el volante Pablo Parra ya muestra su condición de "aduana" del equipo loíno. Más ahora, que el técnico José Sulantay lo retrasó unos metros para ser el primer generador de fútbol.

"De a poco me voy a adaptando más a la posición porque antes tenía más libertad para llegar al arco y ahora no tengo opciones de rematar al arco porque mi función es otra", dice.

¿Qué es lo que más le cuesta? El mismo mediocampista chillanejo aclara que "con eso de estar en la zona de contención, uno tiene que trabajar mucho en la recuperación de pelota. Es algo que no siento mucho pero que con el pasar de los partidos he ido asumiendo de mejor forma en la cancha".

Por eso, tras conseguir seis puntos en casa y a días de viajar a El Salvador para enfrentarse a un complicado Cobresal, el penquista pone paños fríos al triunfo del fin de semana pasado y repasa lo que se debe corregir para que la sensación de felicidad sea completa tras ganar y golear.

"Es extraño, porque pese a que ganamos claramente, ese día salimos con un sabor de boca algo agridulce por esos 15 minutos del primer tiempo en que pasamos de irlo ganando dos a cero con opciones de que fuesen cuatro a favor y de repente se nos vinieron encima y nos complicaron", dice.

Pero no es primera vez, es decir, debe ser algo de lo que ya están conscientes...

Es que por eso te digo. Cuando el equipo tiene tantas opciones para ir ganando con holgura y termina complicado es lo que tenemos que ir corrigiendo. Tratar de alargar esos 30 minutos para que sean 45 en cada tiempo. Alcanzar una regularidad.

Pero el problema en casa es menor. La deuda está como jugando visitante...

Y hasta la primera fecha cuando jugamos con San Felipe veníamos con una racha muy buena desde el torneo pasado que se cortó después y hay que retomarla. Por eso, ganar los seis puntos que teníamos en casa sirve. En el semestre pasado, bastó que ganáramos un par de partidos para que el equipo se convenciera de que entraba a la cancha y no iba a perder. Hoy nos pasa eso, el grupo entra a jugar sabiendo que pase lo que pase, no vamos a perder.

Lo positivo es que los rendimientos individuales están empezando a notarse, como lo que hizo Ignacio Jara el fin de semana en ofensiva...

Es bueno que esos jugadores que son de tremenda proyección empiecen a marcar la diferencia jugando en casa, principalmente. Lo que nos tiene más tranquilos es que somos un equipo compacto. Por ejemplo, afuera está José Luis Jiménez -se lesionó ayer-, que en el caso de que nos toque una defensa muy metida atrás nos ayuda a abrir partidos. Somos un equipo muy compacto.

¿Y de Parra al medio?

Él está jugando más atrás ahora, en una posición de más contención pero de alguna forma, nos aprovechamos de que tiene buena técnica y corre muchos metros para que sea el primero que genera salida. Con él siendo quien siempre recibe la pelota, el equipo tiene más opciones de hacer rotaciones de un lado al otro e ir aprovechando ambos lados de la cancha.

Recta final

Arturo Sanhueza sabe que como en el semestre pasado, el equipo tiene la opción de arremeter con fuerza en la parte final del torneo y con eso terminar primeros en la tabla. "Es lo que esperamos y siento que llegamos muy bien. El grupo sabe que cuando juega a lo que sabe, es bien difícil que nos puedan ganar y si confirmamos eso consiguiendo puntos afuera en estas dos salidas que tenemos, nos vamos a meter ahí, arriba en la tabla".

¿Van por cuatro o seis puntos en estas dos salidas a El Salvador y Barnechea?

Lo principal es tratar de ganarle a Cobresal, porque llegar con un envión de nueve puntos consecutivos sería mucho mejor para llegar al partido de Barnechea. Pero sabemos que consiguiendo diez de esos doce puntos que teníamos por delante, nos consolidamos arriba y en una de esas, podemos alcanzar el primer lugar para no soltarlo más.

Juegan contra un rival que cambió entrenador y está descendiendo a Segunda División...

Sí, sabemos que están muy complicados pero a esta altura, sabemos que entramos en una fase del campeonato en que todos los equipos se van a jugar algo, incluso nosotros. Lo bueno es que no tendremos problemas con la altura y el equipo está encontrando una regularidad. Ojalá nos podamos traer la victoria de allá...

horas será el partido entre Cobresal y Cobreloa del próximo domingo en el estadio El Cobre de El Salvador. 17

puntos tiene el puntero Unión La Calera, tres más que los loínos y que Copiapó, rival con el que se miden este fin de semana. 20

Tal como dentro de la cancha, donde es uno de los que pone la pelota al piso para generar fútbol en el equipo de José Sulantay, el capitán Arturo Sanhueza suele ser de esos jugadores que aterriza el rendimiento del equipo tanto en el triunfo como en la derrota.