Cristo modelo de educador
Cristo desempeño con maestría el rol de guiar y conducir a su pueblo.
¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe; que lleve el nombre de maestra, que Tú llevaste por la Tierra. (…) Muéstrame posible tu Evangelio en mi tiempo, para que no renuncie a la batalla de cada día y de cada hora por él. (GM -Oración de la Maestra)
Este fragmento de la poetisa Gabriela Mistral me inspira para escribir sobre la dimensión más sublime que debe primar en quienes han abrazado la vocación de la enseñanza y que es la entrega generosa por educar y guiar.
La educadora y premio Nobel de literatura, reconocía que su misión no podía desarrollarse de manera aislada al querer del Padre Todopoderoso, sino estar en perfecta consonancia con las enseñanzas de Cristo que nos habla a través de su Evangelio. El Señor adquirió desde el comienzo de su misión el rol de maestro, enseñaba en las sinagogas, hablaba a su pueblo a través de parábolas y predicaba a grandes multitudes. En cada uno de estos encuentros utilizaba la pedagogía del amor, valor tan necesario para construir mejor sociedad.
A los profesores actuales les invitaría a la lectura y estudio más cotidiano de la Biblia, en particular el Nuevo Testamento, -incluso para los no creyentes- la riqueza contenida en sus capítulos y versículos nos sumerge en un apasionante modelo para quienes abrazan la tarea de educar. Porque con una enseñanza inspirada en el Evangelio es posible transformar mentalidades, la cultura, barreras económicas, sociales y políticas que ponen en desmedro a unos respecto de otros.
Maestro, profesor o docente son títulos que reflejan el cariz de quienes motivados por la vocación de la enseñanza entregan generosamente sus esfuerzos por conducir a los constructores del mañana, no se trata de una frase hecha, sino del reconocimiento a una tarea que necesitamos relevar y poner en un lugar primordial de nuestros corazones. Un homenaje a aquellos hombres y mujeres que marcaron con tinta indeleble nuestra personalidad y en muchos casos constructores de lo que somos hoy.
Cristo desempeño con maestría el rol de guiar y conducir a su pueblo, nos legó valores fundamentales durante su paso en medio de nosotros y esta misión educadora que no se agota, está presente en muchos que abrazaron esta profesión y que es un regalo para nuestra humanidad.