Hace algunos días fue la propia Presidenta Michelle Bachelet quien emplazó a los chilenos para que el próximo 19 de noviembre vayan a votar. "Ustedes verán por quién votarán, pero voten", les dijo con un tono maternalista para que se entienda la importancia de participar de los procesos eleccionarios.
En el sentido más íntimo, el llamado presidencial se entiende en la preocupación de las autoridades respecto a la apatía que en el último tiempo ha demostrado la ciudadanía con respecto a las elecciones. De hecho, el año pasado en las municipales el porcentaje de abstención a nivel nacional llegó a un 65%, una cifra muy alta y que empaña la legitimidad de las votaciones.
Se critica que los elegidos no tienen la representatividad y que cada vez son menos quienes toman las decisiones de elegir a los que regirán los destinos ya sea a nivel comunal o presidencial.
Lamentablemente las leyes fueron apuntadas en el sentido que la comunidad informada decida de mutuo propio su asistencia a las urnas. No como una obligación partidaria o por compromiso con algún candidato, sino como la ocasión de hacer valer su derecho a voto y a elegir a las autoridades.
Esa es una forma de hacer sociedad y de poder lograr las transformaciones que sean necesarias y que estén a la vista de los ciudadanos. Manteniéndose al margen nada se logra, sólo mantener el status quo de las clases gobernantes que por años son reacias a los cambios.
Por esta razón es que cada vez las autoridades realizan llamados y hacen campañas para que se comprenda la importancia de votar, de participar ya sea en el oficialismo o en la oposición, y tener voz al momento de promover soluciones a los problemas que afligen al país.
Es de esperar que el mensaje de la Presidenta y de otras autoridades sea oído y la abstención disminuya ostensiblemente. De este modo, se demostrará que existe interés en votar y ser parte de las decisiones del país.