Ricardo Pinto Neira
Muchas veces, la búsqueda de una alternativa de los padres de niños con problemas de concentración, obesidad o simple aburrimiento termina siendo el motor para iniciar una aventura costosa pero fantástica, viajando por distintas ciudades y competencias y con único fin de practica un deporte.
Es lo que pasa con el tenis, que en su momento y a partir de la experiencia de algunos niños como Sebastián Defilippis en el National Tennis Club de Calama comenzaron a destacar en campeonatos del norte y con el tiempo decidieron tomar el difícil camino del profesionalismo.
Hoy, Defilippis está fuera de Chile y se proyecta en la actividad. Mientras que otros, con pocos años ya comienzan a destellar en sus respectivas categorías y aparecen como la nueva camada del tenis loíno que los catapulta a lugares de privilegio en ránkings nacionales de esta especialidad.
El caso más brillante es el de Alessandra Cáceres, quien con apenas doce años dejó el ránking correspondiente a su edad para competir en el de 14 años, del cual ya es la número 1 de Chile. "Incluso, sé que están pensando en subirla a la categoría 16 años, pese a que le falta para llagar a ese nivel, todo para que vaya ganando en especialidad", comenta Eduardo Castillo, el entrenador de la academia que se encuentra en la Villa Ayquina y que se ha transformado casi en un laboratorio de nuevos talentos.
La prueba no es sólo la pequeña Alessandra, que hace pocos días se adjudicó un torneo G1 -de primer nivel nacional- y se consolidó como la mejor tenista infantil de Chile. Otro buen exponente es Vicente Bravo, quien poco a poco se instaló en el primer lugar del ránking nacional a sus jóvenes 10 años y viene de ganar hace unas semanas una justa de nivel G2 en Iquique y en el último también se quedó con un torneo G3 que se disputó en Antofagasta, tanto en la serie de los 10 como en los 12 años. "Esto es un mérito de los padres, porque muchas veces los llevan para que el niño tenga posibilidades de distraerse y cuando a ellos les empieza a gustar este deporte, son sus papás quienes se meten la mano al bolsillo y comienzan a costear una carrera que en los primeros años es muy atractiva pero con el tiempo se va poniendo difícil y exigente", comenta Castillo.
Torneos menores
Hasta hace algunos años, la federación de tenis de Chile organizaba campeonatos para menores en todo el país y allí, Calama llegaba a competencias con cerca de 30 niños. Con el tiempo, esos torneos desaparecieron y las figuras de proyección también. Una realidad que cambia paulatinamente.
"Ahora se vuelven a hacer torneos en el norte, por ejemplo. Entonces, los niños que entrenan seguido tienen posibilidades de competir. Por ejemplo, en el último que se jugó en Antofagasta hubo varios niños de Calama que destacaron y que son figuras que vienen a sumarse a los logros de Alessandra y Vicente", detalla Castillo.
La pequeña Josefina Koswoloski obtuvo el segundo lugar en la categoría 10 años del G3 de la capital regional. Victoria Arias fue vicecampeona en la categoría de los 12 años y Gabriel Pereira llegó a los cuartos de final tanto en los 10 como 12 años en varones, siendo esta su primera aventura fuera de las canchas de Calama.
"Hay otros niños que son más chicos y que en la dinámica de trabajo de hacerlos entrenar con estos más grandes también podrían llegar a disputar campeonatos. Y como ven el ejemplo de Alessandra y de Vicente, es probable que se entusiasmen a tal punto de convertirse en futuras promesas también", contó el entrenador Eduardo Castillo.
jugadores entre los seis y ocho años están en el grupo de proyección que viene detrás de Cáceres y Bravo. 8
años es la edad que eligen los padres para llevar a sus hijos a comenzar a familiarizarse con el tenis. 4